El asturiano lucirá el dorsal con el que alzó su primer título y que también llevaron otros ocho ganadores. Desde que en 1974 se instauró el número fijo, sólo se ha logrado el Mundial con diez guarismos diferentes
Los dorsales adheridos al morro del coche sirven para identificar al piloto que conduce. Simple y básicamente. Sin embargo, para los supersticiosos, que en F-1 son muchos y se demuestra, por ejemplo, por la defenestración del 13, el número tiene vital importancia. Y mirando la historia de la competición, quizá tengan algo de razón...
Desde que en 1974 se instauró que cada piloto lleve todo el año el mismo dorsal, se han disputado 37 campeonatos. De ellos, casi el 50%, dieciocho, se han ganado con dos guarismos: el uno o el cinco. Teniendo en cuenta que los pilotos no eligen y que salvo el uno, que lo lleva el campeón, el resto se asignan con la general de constructores del año anterior.
El uno es la cifra de los grandes pilotos, ya que el que es campeón con él significa que, al menos, es bicampeón del mundo. Sólo hay cinco: Prost, Senna, Hakkinen, Schumacher (en cinco ocasiones) y Alonso. Mientras, con el cinco lo han conseguido Fittipaldi, Andretti, Piquet (dos veces), Mansell, Schumacher, Hill, Alonso y Vettel.
Y si se analizan todas las carreras de la historia desde que el Mundial se inició en el GP de Gran Bretaña de 1950, de nuevo el cinco parece mágico, con 126 victorias parciales, el segundo que más, y sólo a 26 del dorsal uno. Y en poles, más de lo mismo (122 por 136). Y en vueltas rápidas (94 por 130), y en puntos totales (2.376 por 2.696)... En 2011, Vettel lucirá el uno y Alonso el cinco. Seguro que la leyenda de ambos números sigue aumentando.