La derrota en El Nuevo Arcángel de Córdoba y la pésima imagen del Betis ha vuelto a enrarecer el ambiente en Heliópolis. El entrenador está absolutamente indignado con la actitud de algunos de sus jugadores y así lo hizo saber al acabar el choque. El vestuario no se lo ha tomado bien.
La derrota contra el Córdoba y la lamentable imagen del Betis en El Nuevo Arcángel han traído cola en Heliópolis. Pepe Mel se cogió uno de los mayores enfados que se recuerdan y así se lo hizo saber a sus futbolistas en el vestuario nada más finalizar el partido. En tono duro, el técnico reclamó profesionalidad y entrega a unos futbolistas que no tenían como contestarle. Y es que el entrenador está muy decepcionado con la actitud de varios jugadores, que a su entender no se entregaron como debieran para derrotar al conjunto cordobesista. Tras 25 minutos de monólogo salió para atender a los medios en la sala de Prensa y allí cargó contra ellos en un tono algo más pausado, aunque fue ese discurso el que trajo la polémica.
El ambiente fue tan tenso en el vestuario que el presidente, Miguel Guillén, decidió apartarse porque se sintió bastante violento. Y esa tensión siguió en la mañana de ayer, que fue cuando todos volvieron a coincidir en la Ciudad Deportiva. A la plantilla no le ha sentado bien que el entrenador les criticase ante los periodistas, así se desprende de lo dicho por Jorge Molina en conferencia de Prensa. Pero Mel no está arrepentido porque cree que hizo lo correcto y que además lo habló antes con ellos a la cara sin utilizar la Prensa como mensajera.
De todas formas, el mal partido y el incidente posterior puede afectar al equipo en próximas semanas y en el Consejo están preocupados, aunque no hay versión pública para no aumentar la crispación. La suerte para todos es que dentro de 72 horas hay un nuevo partido muy importante para los intereses del Betis contra el Atlético. Ahí se pueden curar las heridas de un equipo que ha perdido mucho crédito para la afición después de tirar por la borda el buen ambiente creado tras ganar al Valencia. "Estamos todos unidos y no vamos a bajar los brazos", dice Ezequiel. El mensaje ahora es ése, pero la realidad parece muy diferente.
menuda bronca le echaria..