El Barça golea con tantos de Piqué, Messi, Puyol y Villa y pasa por encima de un Zaragoza parco en ideas y que no ha sabido jugarle el partido a los de Guardiola ni siquiera a la defensiva.
Era complicado vaticinar si finalmente Leo Messi saldría de inicio
en un partido no demasiado complicado aunque marcado por la
estadística, no muy favorable al FC Barcelona, que no registra desde
hace tiempo buenos partidos después de un parón de Selecciones.
Pero Messi salió. Ni el cansancio acumulado, ni el jet lag pueden con un jugador tan ansioso por jugar y tan ambicioso por ganar. Con él un equipo inicial que viene siendo habitual últimamente en los onces de Guardiola. Con Fàbregas y la “niña” Keita flanqueando a Xavi y una delantera formada por Alexis e Isaac Cuenca al lado del argentino. David Villa volvía a quedarse en el banco.
El Vasco Aguirre colocaba al otro lado un equipo compensado aunque
al que todavía le resta compenetración para poder salir de los puestos
de descenso. Para tal misión el técnico zaragocista contaría con la
ayuda de Helder Postiga con la moral por las nubes tras su gran actuación con Portugal y con un viejo conocido de la parroquia culé, conocido a la par que odiado Luis García.
Con el balón ya en marcha se preveía un partido igual a tantos otros. El Barça recibió el regalito redondo
para que lo hiciera suyo y el Zaragoza se colocaba en su campo para
intentar tapar todos los huecos de paso posible para los culés. Si en
estas se podía aprovechar alguna contra que otra estupendo.
La posesión del Barça se convertía en aburrida sin
embargo más pronto que otras veces. El mareo intensivo que lo de
Guardiola le propinaban al balón vaciaba de ideas el juego blaugrana al
mismo tiempo. De una de esas pocas ideas surgía el primer gol sobrevolando las cabezas de los jugadores del Zaragoza. Falta cobrada por Xavi que remata de cabeza el más alto del Barça, Gerard Piqué, que ponía el primero en el marcador.
A partir de ahí el Barça, algo más cómodo por el resultado, se apoderaría del balón del todo, trasladándose el partido al área de Roberto, que de no ser por él, no se hubiese descartado una goleada al Zaragoza a la media parte.
Como siempre era Messi el que se desmarcaba con el toque mágico
y de calidad en la mayoría de las jugadas ofensivas del Barça. El
individualismo del argentino en unas ocasiones y el portero Roberto en
otras, evitarían que el segundo del Barça.
Aunque llegó. En una de las internadas del Barça, Cesc habilita a Messi para dejarlo solo delante de la portería, recortaba a Lázaro y Roberto no podía evitar que, casi sin esperarlo, el dos a cero se coronase en el luminoso.
El segundo periodo en este tipo de casos suele venir dado como un
castigo para el telespectador en según qué ocasiones, sobretodo para el
equipo que va perdiendo. La primera la tuvo el Barça de nuevo y de nuevo
fue Roberto el que tuvo que solucionar.
El Zaragoza algo más valiente que en la primera parte
decidía echarse arriba con la convicción de que con dos goles en
contra, marcar pronto podría ser la solución a un posible empate o quién
sabe si una victoria.
Ardua tarea sin embargo para un equipo como el Zaragoza en un quiero y
no puedo que finalmente aprovecharía otra vez el Barça para poner el
tercero en el marcador. Una vez más es Cesc el que pone el pase magistral a Seidou Keita que se la cedía a Carles Puyol que la remataba el gol en dos tiempos. ¿Lanzaro en propia puerta? Posiblemente.
Al borde del setenta el protagonista es Villa, que sustituía a Cesc en un nuevo partido del asturiano como suplente. Cambio ofensivo para el Barça que ansiaba más goles. Oportunidad para Villa también para demostrar que su crisis no es tal.
Y vamos si lo hizo. Poco después de su entrada en el campo, el ex del Valencia aportaba el cuarto tanto
a la cuenta goleadora del Barça. Gran acción de Cuenca, que apuraba
hasta la línea de fondo y la ponía en el segundo palo para Villa. El Guaje remató en plancha,
en tremendo testarazo con el que el asturiano se resarcía de las dudas
tanto propias como
ajenas.
Poco más quedaría por ver en el Camp Nou con un Barça algo más
relajado, seguramente a causa de los cuatro goles, y que el Zaragoza intentó aprovechar sin ningún éxito.
El Barça no falla en el partido trampa ante el Zaragoza del Vasco Aguirre y se hace con los tres puntos que le permiten seguir la estela del Real Madrid.
Sin problemas para el Barcelona
Era complicado vaticinar si finalmente Leo Messi saldría de inicio
en un partido no demasiado complicado aunque marcado por la
estadística, no muy favorable al FC Barcelona, que no registra desde
hace tiempo buenos partidos después de un parón de Selecciones.
Pero Messi salió. Ni el cansancio acumulado, ni el jet lag pueden con un jugador tan ansioso por jugar y tan ambicioso por ganar. Con él un equipo inicial que viene siendo habitual últimamente en los onces de Guardiola. Con Fàbregas y la “niña” Keita flanqueando a Xavi y una delantera formada por Alexis e Isaac Cuenca al lado del argentino. David Villa volvía a quedarse en el banco.
El Vasco Aguirre colocaba al otro lado un equipo compensado aunque
al que todavía le resta compenetración para poder salir de los puestos
de descenso. Para tal misión el técnico zaragocista contaría con la
ayuda de Helder Postiga con la moral por las nubes tras su gran actuación con Portugal y con un viejo conocido de la parroquia culé, conocido a la par que odiado Luis García.
Con el balón ya en marcha se preveía un partido igual a tantos otros. El Barça recibió el regalito redondo
para que lo hiciera suyo y el Zaragoza se colocaba en su campo para
intentar tapar todos los huecos de paso posible para los culés. Si en
estas se podía aprovechar alguna contra que otra estupendo.
La posesión del Barça se convertía en aburrida sin
embargo más pronto que otras veces. El mareo intensivo que lo de
Guardiola le propinaban al balón vaciaba de ideas el juego blaugrana al
mismo tiempo. De una de esas pocas ideas surgía el primer gol sobrevolando las cabezas de los jugadores del Zaragoza. Falta cobrada por Xavi que remata de cabeza el más alto del Barça, Gerard Piqué, que ponía el primero en el marcador.
A partir de ahí el Barça, algo más cómodo por el resultado, se apoderaría del balón del todo, trasladándose el partido al área de Roberto, que de no ser por él, no se hubiese descartado una goleada al Zaragoza a la media parte.
Como siempre era Messi el que se desmarcaba con el toque mágico
y de calidad en la mayoría de las jugadas ofensivas del Barça. El
individualismo del argentino en unas ocasiones y el portero Roberto en
otras, evitarían que el segundo del Barça.
Aunque llegó. En una de las internadas del Barça, Cesc habilita a Messi para dejarlo solo delante de la portería, recortaba a Lázaro y Roberto no podía evitar que, casi sin esperarlo, el dos a cero se coronase en el luminoso.
El segundo periodo en este tipo de casos suele venir dado como un
castigo para el telespectador en según qué ocasiones, sobretodo para el
equipo que va perdiendo. La primera la tuvo el Barça de nuevo y de nuevo
fue Roberto el que tuvo que solucionar.
El Zaragoza algo más valiente que en la primera parte
decidía echarse arriba con la convicción de que con dos goles en
contra, marcar pronto podría ser la solución a un posible empate o quién
sabe si una victoria.
Ardua tarea sin embargo para un equipo como el Zaragoza en un quiero y
no puedo que finalmente aprovecharía otra vez el Barça para poner el
tercero en el marcador. Una vez más es Cesc el que pone el pase magistral a Seidou Keita que se la cedía a Carles Puyol que la remataba el gol en dos tiempos. ¿Lanzaro en propia puerta? Posiblemente.
Al borde del setenta el protagonista es Villa, que sustituía a Cesc en un nuevo partido del asturiano como suplente. Cambio ofensivo para el Barça que ansiaba más goles. Oportunidad para Villa también para demostrar que su crisis no es tal.
Y vamos si lo hizo. Poco después de su entrada en el campo, el ex del Valencia aportaba el cuarto tanto
a la cuenta goleadora del Barça. Gran acción de Cuenca, que apuraba
hasta la línea de fondo y la ponía en el segundo palo para Villa. El Guaje remató en plancha,
en tremendo testarazo con el que el asturiano se resarcía de las dudas
tanto propias como
ajenas.
Poco más quedaría por ver en el Camp Nou con un Barça algo más
relajado, seguramente a causa de los cuatro goles, y que el Zaragoza intentó aprovechar sin ningún éxito.
El Barça no falla en el partido trampa ante el Zaragoza del Vasco Aguirre y se hace con los tres puntos que le permiten seguir la estela del Real Madrid.
Sin problemas para el Barcelona