El Manchester City ha vuelto. Un misil de Yaya Toure decidió la final de la FA Cup y le da el primer título a los 'citizens' en la era Mansour. La multimillonaria inversión da al fin su primer fruto. Mancini propuso un partido atractivo. El Stoke esperó su oportunidad y se fue con empate al descanso. En el segundo tiempo la tuvo Jones, pero Hart salvó a los suyos. Y cuando el partido entraba en su recta final, apareció el hombre de la competición: Toure se dejó el alma en un disparo que vale un torneo.
Wembley mostraba sus mejores galas. Un estadio dividido. 45.000 gargantas celestes y otras tantas rojiblancas. El templo del fútbol británico estaba a punto de coronar al campeón de la mítica FA Cup, la competición más antigua del mundo.
El City, que ansía como ningún otro club volver entre los grandes, partía como favorito. Pero los miles de millones que su propietario ha invertido en confeccionar una plantilla de impresión no bastaban para imponerse al Stoke, un clásico del balompié de las islas, que se había metido en la final a base de esfuerzo. Hacía falta juego, y Mancini lo puso.
El técnico italiano dio a Tévez y Balotelli la responsabilidad del ataque 'citizen'. A Silva, le entregó la llave del mismo. El de Arguineguín tuvo libertad en la mediapunta, respaldado por Barry y De Jong. Las combinaciones en tres cuartos de campo fueron la principal apuesta celeste durante los primeros 45 minutos. Y las ocasiones comenzaron a sucederse. Toure avisó primero desde muy lejos, con un zapatazo que rozó la escuadra derecha de Sorensen. Luego fue Kolarov, con un centro muy cerrado que acabó en la lateral de la red.
El Stoke se resistía a claudicar, aunque pocos esperaban un arranque tan ambicioso del conjunto de Mánchester. Los 'pottiers' (alfareros) achicaban como podían y hacían vibrar a sus seguidores con cada balón que conseguían colgar en el área del City. Los temibles saques de banda de Delap y algún centro a balón parado a cargo de Pennant fueron los motivos para la esperanza rojiblanca.
El descanso dejaba sin premio al City y su propuesta, y aparecía como un auténtico oasis para los atareados defensores del Stoke, que sí vieron recompensado su esfuerzo. Por delante, 45 minutos... Por lo menos.
Porque tras la reanudación Tony Pulis dio una vuelta de tuerca a su planteamiento. Tocaba dar un paso al frente, y el equipo de Stoke-on-Trent atacó espoleado por una marea roja que abarrotaba el fondo de Wembley tras la portería defendida por Hart.
Jones tuvo en sus botas la ocasión más clara del partido. El delantero triniteño estuvo solo ante el peligro. Se fajó ante Lescott y Kompany, les trajo de cabeza cada vez que le llegaba un balón largo, y en el minuto 61 les ganó la partida. Estuvo a punto de convertir en gol un despeje de su defensa. Se plantó solo ante Hart, pero no llegó con la claridad necesaria para superarlo.
Toure, centrocampista total
El City ya no era el del primer acto. Había aflojado en la presión. El desgaste de una temporada repleta de altibajos y el empuje de un rival crecido mermaron el estado físico de los de Mánchester, que comenzaban a temer la prórroga. Entonces Mancini se acordó de Adam Johnson. Corría el minuto 72 cuando sacó al habilidoso extremo y retiró del terreno de juego a Barry. Toure, el centrocampista total, retrasó su posición para acompañar a De Jong en el doble pivote.
Pero el 105x69 de Wembley es una minucia para el marfileño. Cubre más metros que nadie y lo demostró un minuto más tarde al llegar desde la medular hasta el corazón del área rival. Allí rompió el cuero y la final con su pierna izquierda. Recogió un balón suelto y fusiló a Sorensen. Después de darle a los suyos el pase a la final con una demostración de potencia y clase ante el United, Toure puso el broche de oro a su Copa con un gol fruto de la fe y de una contundencia única en el fútbol mundial.
Fieles a sus armas
Apenas restaban 15 minutos y el Stoke moriría fiel a un estilo que le ha llevado a su primera final de la FA Cup en 148 años de historia. Pulis puso en liza a sus torres. El veterano Carew se convirtió en el referente de los alfareros en las postrimerías del encuentro. Balones largos. Briega. Saltos. Y más balones a la olla. El juego directo dio sus frutos: el primer córner del encuentro para el Stoke en el minuto 92.
Sorensen subió al remate. Con 1-0 en el marcador, enmudecían los 45.000 hinchas de Mánchester. El balón sobrecogió hasta en tres ocasiones a las aficiones de uno y otro equipo. Se paseó una y otra vez por el área pequeña y acabó de nuevo en córner. La grada rojiblanca celebró cada lanzamiento como si de un penalti se tratase. Shawcross remató, pero su disparo salió fuera. Ahí se moría la final.
Vuelve a la élite
La mitad celeste de Mánchester estalló dos horas después de que lo hiciese la parte roja con la Premier del United. Los 'citizens' celebraron un pitido final que les daba algo más que un título. Mil millones de euros después, el City jugará la Liga de Campeones y conquista la FA Cup. Cuatro décadas después, ha vuelto entre los grandes.
PD: We are the championsss! xd xd
Wembley mostraba sus mejores galas. Un estadio dividido. 45.000 gargantas celestes y otras tantas rojiblancas. El templo del fútbol británico estaba a punto de coronar al campeón de la mítica FA Cup, la competición más antigua del mundo.
El City, que ansía como ningún otro club volver entre los grandes, partía como favorito. Pero los miles de millones que su propietario ha invertido en confeccionar una plantilla de impresión no bastaban para imponerse al Stoke, un clásico del balompié de las islas, que se había metido en la final a base de esfuerzo. Hacía falta juego, y Mancini lo puso.
El técnico italiano dio a Tévez y Balotelli la responsabilidad del ataque 'citizen'. A Silva, le entregó la llave del mismo. El de Arguineguín tuvo libertad en la mediapunta, respaldado por Barry y De Jong. Las combinaciones en tres cuartos de campo fueron la principal apuesta celeste durante los primeros 45 minutos. Y las ocasiones comenzaron a sucederse. Toure avisó primero desde muy lejos, con un zapatazo que rozó la escuadra derecha de Sorensen. Luego fue Kolarov, con un centro muy cerrado que acabó en la lateral de la red.
El Stoke se resistía a claudicar, aunque pocos esperaban un arranque tan ambicioso del conjunto de Mánchester. Los 'pottiers' (alfareros) achicaban como podían y hacían vibrar a sus seguidores con cada balón que conseguían colgar en el área del City. Los temibles saques de banda de Delap y algún centro a balón parado a cargo de Pennant fueron los motivos para la esperanza rojiblanca.
El descanso dejaba sin premio al City y su propuesta, y aparecía como un auténtico oasis para los atareados defensores del Stoke, que sí vieron recompensado su esfuerzo. Por delante, 45 minutos... Por lo menos.
Porque tras la reanudación Tony Pulis dio una vuelta de tuerca a su planteamiento. Tocaba dar un paso al frente, y el equipo de Stoke-on-Trent atacó espoleado por una marea roja que abarrotaba el fondo de Wembley tras la portería defendida por Hart.
Jones tuvo en sus botas la ocasión más clara del partido. El delantero triniteño estuvo solo ante el peligro. Se fajó ante Lescott y Kompany, les trajo de cabeza cada vez que le llegaba un balón largo, y en el minuto 61 les ganó la partida. Estuvo a punto de convertir en gol un despeje de su defensa. Se plantó solo ante Hart, pero no llegó con la claridad necesaria para superarlo.
Toure, centrocampista total
El City ya no era el del primer acto. Había aflojado en la presión. El desgaste de una temporada repleta de altibajos y el empuje de un rival crecido mermaron el estado físico de los de Mánchester, que comenzaban a temer la prórroga. Entonces Mancini se acordó de Adam Johnson. Corría el minuto 72 cuando sacó al habilidoso extremo y retiró del terreno de juego a Barry. Toure, el centrocampista total, retrasó su posición para acompañar a De Jong en el doble pivote.
Pero el 105x69 de Wembley es una minucia para el marfileño. Cubre más metros que nadie y lo demostró un minuto más tarde al llegar desde la medular hasta el corazón del área rival. Allí rompió el cuero y la final con su pierna izquierda. Recogió un balón suelto y fusiló a Sorensen. Después de darle a los suyos el pase a la final con una demostración de potencia y clase ante el United, Toure puso el broche de oro a su Copa con un gol fruto de la fe y de una contundencia única en el fútbol mundial.
Fieles a sus armas
Apenas restaban 15 minutos y el Stoke moriría fiel a un estilo que le ha llevado a su primera final de la FA Cup en 148 años de historia. Pulis puso en liza a sus torres. El veterano Carew se convirtió en el referente de los alfareros en las postrimerías del encuentro. Balones largos. Briega. Saltos. Y más balones a la olla. El juego directo dio sus frutos: el primer córner del encuentro para el Stoke en el minuto 92.
Sorensen subió al remate. Con 1-0 en el marcador, enmudecían los 45.000 hinchas de Mánchester. El balón sobrecogió hasta en tres ocasiones a las aficiones de uno y otro equipo. Se paseó una y otra vez por el área pequeña y acabó de nuevo en córner. La grada rojiblanca celebró cada lanzamiento como si de un penalti se tratase. Shawcross remató, pero su disparo salió fuera. Ahí se moría la final.
Vuelve a la élite
La mitad celeste de Mánchester estalló dos horas después de que lo hiciese la parte roja con la Premier del United. Los 'citizens' celebraron un pitido final que les daba algo más que un título. Mil millones de euros después, el City jugará la Liga de Campeones y conquista la FA Cup. Cuatro décadas después, ha vuelto entre los grandes.
PD: We are the championsss! xd xd