Panorama poco esperanzador para Hispania. La escudería española de Fórmula 1 no consigue solventar los problemas que condicionan el desarrollo de su proyecto, así que José Ramón Carabante, su propietario, y sus socios accionistas han puesto el equipo en venta como única salida a su delicada situación.
La llegada de Juan Villalonga al accionariado ha servido para reactivar las gestiones de cesión de los derechos del equipo en los grandes premios, contactando con diferentes grupos inversores, principalmente de Estados Unidos (incluyendo una empresa líder en nuevas tecnologías) y Sudamérica. En estos momentos ninguna de las negociaciones se ha concretado, pero lo evidente es que si Carabante encuentra un comprador se deshará del equipo. El empresario malagueño ha invertido una parte de su patrimonio (algunas fuentes apuntan a unos veinte millones de euros) para sacar adelante Hispania, con la confianza de que la coyuntura sería más favorable en 2011 y el equipo tendría futuro. Pero lejos de ser así, la situación se ha complicado incluso aún más, sobre todo después de que Toyota decidiera, unilateralmente, dar por concluidas las negociaciones de venta de sus monoplazas e instalaciones al no atender su cliente las exigencias económicas en el plazo previsto.
Así que ahora Hispania está sin coche (sólo tiene los motores Cosworth), pilotos, sede y patrocinadores. En este contexto tan adverso, la venta se presenta como la única alternativa posible.
El equipo español se encuentra en una situación delicada tras la ruptura con Toyota: no tiene monoplaza, ni sede, ni pilotos, ni patrocinadores, tan sólo el motor Cosworth. Ceder sus derechos es su única salida.