Kim Clijsters conquistó su primer Open de Australia después de derrotar en la final a Na Li. Se trata del trigésimo quinto título en el palmarés de la tenista belga, su cuarto Grand Slam y primer 'grande' fuera de Estados Unidos. Clijsters, que sale de Melbourne Park como número 2 del mundo, se queda a un suspiro de volver a ser la reina del circuito WTA.
Kim Clijsters, tercera cabeza de serie del torneo, cumplió con el papel de favorita al imponerse a Na Li, novena favorita, por un marcador global de 3-6, 6-3 y 6-3 tras dos horas y cinco minutos de juego en un choque disputado en una abarrotada Rod Laver Arena. La experiencia de la belga, que disputaba su octava final de Grand Slam -segunda en Australia tras la derrota en 2004 ante su compatriota Justine Henin-, se impuso a la novata jugadora oriental, primera china en disputar la final de un 'grande'.
El partido comenzó en el sorteo inicial que ganó Li y en el que la china dudó si comenzar sacando o restando. Eligió restar, desconocedora de lo que le venía encima. Y es que Clijsters salió enchufadísima, al nivel exhibido ante Safina en primera ronda o en la última semana de competición, donde de verdad tuvo rivales de entidad. La belga ganó los primeros ocho puntos del partido, lo que se tradujo en juego en blanco al servicio y juego en blanco al resto. Bien asentada en el fondo de pista, moviendo a su rival con raquetazos planos de lado a lado y consumiendo los primeros compases por la vía rápida. Por su parte, Li tardó en reaccionar. Su idea inicial de aguantar el ciclón desde la línea de fondo no funcionó y subió a la red para dar un giro al partido. Lo consiguió la china, que una vez se quitó la presión de la coraza de la inexperiencia, jugó de tú a tú a la ex número 1 del mundo. Sufrió con su servicio, pero resolvió los momentos de apuros con determinación. Además, aprovechó los errores de su rival para tomar la iniciativa y así terminar cerrando sorpresivamente el primer set a su favor.
Primera remontada en una final en Australia desde 2005
En las últimas 17 finales de Grand Slam femeninas, quien ganó el primer set terminó por llevarse a posteriori el partido (Serena Williams fue la última que consiguió levantar un set adverso en Australia en 2005 -Mauresmo remontó a Henin en Wimbledon 2006-). Clijsters salió motivada en el segundo acto, dispuesta a dar la vuelta al luminoso y a romper esta estadística. La belga, ofreciendo mucha más movilidad sobre el tapete, logró un break en el juego inicial que pintaba en remontada, sacando partido de una concatenación de breaks (cinco de los siete primeros juegos se resolvieron al resto) en este intenso, tensionado y disputado set. Al final fue Clijsters quien consiguió llevarse el gato al agua y forzar la tercera y definitiva manga.
A pesar de que el marido y entrenador de Li, Jiang Shan, la animaba desde la grada para que continuara exhibiendo el gran nivel ofrecido sobre el tapete 'aussie' durante la primera hora de partido, los nervios volvieron a atenazar a la china, que cedió sus dos primeros servicios del tercer set (uno tras una doble falta y otro con un clamaroso error con su derecha a media pista), haciendo inútil su presión al resto. Clijsters se creció, pegó más fuerte si cabe a la pelota, encontró ángulos hasta entonces reservados a su rival y puso una sexta marcha difícil de seguir. El público australiano animó con insistencia a Li, pero acabó entregado a Kim, que, con una sonrisa de oreja a oreja y ojos llorosos, alzaba los brazos al cielo australiano tras ganar el último punto. La belga, que sucede en el palmarés a Serena Williams en estos lares, suma a sus arcas además, 2.100.000 dólares australianos (1.527.360 euros), lo que aumenta su global de ganancias a 17.310.574 euros.
Esta victoria supone el cuarto Grand Slam para Clijsters, el segundo consecutivo y el primero fuera de Estados Unidos tras sus triunfos en Nueva York en 2005, 2009 y 2010. La tenista belga, que reparte por el circuito dibujos de su hija Jada (Caroline Wozniacki o Victoria Azarenka ya han recibido varios regalos de la primogénita de Kim), ya ha anunciado que su adiós definitivo en el mundo de la raqueta está más cerca que lejos, si bien éste puede estar fechado tras los Juegos Olímpicos de Londres 2012 porque quiere volver a ser madre. Antes de ello, querrá volver a verse en lo más alto de la clasificación WTA. De Melbourne sale en el segundo escalón del podio.
Kim Clijsters, tercera cabeza de serie del torneo, cumplió con el papel de favorita al imponerse a Na Li, novena favorita, por un marcador global de 3-6, 6-3 y 6-3 tras dos horas y cinco minutos de juego en un choque disputado en una abarrotada Rod Laver Arena. La experiencia de la belga, que disputaba su octava final de Grand Slam -segunda en Australia tras la derrota en 2004 ante su compatriota Justine Henin-, se impuso a la novata jugadora oriental, primera china en disputar la final de un 'grande'.
El partido comenzó en el sorteo inicial que ganó Li y en el que la china dudó si comenzar sacando o restando. Eligió restar, desconocedora de lo que le venía encima. Y es que Clijsters salió enchufadísima, al nivel exhibido ante Safina en primera ronda o en la última semana de competición, donde de verdad tuvo rivales de entidad. La belga ganó los primeros ocho puntos del partido, lo que se tradujo en juego en blanco al servicio y juego en blanco al resto. Bien asentada en el fondo de pista, moviendo a su rival con raquetazos planos de lado a lado y consumiendo los primeros compases por la vía rápida. Por su parte, Li tardó en reaccionar. Su idea inicial de aguantar el ciclón desde la línea de fondo no funcionó y subió a la red para dar un giro al partido. Lo consiguió la china, que una vez se quitó la presión de la coraza de la inexperiencia, jugó de tú a tú a la ex número 1 del mundo. Sufrió con su servicio, pero resolvió los momentos de apuros con determinación. Además, aprovechó los errores de su rival para tomar la iniciativa y así terminar cerrando sorpresivamente el primer set a su favor.
Primera remontada en una final en Australia desde 2005
En las últimas 17 finales de Grand Slam femeninas, quien ganó el primer set terminó por llevarse a posteriori el partido (Serena Williams fue la última que consiguió levantar un set adverso en Australia en 2005 -Mauresmo remontó a Henin en Wimbledon 2006-). Clijsters salió motivada en el segundo acto, dispuesta a dar la vuelta al luminoso y a romper esta estadística. La belga, ofreciendo mucha más movilidad sobre el tapete, logró un break en el juego inicial que pintaba en remontada, sacando partido de una concatenación de breaks (cinco de los siete primeros juegos se resolvieron al resto) en este intenso, tensionado y disputado set. Al final fue Clijsters quien consiguió llevarse el gato al agua y forzar la tercera y definitiva manga.
A pesar de que el marido y entrenador de Li, Jiang Shan, la animaba desde la grada para que continuara exhibiendo el gran nivel ofrecido sobre el tapete 'aussie' durante la primera hora de partido, los nervios volvieron a atenazar a la china, que cedió sus dos primeros servicios del tercer set (uno tras una doble falta y otro con un clamaroso error con su derecha a media pista), haciendo inútil su presión al resto. Clijsters se creció, pegó más fuerte si cabe a la pelota, encontró ángulos hasta entonces reservados a su rival y puso una sexta marcha difícil de seguir. El público australiano animó con insistencia a Li, pero acabó entregado a Kim, que, con una sonrisa de oreja a oreja y ojos llorosos, alzaba los brazos al cielo australiano tras ganar el último punto. La belga, que sucede en el palmarés a Serena Williams en estos lares, suma a sus arcas además, 2.100.000 dólares australianos (1.527.360 euros), lo que aumenta su global de ganancias a 17.310.574 euros.
Esta victoria supone el cuarto Grand Slam para Clijsters, el segundo consecutivo y el primero fuera de Estados Unidos tras sus triunfos en Nueva York en 2005, 2009 y 2010. La tenista belga, que reparte por el circuito dibujos de su hija Jada (Caroline Wozniacki o Victoria Azarenka ya han recibido varios regalos de la primogénita de Kim), ya ha anunciado que su adiós definitivo en el mundo de la raqueta está más cerca que lejos, si bien éste puede estar fechado tras los Juegos Olímpicos de Londres 2012 porque quiere volver a ser madre. Antes de ello, querrá volver a verse en lo más alto de la clasificación WTA. De Melbourne sale en el segundo escalón del podio.