Getafe y Villarreal se citaban
en el Coliseum Alfonso Pérez con la necesidad de recuperar sensaciones
tras el dubitativo arranque de temporada que ambos conjuntos había
protagonizado hasta la fecha buscando aquella victoria que les otorgase
confianza para dar ese paso definitivo de confianza y autoestima
necesario para encadenar una buena racha.
El Getafe comenzó mejor el partido que el Villarreal, ligeramente estático en los compases iniciales, y
los azulones muy pronto demostraron que estaban dispuestos a explotar
las bandas sin un juego demasiado pretencioso pero sí práctico que se
tradujo en varios acercamientos a la potería de Diego López.
Güiza tendría las primeras ocasiones
del cuadro madrileño, pero el andaluz dejó en evidencia a lo largo de
la primera parte que su estado de forma sigue sin ser el mejor posible
para un jugador de élite, fallando alguna pelota clara ante la pasividad
de la defensa del Submarino Amarillo.
Sin
embargo, poco a poco el Villarreal fue reaccionando, aunque de una
forma tímida, al dominio rival apostando por el juego de combinación
intentando explotar su mayor calidad en la medular y la velocidad de Rossi.
El italiano, quizá algo casando después de sus compromisos
internacionales, lo intentó en varias ocasiones sin llegar a ver puerta.
El Submarino llegaría a tener hasta dos ocasiones claras antes de que ambos equipos enfilasen el camino a vestuarios: primero fue Zapata, tras una buena jugada de estrategia,
el que buscaría el primer gol tras un remate de cabeza que salió
desviado por centímetros, y después Senna, que lazó un disparo
sensacional desde media distancia que detuvo Codina haciendo una gran
intervención.
Tras la reanudación, tanto Luis García como Garrido intentaron retocar sus esquemas buscando más profundidad
en la medular y en la delantera, dando oportunidades a Adrián Colunga
en el bando madrileño y a Wakaso por parte del Submarino. La dinámica no
cambiaba sobre el césped, mientras se echaba de menos un punto más de
velocidad en el juego.
Y
mientras pasaban los minutos, parecía que solo Rossi era capaz de poner
una velocidad superior para decantar el partido hacia el lado del
Villarreal ante un Getafe que no llegaba con claridad a la portería de
Diego López: el italiano tuvo una oportunidad clarísima después de una gran jugada
en la que se deshizo de hasta tres rivales, pero su disparo ajustado se
marchó cerca del palo de Codina, que seguía alternando intervenciones
de mérito con cierta inseguridad.
Los nervios atenazaban el juego de ambos equipos y evidenciaba aquel dicho que reza que "el fútbol son estados de ánimo". El ritmo era poco alegre y monótono por momentos, mientras ni Villarreal ni Getafe eran capaces de aportar ese plus necesario para cosechar la victoria por el miedo a perder.
El
cronómetro era el único que ponía emoción a un partido que ya había
bajado muchos enteros cuando se rozaba el minuto noventa. El Getafe tenía la pelota, pero fue Wakaso el último que lo intentó desde
media distancia, aunque no obtuvo recompensa y su disparo se marchó
fuera. También la tuvo Sarabia en un contragolpe, pero
Con este resultado, ninguno de los dos equipos supera su crisis
pero suman un punto que puede ser bueno si en las próximas jornadas se
encadena una buena dinámica. Nadie consiguió proponer en el Coliseum lo
suficiente como para ganar.
Esta claro que este Villarreal esta en crisis y falta de gol de los 2 equipos.
en el Coliseum Alfonso Pérez con la necesidad de recuperar sensaciones
tras el dubitativo arranque de temporada que ambos conjuntos había
protagonizado hasta la fecha buscando aquella victoria que les otorgase
confianza para dar ese paso definitivo de confianza y autoestima
necesario para encadenar una buena racha.
El Getafe comenzó mejor el partido que el Villarreal, ligeramente estático en los compases iniciales, y
los azulones muy pronto demostraron que estaban dispuestos a explotar
las bandas sin un juego demasiado pretencioso pero sí práctico que se
tradujo en varios acercamientos a la potería de Diego López.
Güiza tendría las primeras ocasiones
del cuadro madrileño, pero el andaluz dejó en evidencia a lo largo de
la primera parte que su estado de forma sigue sin ser el mejor posible
para un jugador de élite, fallando alguna pelota clara ante la pasividad
de la defensa del Submarino Amarillo.
Sin
embargo, poco a poco el Villarreal fue reaccionando, aunque de una
forma tímida, al dominio rival apostando por el juego de combinación
intentando explotar su mayor calidad en la medular y la velocidad de Rossi.
El italiano, quizá algo casando después de sus compromisos
internacionales, lo intentó en varias ocasiones sin llegar a ver puerta.
El Submarino llegaría a tener hasta dos ocasiones claras antes de que ambos equipos enfilasen el camino a vestuarios: primero fue Zapata, tras una buena jugada de estrategia,
el que buscaría el primer gol tras un remate de cabeza que salió
desviado por centímetros, y después Senna, que lazó un disparo
sensacional desde media distancia que detuvo Codina haciendo una gran
intervención.
Tras la reanudación, tanto Luis García como Garrido intentaron retocar sus esquemas buscando más profundidad
en la medular y en la delantera, dando oportunidades a Adrián Colunga
en el bando madrileño y a Wakaso por parte del Submarino. La dinámica no
cambiaba sobre el césped, mientras se echaba de menos un punto más de
velocidad en el juego.
Y
mientras pasaban los minutos, parecía que solo Rossi era capaz de poner
una velocidad superior para decantar el partido hacia el lado del
Villarreal ante un Getafe que no llegaba con claridad a la portería de
Diego López: el italiano tuvo una oportunidad clarísima después de una gran jugada
en la que se deshizo de hasta tres rivales, pero su disparo ajustado se
marchó cerca del palo de Codina, que seguía alternando intervenciones
de mérito con cierta inseguridad.
Los nervios atenazaban el juego de ambos equipos y evidenciaba aquel dicho que reza que "el fútbol son estados de ánimo". El ritmo era poco alegre y monótono por momentos, mientras ni Villarreal ni Getafe eran capaces de aportar ese plus necesario para cosechar la victoria por el miedo a perder.
El
cronómetro era el único que ponía emoción a un partido que ya había
bajado muchos enteros cuando se rozaba el minuto noventa. El Getafe tenía la pelota, pero fue Wakaso el último que lo intentó desde
media distancia, aunque no obtuvo recompensa y su disparo se marchó
fuera. También la tuvo Sarabia en un contragolpe, pero
Con este resultado, ninguno de los dos equipos supera su crisis
pero suman un punto que puede ser bueno si en las próximas jornadas se
encadena una buena dinámica. Nadie consiguió proponer en el Coliseum lo
suficiente como para ganar.
Esta claro que este Villarreal esta en crisis y falta de gol de los 2 equipos.