Athletic y Espanyol se han sacado un partidazo pleno de intensidad. Quizá ha faltado algo más de calidad en los dos bandos a la hora de circular el balón, pero se notaba desde kilómetros que los dos equipos están en los puestos que están por méritos propios. Sin embargo, una vez más, una victoria que estaba más que amarrada se ha escapado de mala manera. Si el martes en Anduva Javi Martínez puso en bandeja el 1-2 cubriendo muy mal un balón aparentemente sencillo, esta vez ha ido demasiado sobrado a la cobertura de Albín lo que le ha provocado que resbale y que los periquitos empaten.
La sensación es más negativa si se atiende al golaverage particular ya que el Espanyol sigue dos puntos por delante, pero además tiene un más de colchón en caso de empate a puntos. Y todo en un choque vibrante de principio a fin en la heladora tarde bilbaína. Los rojiblancos han cogido la manija del partido desde el pitido inicial y, apoyándose en un gran Llorente, las ocasiones iban llegando hasta que en el 25 De Marcos ha hecho el 1-0 con caño incluido dentro del área. La cosa rodaba, pero en una jugada embarullada, Iñigo Pérez se ha quedado mirando a Romaric que, desde la frontal, ha colocado la bola perfecta para el 1-1. El problema es que el empate ha dejado noqueado al Athletic, que ha pasado un muy mal último cuarto de hora de la primera mitad. Incluso ha encajado el 1-2 en una jugada confusa que el línea ha anulado por un fuera de juego inexistente. Error arbitral, aunque también habría que hablar de como mínimo un penalti obviado sobre Llorente.
Al descanso las espadas estaban en todo lo alto, pero cuando todavía no habían entrado en calor a la vuelta de vestuarios, a Gorka Iraizoz le han vuelto a pillar demasiado adelantado y demasiado lento de reacción con un chutazo desde Barcelona. Con el 1-2 se ha hecho de noche para los rojiblancos que no sabían cómo encontrar la portería de Casilla. Pero cuando el toque no rinde, el Athletic ha recuperado para la causa el juego aéreo. En siete minutos, primero Llorente y después Javi Martínez han volteado el marcador. Y entonces sí, han empezado a jugar casi a placer.
Los de Marcelo Bielsa han podido sentenciar en hasta cuatro ocasiones claras marradas de mala manera. La mejor ha sido sin duda una exquisitez de Susaeta que con una rosquita maravillosa ha mandado el balón a la escuadra. Una maravilla. Quizá por eso mismo, porque parecía que estaba ya hecho, la intensidad ha bajado un punto lo suficiente para no cerrar como se debe por el centro, para que Javi resbale por no haber estado colocado donde debía y para que, en definitiva, vuelvan a volar puntos en el tiempo de descuento. Que no haya que acordarse de ellos a final de temporada.
Una Vez Más en el Tiempo de Descuento se nos Esfúman Tres Puntos en San Mamés,esto hay que hacer algo al Respecto,por que una Vez Vale,pero ya van 4 ó 5,Posiblemente en los Minutos Finales se Relajen y los Rivales se Agranden en Busca de Puntuar en la Catedral.Deberían Cerrar los Partidos Antes Y Mirar Más el Defender que el Atacar en los últimos Minutos de Partido.