Estuvo cuatro partidos consecutivos sin ver puerta, si bien todos sabíamos que esa racha cambiaría y ayudaría al Barça al ser mejor... todavía
El fichaje de David Villa por el FC Barcelona no se discutió. Nadie lo hizo. Los 40 millones de euros pagados al Valencia se entendieron, ya antes del Mundial de Sudáfrica, como una gran inversión de presente y de futuro. Y como todo en la vida, el tiempo está demostrando que el Barça no se equivocó con ‘El Guaje’.
Es verdad que en un periodo de esta temporada, Villa estuvo reñido con el gol y encadenó cuatro partidos consecutivos sin ver puerta y viviendo en cierto estado de ansiedad (Mallorca, Valencia, Copenhague y Zaragoza). Como corresponde a todo goleador que se precie, esa mala racha pasó a mejor vida.
Cuando el Barça afrontó los partidos realmente difíciles e importantes, aquellos en los que se midió a rivales directos en la lucha por el título de Liga, Villa estuvo ahí para ser un futbolista determinante. Llegó el Sevilla al Camp Nou y logró dos goles en la goleada azulgrana. Después aterrizó el Villarreal y su tanto abrió la lata ante un oponente de armas tomar. Y más reciente en el tiempo tenemos la exhibición de fútbol del pasado lunes ante el Real Madrid, donde David consiguió endosarle dos ‘chicharros’ al eterno rival. Mejor, imposible.
En total, el ex valencianista lleva diez goles en estos meses de competición, ocho en Liga y dos en Champions League. Es cierto que no son cifras espectaculares, pero también lo es que detrás de Villa, además, hay muchas más cosas que goles.
En primer lugar, la implicación y la adaptación al proyecto de Guardiola. Desde el primer día aceptó el rol táctico que le tenía reservado Pep, algo distinto al que desempeñaba en el Valencia, donde solía jugar como delantero centro nato. En el Camp Nou suele compartir ese espacio con Messi y se pasa más tiempo entrando desde la banda, principalmente la izquierda, que merodeando el punto de penalty.
El club y el vestuario están enamorados con el comportamiento del asturiano. Ha captado muy pronto lo que es y significa el Barça, la filosofía que impera en la entidad y en el equipo. Es un jugador humilde y generoso que está haciendo mejor a los demás.
No tiene ínfulas, no va de crack, y nadie tiene la más mínima duda de que todavía crecerá más como jugador. Y, encima, a la hora de la verdad, ahí está...