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La Real Sociedad se llevó los tres puntos del Benito Villamarín tras un partido loco en el que se demostró que, cuando dos rivales llegan en mal momento, todo puede pasar.
Y
es que, el conjunto de Montanier pasó de ganar con facilidad a pedir la
hora con un 2-2, sentenciando, finalmente, con un gol de noventa
minutos. Es lo que suele ocurrir cuando desperdicias una renta de dos goles y, sin embargo, das el campanazo en el descuento.
Tras
una primera mitad para olvidar, en la que ninguno de los dos logró
hacerse con las riendas del encuentro, el panorama cambió radicalmente
en la reanudación. La Real Sociedad entró al campo con ganas de dominar y agradar. Lo consiguió y, además, lo refrendó con dos goles.
Primero Agirretxe y más tarde Carlos Vela pusieron el 0-2, ventaja con la que se llegó a los últimos quince minutos de encuentro. Pese
a todo, Jonathan Pereira, que salió como revulsivo cuando todo estaba
perdido, logró inyectarle moral a los suyos con un doblete que llevó el
delirio al Benito Villamarín.
Del 0-2 y la superioridad visitante se había pasado a un 2-2
en el que, además, el Betis había logrado creer en la remontada. Los
hombres de Montanier pedían la hora y el Villamarín apretaba en busca de
la épica.
El desenlace final fue el más inesperado. Cuando más
atacaban los locales, Íñigo Martínez tuvo la valentía de levantar la
cabeza en el centro del campo y marcar un golazo de los que hacen época.
2-3 en el minuto 91 y silencio sepulcral en el estadio heliopolitano.
Al
final, tres puntos de oro para la Real Sociedad y derrota preocupante
para un Betis que, si nada cambia, vivirá una semana llena de
turbulencias, con la continuidad de Pepe Mel en el aire pese al gran comienzo de temporada que firmaron.
Parece que Mel no se sienta en el banquillo en el Sadar.