El Barça tendrá más tiempo de descanso tras jugar en Atenas y el clásico no coincidirá con las elecciones
El Barça ya ha marcado el primer gol del clásico: el partido del año se jugará, finalmente, el lunes 29 de noviembre a las nueve de la noche en el Camp Nou.
Era la solución preferida por Pep Guardiola, que ya había comentado que la posibilidad de jugar el sábado perjudicaba a su equipo, que esa misma semana deberá certificar en Atenas su pase a los octavos de final de la Liga de Campeones ante el Panathinaikos. Era una cuestión puramente deportiva, porque jugar el sábado implicaba menos horas de descanso después de llegar de Grecia en la madrugada del miércoles.
Tampoco el domingo convencía demasiado a Pep Guardiola. “Hay algo más importante, unas elecciones en este país”, comentó cuando se le preguntaron sus preferencias, cuando aún se daba por hecho que el partido se jugaría el domingo, el mismo día en el que se elegirá la composición del nuevo Parlament de Catalunya.
Después de semanas y semanas de rumores y especulaciones sobre la fecha del clásico más esperado de los últimos años, la incógnita se desveló ayer. Lo hizo Jaume Roures, presidente de Mediapro, la plataforma que gestiona los derechos de televisión. “Jugar el lunes es lo más razonable desde el punto de vista deportivo, de la afición y también desde un punto de vista cívico”.
Roures comparó el clásico con una semifinal de Champions, que también se disputa entre semana, y recordó que jugar el domingo hubiera impedido a 80.000 aficionados, “muchos de ellos barcelonistas”, disfrutar del partido, porque estarían trabajando en el operativo electoral.
El presidente de la Liga de Fútbol Profesional, José Luis Astiazarán, informó personalmente a Sandro Rosell de que el partido se jugaría el lunes. El club lo aceptó de buen grado, ya que el dispositivo que implica un partido de estas características no cambia en función del día.
En el Real Madrid, en cambio, la decisión de Mediapro no sentó bien. A través de su director general, Jorge Valdano, el club blanco ya había subrayado que jugar el lunes “sería la mejor manera de desprestigiar al fútbol español”. Después de conocer la confirmación de la fecha, el Madrid se resignó a acatar la decisión de Mediapro. Emilio Butragueño, director de Relaciones Institucionales del club de Chamartín, dejó entrever que el Madrid aceptará jugar el lunes, pero que la ele cción del lunes no convence a los responsables del club.
Perjudicados... o no
Será el tercer clásico de la historia que se dispute en lunes, aunque ningún otro había levantado tanta expectación y despertado tantas reacciones. Para algunos sectores, el lunes es excelente: restaurantes, bares y cafeterías celebraron la decisión de trasladar el partido al lunes.
El presidente del Gremi de Hostelería de Catalunya, Gaietà Farràs, comentó que un clásico en lunes viene bien “a la inmensa mayoría de los 48.000 establecimientos” de este tipo que hay en Cataluña. También los cines y museos, cuyo día de cierre suele ser el lunes, saldrán beneficiados, así como los principales teatros de Barcelona, que no tendrán función el lunes 29 de noviembre. Para la clase política también es una buena noticia que el partido se dispute el lunes y no durante la jornada electoral.
En cambio, muchos aficionados recibieron la noticia con indignación, como las peñas del Barça de fuera de Cataluña, ya que algunas de ellas ya habían pagado viajes de avión y hoteles para ver el partido en directo en el Camp Nou. Muchos otros seguidores también deberán cambiar su rutina habitual de inicios de semana para ver el partido. Los barcelonistas que acuden al Camp Nou cada partido desde fuera de Barcelona también se verán obligados a alterar su liturgia habitual. El Barça calcula que en cada partido, alrededor de 25.000 culés llegan al Camp Nou desde más allá del área metropolitana de Barcelona.
Tampoco en las oficinas de la Federació Catalana de Futbol sentó bien la noticia: la final de la Copa Catalunya de 2009 (un triangular con Barça, Espanyol y L’Hospitalet como protagonistas) se jugará en Sabadell el miércoles 1 de diciembre, sólo dos días después del clásico, por lo que el equipo de Guardiola apenas desplazará jugadores del primer equipo a Sabadell, escenario del partido.
En algunos comercios, como los centros comerciales con un horario más amplio, el clásico restará clientes desde dos horas antes del inicio del partido en el Camp Nou. Jugar el lunes convertirá el partido en un acontecimiento universal y único, ya que no coincidirá con ninguna otra competición deportiva que pueda restarle protagonismo. En Barcelona, la actividad cultural del lunes 29 de noviembre será bastante reducida, aunque el grupo Amaral ofrecerá un concierto en la sala Apolo.