Mata provocó la victoria de su equipo, que la buscó más que el Espanyol, un equipo con toque, pero sin mordiente, que no se lanzó a por el triunfo cuando jugó en superioridad.
El Valencia encontró en tiempo de prolongación la suerte que no tuvo en todo el partido y consiguió la victoria in extremis ante el Espanyol, en un choque en el que se marcó un gol en propia puerta y sufrió la rigurosa expulsión de Aduriz.
Mata repitió el final de partido de hace un año (1-0 con gol de Zigic en la prolongación) y provocó la victoria de su equipo, que, sin jugar bien, la buscó más que el Espanyol, un equipo con toque, pero sin mordiente, que no se lanzó verdaderamente a por el triunfo en la media hora en la que jugo en superioridad.
Ambos equipos iniciaron el encuentro con intensidad y a un ritmo muy alto. La iniciativa estuvo de parte del Valencia en los primeros compases de juego, aunque pronto se rehizo el Espanyol, que, a pesar de la lesión de Osvaldo antes del cuarto de hora, creció en su juego y se adueñó del centro del campo.
Precisamente cuando mejor manejaba la pelota el equipo de Mauricio Pochettino y tras una acción entre Kameni y Aduriz en la que el futbolista del Valencia reclamó penalti, llegó el gol del Valencia. Fue en córner lanzado por Joaquín desde la derecha que Aduriz cabeceó en un remate impecable al fondo de la meta del conjunto catalán.
Las fuerzas se nivelaron a partir de entonces. El Espanyol tenía un poco más de creación que el Valencia en el centro del campo, pero no se generaban situaciones de verdadero peligro ante ninguna de las dos porterías. Sin embargo, en el último minuto de juego del primer tiempo, un centro tímido de Callejón fue rematado en propia meta por Ricardo Costa, quien puso el empate a uno en el marcador sin que diera tiempo a más.
Nada tuvo que ver el inicio del segundo tiempo con lo visto en el primero. El partido perdió intensidad y, aunque tuvo alternativas, le faltó precisión en las acciones de ataques, más frecuentes por parte del Valencia, pero sin profundidad. Ni Maduro ni Topal, los dos centrocampistas del Valencia, son jugadores de creación.
A falta de media hora para el final, el árbitro consideró agresión un golpe de Aduriz a Chica y expulsó al jugador valencianista. Aunque la expulsión despertó a Mestalla y el Valencia creció en intensidad, el Espanyol empezó a encontrar espacios. Guaita, en una gran intervención, desbarató la primera clara oportunidad de gol del equipo catalán al frustrar un remate de Callejón (m.69).
El Valencia, que a duras penas tuvo en balón con once, todavía encontró más problemas para tenerlo tras quedarse con diez. El partido se iba a decidir entre el coraje de los locales y el temple del Espanyol para aprovechar su oportunidad.
El Valencia pasó a jugar con defensa de cinco (5-3-1) y cifró sus esperanzas en los balones largos y en las penetraciones de Vicente por la banda. El Espanyol las depositó en las acciones trenzadas, aunque llegó poco a la meta de Guaita.
A medida que se acercaba el final, era el Valencia el que más llegada tenía y, en el último suspiro, un pase fue enviado de cabeza al centro del área por Ricardo Costa y Mata, en boca de gol, dejó los tres puntos en casa, lo que premió al que más creyó en el triunfo. El coraje pudo con el temple.