Altas, bajas, presupuestos, renovaciones y otros temas destacados completaron la agenda de la tercera cumbre en Can Barça desvelada por SPORT
Fiel a la tradición instaurada desde su llegada a la presidencia, Sandro Rosell auspició una nueva cumbre técnica en su domicilio privado. Estaba prevista desde hacía semanas, aunque finalmente se demoró más de lo previsto. Unos inoportunos problemas de agenda abortaron el encuentro programado inicialmente para el día después del encuentro liguero frente a Osasuna. Aunque fuera con días de retraso, lo importante es que Pep Guardiola, a pie y en solitario, se personó en el domicilio presidencial ayer a las 14.05 horas.
Fue de lo más puntual, hasta el punto que si se desplaza unos minutos antes hubiera llegado a la cita incluso antes que el propio Rosell. Con escasos minutos de diferencia, hicieron acto de presencia el resto de comensales invitados a la reunión de trabajo.
A estas alturas, poco ha trascendido del encuentro, aunque sí se han filtrado detalles importantes sobre lo analizado durante las casi tres horas de encuentro. Sandro Rosell y el responsable de la parcela deportiva, Josep Maria Bartomeu, desglosaron la situación actual por la que atraviesa el club.
En estos momentos, las previsiones de hace unos meses apenas si han variado y los técnicos tienen confirmación de los parámetros económicos sobre los que deberán moverse en un futuro inmediato. Y es que la planificación del Barça 2011-12 ya está en marcha. Zubizarreta, Guardiola y Vilanova son conscientes que el capítulo de altas y bajas deberá encajar en una horquilla bien definida: 50 millones de euros de partida asignados por temporada, más 15 sobrantes del presente ejercicio más los ingresos adicionales producto de posibles traspasos a final de temporada. No hay más.
Pep, Andoni y Tito lo entienden a la perfección y lo acatan sin más problemas. Los técnicos están satisfechos hasta la fecha del tratamiento y margen de maniobra que han gozado en sus decisiones. No sólo no han sufrido injerencias desde la directiva sino que además se han resuelto algunos temas delicados que se arrastraban desde hacía semanas. La directiva había asumido unos compromisos personales y estos ya se han ejecutado sin mayor dilación: Afellay apura sus últimos días en las filas del PSV Eindhoven antes de oficializarse su incorporación al Barcelona en este mercado de invierno. En otro ámbito, varios técnicos del fútbol base han solucionado temas contractuales. Por último, la secretaría técnica ha renovado su sistema informático tras adquirir material y programas de última generación. Inversiones sintomáticas que sin ser estratosféricas sí indican la voluntad de facilitar en la medida de lo posible el camino a la estructura técnica.
El buen rollo entre la cúpula sigue a la orden del día, aunque todavía deben resolverse escollos importantes. Por ejemplo, el espinoso tema de algunas renovaciones en punto muerto. Rosell y Bartomeu se comprometieron a hacer los esfuerzos necesarios para reconducir el delicado tema protagonizado por Dani Alves. Pep no quiere problemas individuales en el segundo tramo de la liga y el club está convencido que el futuro del brasileño, al igual que el de Busquets, Abidal, Bojan y varios canteranos, quedará resuelto en cuestión de sólo unas semanas.
En cuanto a la esperada renovación de Pep Guardiola, el almuerzo de ayer sólo sirvió para refrendar la agenda fijada desde hace un par de meses. Todos los asistentes se emplazaron para un nuevo encuentro que debería llevarse a cabo a primeros de años. En esta cumbre del mes de enero sí debería empezar a tratarse el contrato de Guardiola. Desde la Cadena SER, ayer se aseguró que todas las partes implicadas trabajan sobre una oferta formal y concreta de tres años. Al club le faltó tiempo para salir a la palestra y desmentir cualquier tipo de negociación sobre la renovación del técnico. Aseguran que toca ser paciente y esperar.
Sea una simple toma de contacto, una tímida aproximación o un principio de negociación, lo llamen como lo quieran llamar, lo cierto es que Pep sabe desde hace dos meses que la voluntad de Sandro Rosell es cerrar una renovación contractual hasta el final de su mandato -cinco temporadas-. El presidente no es ingenuo y sabe de la voluntad manifiesta del técnico por seguir vinculado en base a contratos profesionales muy cortos. Como casi siempre, la solución intermedia debería ser la más efectiva. El de Santpedor, y su entorno, sí están al corriente que una oferta de renovación de tres años también sería muy bien vista por parte del club. Otra cuestión muy diferente es si han empezado a negociar los detalles concretos. A primeros de año habrá más noticias.