El Clásico de Copa ya
está aquí. Hace apenas un mes que se disputó el de la primera vuelta de
la Liga en el Bernabéu, pero la Copa del Rey ha querido que Madrid y
Barcelona vuelvan a verse las caras al menos dos veces más en esta
temporada. Una eliminatoria que decidirá las opciones a un título para
uno de los dos equipos, aun a pesar de que estamos todavía en enero, y
que llega en un momento un tanto extraño para uno de los grandes
atractivos de este Clásico y uno de los pilares del Real Madrid:
Cristiano Ronaldo.
Desde que llegara al Real Madrid, el
luso ha ido paso a paso creciendo futbolísticamente un poco más si
cabe, engordando sus registros y su currículum con la elástica merengue.
La temporada pasada batió el récord histórico de goles de la Liga (40),
logró la Bota de Oro, y anotó el gol en la final que le valió el título
de Copa del Rey para el equipo madridista. Y este curso había empezado
batiendo todos los registros anotadores habidos y por haber: logrando superar la veintena de goles en Liga antes del ecuador de la misma, y rozando la treintena entre todas las competiciones ya en el mes de enero (26).
Sin embargo, si bien sus aptitudes y su empeño no pueden discutirse nunca, parece que el ‘7’ madridista está atravesando por un bache.
Pese a que nunca deja de intentar desbordar, centrar, y marcar goles,
la suerte no le está acompañando últimamente, viéndose en muchas
ocasiones superado por sus marcadores, esos jugadores rivales que en otras ocasiones sólo parecían meros observadores frente al titánico Ronaldo.
Una
mala racha que podría fecharse iniciada hace justo un mes, cuando Real
Madrid y Barcelona se enfrentaron en Liga. Los pupilos de Guardiola
lograron remontar el 1-0 inicial de Benzema, terminando por dar una
auténtica exhibición en el Bernabéu (1-3). Y uno de los jugadores que quedó en el ojo del huracán tras semejante tropiezo fue el propio Ronaldo, que falló una clarísima ocasión de gol con el 1-0 aún en el marcador que bien pudo haber cambiado el sino del partido.
Dicen las malas lenguas que uno de los grandes peros en la carrera de Ronaldo es que no aparece en las citas más importantes. Una teoría bastante rebatible, pero que no halla réplica en los casos en que se enfrenta al Barcelona. Y
es que es su particular bestia negra. Ya sea por presión, por
casualidad, o simple mala suerte, pero el caso es que aunque Cristiano
ha marcado tres goles al Barcelona, han sido trece partidos los que ha jugado en toda su carrera contra los blaugrana perdiendo siete de ellos,
y sólo fue decisivo en la final de Copa del Rey del pasado año. Un
balance ciertamente negativo para las estadísticas que maneja el
superlativo jugador portugués, y que encontró su fiel reflejo en este
último Clásico disputado en diciembre.
Desde aquel partido, las dudas se han cernido sobre el jugador madridista, y éste no sólo no ha conseguido disiparlas, sino que se han asentado.
Pues aunque marcara a la Ponferradina en el partido que sucedió al
Clásico liguero, y luego reventara al Sevilla con un hat-trick en el
Sánchez Pizjuán, los números en este 2012 llegan envueltos de una cierta
bruma. Cuatro partidos ha jugado, dos en Copa ante el Málaga y dos en
Liga ante Granada y Mallorca, marcando sólo un gol: el
quinto e intrascendente tanto ante el cuadro granadino, recién ascendido
a Primera. Y lo que es peor aún que las frías estadísticas, las malas sensaciones que ha transmitido, mostrando su desatino más veces de lo que acostumbra.
Asimismo, estas malas vibraciones no sólo llegan del propio Ronaldo, sino también de su más inmediato entorno. De la afición del Bernabéu,
que desde el Clásico le ha dedicado hasta en dos ocasiones esa molesta
sintonía de silbidos en concretas ocasiones donde además de que no
jugaba bien, no corría. Y hasta de Mourinho, que sembró
las dudas sobre algunos jugadores de su plantilla argumentando que no
habían descansado lo suficiente en navidades, cuando precisamente de
Ronaldo se habían aireado unas instantáneas con su novia en la playa.
Así pues, este miércoles Ronaldo no sólo se enfrenta a su bestia negra, el Barcelona, sino también a sí mismo. Quién
sabe si este miércoles será el día en el que el portugués gane ese
metafórico órdago permanente que mantiene con Messi y con todo el cuadro
blaugrana, pero para ello antes deberá encontrarse consigo mismo. Con
el mejor Ronaldo. “No siento presión ante el Barcelona”
confesaba en una entrevista esta misma semana, pero sus actuaciones
reflejan más bien lo contrario. Este miércoles será la primera
oportunidad que tiene de demostrarlo.
Por ahora CR7 no a logrado brillar ante el barcelona a ver si por fin lo hace
está aquí. Hace apenas un mes que se disputó el de la primera vuelta de
la Liga en el Bernabéu, pero la Copa del Rey ha querido que Madrid y
Barcelona vuelvan a verse las caras al menos dos veces más en esta
temporada. Una eliminatoria que decidirá las opciones a un título para
uno de los dos equipos, aun a pesar de que estamos todavía en enero, y
que llega en un momento un tanto extraño para uno de los grandes
atractivos de este Clásico y uno de los pilares del Real Madrid:
Cristiano Ronaldo.
Desde que llegara al Real Madrid, el
luso ha ido paso a paso creciendo futbolísticamente un poco más si
cabe, engordando sus registros y su currículum con la elástica merengue.
La temporada pasada batió el récord histórico de goles de la Liga (40),
logró la Bota de Oro, y anotó el gol en la final que le valió el título
de Copa del Rey para el equipo madridista. Y este curso había empezado
batiendo todos los registros anotadores habidos y por haber: logrando superar la veintena de goles en Liga antes del ecuador de la misma, y rozando la treintena entre todas las competiciones ya en el mes de enero (26).
Sin embargo, si bien sus aptitudes y su empeño no pueden discutirse nunca, parece que el ‘7’ madridista está atravesando por un bache.
Pese a que nunca deja de intentar desbordar, centrar, y marcar goles,
la suerte no le está acompañando últimamente, viéndose en muchas
ocasiones superado por sus marcadores, esos jugadores rivales que en otras ocasiones sólo parecían meros observadores frente al titánico Ronaldo.
Una
mala racha que podría fecharse iniciada hace justo un mes, cuando Real
Madrid y Barcelona se enfrentaron en Liga. Los pupilos de Guardiola
lograron remontar el 1-0 inicial de Benzema, terminando por dar una
auténtica exhibición en el Bernabéu (1-3). Y uno de los jugadores que quedó en el ojo del huracán tras semejante tropiezo fue el propio Ronaldo, que falló una clarísima ocasión de gol con el 1-0 aún en el marcador que bien pudo haber cambiado el sino del partido.
Dicen las malas lenguas que uno de los grandes peros en la carrera de Ronaldo es que no aparece en las citas más importantes. Una teoría bastante rebatible, pero que no halla réplica en los casos en que se enfrenta al Barcelona. Y
es que es su particular bestia negra. Ya sea por presión, por
casualidad, o simple mala suerte, pero el caso es que aunque Cristiano
ha marcado tres goles al Barcelona, han sido trece partidos los que ha jugado en toda su carrera contra los blaugrana perdiendo siete de ellos,
y sólo fue decisivo en la final de Copa del Rey del pasado año. Un
balance ciertamente negativo para las estadísticas que maneja el
superlativo jugador portugués, y que encontró su fiel reflejo en este
último Clásico disputado en diciembre.
Desde aquel partido, las dudas se han cernido sobre el jugador madridista, y éste no sólo no ha conseguido disiparlas, sino que se han asentado.
Pues aunque marcara a la Ponferradina en el partido que sucedió al
Clásico liguero, y luego reventara al Sevilla con un hat-trick en el
Sánchez Pizjuán, los números en este 2012 llegan envueltos de una cierta
bruma. Cuatro partidos ha jugado, dos en Copa ante el Málaga y dos en
Liga ante Granada y Mallorca, marcando sólo un gol: el
quinto e intrascendente tanto ante el cuadro granadino, recién ascendido
a Primera. Y lo que es peor aún que las frías estadísticas, las malas sensaciones que ha transmitido, mostrando su desatino más veces de lo que acostumbra.
Asimismo, estas malas vibraciones no sólo llegan del propio Ronaldo, sino también de su más inmediato entorno. De la afición del Bernabéu,
que desde el Clásico le ha dedicado hasta en dos ocasiones esa molesta
sintonía de silbidos en concretas ocasiones donde además de que no
jugaba bien, no corría. Y hasta de Mourinho, que sembró
las dudas sobre algunos jugadores de su plantilla argumentando que no
habían descansado lo suficiente en navidades, cuando precisamente de
Ronaldo se habían aireado unas instantáneas con su novia en la playa.
Así pues, este miércoles Ronaldo no sólo se enfrenta a su bestia negra, el Barcelona, sino también a sí mismo. Quién
sabe si este miércoles será el día en el que el portugués gane ese
metafórico órdago permanente que mantiene con Messi y con todo el cuadro
blaugrana, pero para ello antes deberá encontrarse consigo mismo. Con
el mejor Ronaldo. “No siento presión ante el Barcelona”
confesaba en una entrevista esta misma semana, pero sus actuaciones
reflejan más bien lo contrario. Este miércoles será la primera
oportunidad que tiene de demostrarlo.
Por ahora CR7 no a logrado brillar ante el barcelona a ver si por fin lo hace