Fuera de todo tipo de valoraciones humanas y hasta de estilos de juego, es indiscutible que tanto Josep Guardiola como Jose Mourinho son los creadores intelectuales de este Barcelona y de este Real Madrid.
Grabado
a fuego, un sello que caracteriza a estos dos entrenadores es la pasión
por el trabajo y la estrategia. Cada uno con sus métodos -muy
distintos, por cierto-, logran sacar lo mejor de de sus jugadores. A tal
extremo que tanto la carrera de Pep como la de Mou tienen un punto en común: el éxito.
Aunque es ocho años más joven y por ende cuenta con menos experiencia en esto de entrenar, Guardiola no tiene nada que envidiarle a Mourinho. Porque la combinación buen juego-éxito comenzó desde sus inicios, siendo míster del Barcelona B,
filial del FC Barcelona, en 2007. Allí asciende de Tercera División a
Segunda División B, trabajo que le vale el puesto de preparador del
Fútbol Club Barcelona en el curso 2008/2009 en reemplazo de Frank Rijkaard.
No fue tímido lo de Pep, quien en su primera campaña lograría un triplete histórico: Champions League, Liga Española y Copa del Rey, algo que ningún otro club español
había conseguido antes. Más tarde, la Supercopa de España y la
Supercopa de Europa, logrando lo que nadie: ganar con el mismo equipo
los cinco títulos que ha disputado su equipo en un año calendario. Por
si fuera poco, ese mismo año, en 2009, gana el Mundial de Clubes, única
estrella que le faltaba al conjunto catalán en toda su historia. Record por todos lados.
También
los rankings le avalan. Guardiola es elegido el mejor entrenador de
2009 por la Federación Internacional de Historia y Estadística del
Fútbol (IFFHS). Esto, con la mayor diferencia de puntos respecto al
segundo clasificado desde que se entrega este premio. Ya en 2010, logró
la Liga, Liga de Campeones, la Supercopa de Europa y la Supercopa de
España. Pep antepone el buen juego sobre el éxito y eso es lo que le
lleva indefectiblemente a ganar. Así concibe a este deporte. Divertir es la premisa y vencer, la consecuencia.
Y Mourinho, a su manera, también lo ha ganado todo. Primero como asistente técnico de Bobby Robson y Louis Van Gaal, más tarde como entrenador, pero siempre con el lema de ganar ante todo. Sus inicios como míster tienen lugar en el Benfica y luego en el União Leiria.
Ponerse a detallar cada uno de los títulos que ha logrado sería
interminable. En resumidas cuentas y siempre oficialmente, son 8 con el Oporto, 6 con el Chelsea y 5 con el Inter de Milan. No le ha quedado nada por conquistar. Los trofeos que todos quieren tener, él los tiene y lo hace saber.
Lejos de ser vistosos, los equipos del portugués destacan por la practicidad.
Eso es algo que al luso se le suele achacar, como la forma en la que
logró la última Champions League con el Inter. Una muestra de ello es el
partido en que su equipo eliminó al Barcelona en el mismísimo Camp Nou
en semifinales. Es que por el nivel de las plantillas que suele tener,
al portugués se le puede exigir un poco más en cuanto al espectáculo. En relación a los números, irreprochable. Y por eso aquel premio de la IFFHS ganado por Pep en 2009 también lo tiene Mou pero en duplicado (2004 y 2005).
Preso de sus palabras, The Special One es muchas veces
cuestionado por la prensa y la opinión pública. Porque Mourinho nunca se
llama a silencio, rompe con los moldes y con los protocolos. Es
polémico por donde se lo mire. Desde mandar a expulsar a Sergio Ramos y Xabi Alonso, hasta suspender ruedas de prensas, pasando por entrenos a puertas cerradas. Por eso genera pasiones.
A diferencia de Guardiola, no ha sido un reconocido futbolista. Ex portero, su pasado como traductor le vale lo que ahora es. ¿Qué es?
Pues un míster al que le obsesiona la estrategia y el trabajo
planificado. Un míster que no sabe lo que es perder por Liga con algún
equipo suyo en condición de local desde febrero de 2002. Pero sobre
todas las cosas, un míster emparentado con ambición de ganar.
El Bernabéu se viste de gala este 10 de diciembre para verles otra vez cara a cara. Guardiola-Mourinho, el cerebro de cada Galaxia y una nueva oportunidad de ver quién impone su método. ¿A tí quién te gusta más?
Son 2 visiones distintas de ver el futbol y de actuar ante los periodistas.
Grabado
a fuego, un sello que caracteriza a estos dos entrenadores es la pasión
por el trabajo y la estrategia. Cada uno con sus métodos -muy
distintos, por cierto-, logran sacar lo mejor de de sus jugadores. A tal
extremo que tanto la carrera de Pep como la de Mou tienen un punto en común: el éxito.
Aunque es ocho años más joven y por ende cuenta con menos experiencia en esto de entrenar, Guardiola no tiene nada que envidiarle a Mourinho. Porque la combinación buen juego-éxito comenzó desde sus inicios, siendo míster del Barcelona B,
filial del FC Barcelona, en 2007. Allí asciende de Tercera División a
Segunda División B, trabajo que le vale el puesto de preparador del
Fútbol Club Barcelona en el curso 2008/2009 en reemplazo de Frank Rijkaard.
No fue tímido lo de Pep, quien en su primera campaña lograría un triplete histórico: Champions League, Liga Española y Copa del Rey, algo que ningún otro club español
había conseguido antes. Más tarde, la Supercopa de España y la
Supercopa de Europa, logrando lo que nadie: ganar con el mismo equipo
los cinco títulos que ha disputado su equipo en un año calendario. Por
si fuera poco, ese mismo año, en 2009, gana el Mundial de Clubes, única
estrella que le faltaba al conjunto catalán en toda su historia. Record por todos lados.
También
los rankings le avalan. Guardiola es elegido el mejor entrenador de
2009 por la Federación Internacional de Historia y Estadística del
Fútbol (IFFHS). Esto, con la mayor diferencia de puntos respecto al
segundo clasificado desde que se entrega este premio. Ya en 2010, logró
la Liga, Liga de Campeones, la Supercopa de Europa y la Supercopa de
España. Pep antepone el buen juego sobre el éxito y eso es lo que le
lleva indefectiblemente a ganar. Así concibe a este deporte. Divertir es la premisa y vencer, la consecuencia.
Y Mourinho, a su manera, también lo ha ganado todo. Primero como asistente técnico de Bobby Robson y Louis Van Gaal, más tarde como entrenador, pero siempre con el lema de ganar ante todo. Sus inicios como míster tienen lugar en el Benfica y luego en el União Leiria.
Ponerse a detallar cada uno de los títulos que ha logrado sería
interminable. En resumidas cuentas y siempre oficialmente, son 8 con el Oporto, 6 con el Chelsea y 5 con el Inter de Milan. No le ha quedado nada por conquistar. Los trofeos que todos quieren tener, él los tiene y lo hace saber.
Lejos de ser vistosos, los equipos del portugués destacan por la practicidad.
Eso es algo que al luso se le suele achacar, como la forma en la que
logró la última Champions League con el Inter. Una muestra de ello es el
partido en que su equipo eliminó al Barcelona en el mismísimo Camp Nou
en semifinales. Es que por el nivel de las plantillas que suele tener,
al portugués se le puede exigir un poco más en cuanto al espectáculo. En relación a los números, irreprochable. Y por eso aquel premio de la IFFHS ganado por Pep en 2009 también lo tiene Mou pero en duplicado (2004 y 2005).
Preso de sus palabras, The Special One es muchas veces
cuestionado por la prensa y la opinión pública. Porque Mourinho nunca se
llama a silencio, rompe con los moldes y con los protocolos. Es
polémico por donde se lo mire. Desde mandar a expulsar a Sergio Ramos y Xabi Alonso, hasta suspender ruedas de prensas, pasando por entrenos a puertas cerradas. Por eso genera pasiones.
A diferencia de Guardiola, no ha sido un reconocido futbolista. Ex portero, su pasado como traductor le vale lo que ahora es. ¿Qué es?
Pues un míster al que le obsesiona la estrategia y el trabajo
planificado. Un míster que no sabe lo que es perder por Liga con algún
equipo suyo en condición de local desde febrero de 2002. Pero sobre
todas las cosas, un míster emparentado con ambición de ganar.
El Bernabéu se viste de gala este 10 de diciembre para verles otra vez cara a cara. Guardiola-Mourinho, el cerebro de cada Galaxia y una nueva oportunidad de ver quién impone su método. ¿A tí quién te gusta más?
Son 2 visiones distintas de ver el futbol y de actuar ante los periodistas.