El Real Madrid comienza una de esas semanas que pueden ser definitivas para el resto de la temporada. Y lo empieza como terminó la anterior. Con la sensación agridulce de que la sintonía que se exhibe sobre el césped en Liga y Champions no tiene su bis en el día a día del vestuario.
ASÍ FUE LA SUPUESTA DISCUSIÓN
Mourinho (dirigiéndose a Ramos): "Me habéis matado en zona mixta".
Sergio Ramos: "No míster. Usted sólo ha leído lo que pone la prensa, no todo lo que dijimos nosotros".
Mourinho: "Claro, los españoles habéis sido campeones del mundo y os protegen vuestros amigos de la prensa... Como al portero (se refiere a Casillas, que estaba separado del grupo trabajando con los demás guardametas)".
Casillas (escucha lo que dice Mourinho y responde con un grito): "¡Míster, aquí las cosas se dicen a la cara! ¿Eh?".
Mourinho: "¿Dónde estabas en el primer gol, Sergio? (Puyol remató sólo en el área pequeña".
Sergio Ramos: "Estaba marcando a Piqué".
Mourinho: "Pues tenías que marcar a Puyol".
Sergio Ramos: "Sí, pero estaban haciendo pantallas con Piqué y decidí cambiar los marcajes".
Mourinho: "¿Qué pasa? ¿Que ahora juegas a ser entrenador?
Sergio Ramos: "No, pero dependiendo de la situación del partido, hay veces que hay que cambiar los marcajes. Y como usted nunca se ha vestido de corto, no sabe que a veces se dan esas situaciones".
El pasado miércoles se vivió un nuevo capítulo de la penitencia que está viviendo este Real Madrid con el Barcelona, su bestia negra, a la que sólo ha conseguido ganar en una ocasión de los últimos nueve partidos. Sin embargo, no fue una más, sino probablemente una de las más hirientes. Primero, por la acumulación de fiascos después de cuatro partidos consecutivos sin conocer la victoria sólo en esta misma temporada. Segundo, por la sensación de impotencia y mal perder que dieron los jugadores blancos en el tramo final del partido, personificado en Pepe y el silencio posterior de la entidad. Y por último, la extraña alineación y predisposición que dibujó Mourinho para dicho partido.
Y con todo el pesar de la derrota encima, si el jueves fue un día negro para el madridismo, el viernes no fue mucho mejor. Porque el reencuentro entre los jugadores y su entrenador en Valdebebas no fue ni mucho menos idílico, como descubriera Marca el domingo. Mourinho reprochó a algunos de sus jugadores que le habían dejado vendido en la zona mixta, a lo que respondieron algunos futbolistas, en concreto Ramos y Casillas. La información aludía a un supuesto trato de favor del técnico para con sus compatriotas, en detrimento de los españoles, a los que cree protegidos por la prensa.
Un conflicto que no es nuevo, pues subyace desde que comenzara la temporada, si no mucho antes. Algunos medios y periodistas lo venían diciendo en sus artículos y crónicas, incluso se informó del castigo de Mourinho a Casillas en el Trofeo Bernabéu por disculparse con Xavi, pero bien porque los resultados no invitaban, porque el aficionado hacía oídos sordos o porque al ser medios minoritarios el público entendía que había intereses ocultos, esta situación no había tenido casi trascendencia. Sin embargo, una vez destapado con esa pomposa portada, y corroborado por periodistas de acreditada credibilidad, parece indudable ya que en el vestuario merengue no hay un mismo entrenador para todos los jugadores, ni todos los jugadores están de acuerdo en todo con su entrenador, parafraseando el dicho mosquetero.
Principalmente porque nadie en el club madridista ha desmentido dicha información, sí corroborada por muchas personas del entorno más cercano al equipo blanco. Ni siquiera los implicados como Mourinho o Casillas, ni tampoco algún compañero como Benzema o Arbeloa, todos ellos protagonistas ayer en el pospartido ante el Athletic. “No hablo de Marca” o “Pregúntenle a Marca” era la manida y preparada respuesta que todos dieron cuando se les cuestionaba por dicha discusión entre el entrenador y sus jugadores, pero ni un “Eso es mentira”.
Así pues, el Clásico de este miércoles –en la vuelta de los cuartos de final de Copa- no llega ni mucho menos en el mejor momento para el Real Madrid. Ni deportivo ni institucional. El domingo el equipo blanco supo sobreponerse a todas estas circunstancias, remontando ante el Athletic. Pero el miércoles la historia es un poco distinta.
"En vez de preguntarnos a nosotros, tenéis que preguntar a Marca por esa noticia. No estamos aquí para desmentir o confirmarlo todo. Si lo hiciéramos todos los días, mal iríamos"
Iker Casillas, portero del Real Madrid
Pues el rival no es el Athletic, no juegan en el Bernabéu, el marcador y el cronómetro están en contra de los blancos, y además hay que añadir esos traumáticos pitos del Bernabéu hacia su entrenador, la información de que el técnico querría dejar el club en junio, así como la caza de brujas que ha iniciado Mourinho para encontrar al que filtró la discusión a los medios. La enésima medida del técnico luso para convertir el vestuario en un búnker aislado del mundo exterior.
Algo que de momento sólo le ha funcionado para ganar una vez al Barcelona en nueve partidos, y sumar un solo título de los cuatro que lleva disputados hasta el momento. Circunstancias todas ellas que parece que empiezan a pesar en las cabezas de los propios jugadores. De momento, no se han visto reflejadas sobre el campo, a excepción de en los Clásicos, pero quién sabe si no empezarán a hacerlo a partir de ahora si no acompañan los resultados. Empezando por el Camp Nou. Y es que uno de los momentos clave de la presente temporada es ya uno de los más críticos de la carrera de Mourinho desde que llegara a Concha Espina.
Vamos a ver que pasa ya que parece que no hay buen ambiente entre el entrenador y algunos jugadores y el resultado del clasico puede poner en la picota a Mou que parece que se quiere ir aunque estos rumores ya estaban la temporada pasada.
ASÍ FUE LA SUPUESTA DISCUSIÓN
Mourinho (dirigiéndose a Ramos): "Me habéis matado en zona mixta".
Sergio Ramos: "No míster. Usted sólo ha leído lo que pone la prensa, no todo lo que dijimos nosotros".
Mourinho: "Claro, los españoles habéis sido campeones del mundo y os protegen vuestros amigos de la prensa... Como al portero (se refiere a Casillas, que estaba separado del grupo trabajando con los demás guardametas)".
Casillas (escucha lo que dice Mourinho y responde con un grito): "¡Míster, aquí las cosas se dicen a la cara! ¿Eh?".
Mourinho: "¿Dónde estabas en el primer gol, Sergio? (Puyol remató sólo en el área pequeña".
Sergio Ramos: "Estaba marcando a Piqué".
Mourinho: "Pues tenías que marcar a Puyol".
Sergio Ramos: "Sí, pero estaban haciendo pantallas con Piqué y decidí cambiar los marcajes".
Mourinho: "¿Qué pasa? ¿Que ahora juegas a ser entrenador?
Sergio Ramos: "No, pero dependiendo de la situación del partido, hay veces que hay que cambiar los marcajes. Y como usted nunca se ha vestido de corto, no sabe que a veces se dan esas situaciones".
El pasado miércoles se vivió un nuevo capítulo de la penitencia que está viviendo este Real Madrid con el Barcelona, su bestia negra, a la que sólo ha conseguido ganar en una ocasión de los últimos nueve partidos. Sin embargo, no fue una más, sino probablemente una de las más hirientes. Primero, por la acumulación de fiascos después de cuatro partidos consecutivos sin conocer la victoria sólo en esta misma temporada. Segundo, por la sensación de impotencia y mal perder que dieron los jugadores blancos en el tramo final del partido, personificado en Pepe y el silencio posterior de la entidad. Y por último, la extraña alineación y predisposición que dibujó Mourinho para dicho partido.
Y con todo el pesar de la derrota encima, si el jueves fue un día negro para el madridismo, el viernes no fue mucho mejor. Porque el reencuentro entre los jugadores y su entrenador en Valdebebas no fue ni mucho menos idílico, como descubriera Marca el domingo. Mourinho reprochó a algunos de sus jugadores que le habían dejado vendido en la zona mixta, a lo que respondieron algunos futbolistas, en concreto Ramos y Casillas. La información aludía a un supuesto trato de favor del técnico para con sus compatriotas, en detrimento de los españoles, a los que cree protegidos por la prensa.
Un conflicto que no es nuevo, pues subyace desde que comenzara la temporada, si no mucho antes. Algunos medios y periodistas lo venían diciendo en sus artículos y crónicas, incluso se informó del castigo de Mourinho a Casillas en el Trofeo Bernabéu por disculparse con Xavi, pero bien porque los resultados no invitaban, porque el aficionado hacía oídos sordos o porque al ser medios minoritarios el público entendía que había intereses ocultos, esta situación no había tenido casi trascendencia. Sin embargo, una vez destapado con esa pomposa portada, y corroborado por periodistas de acreditada credibilidad, parece indudable ya que en el vestuario merengue no hay un mismo entrenador para todos los jugadores, ni todos los jugadores están de acuerdo en todo con su entrenador, parafraseando el dicho mosquetero.
Principalmente porque nadie en el club madridista ha desmentido dicha información, sí corroborada por muchas personas del entorno más cercano al equipo blanco. Ni siquiera los implicados como Mourinho o Casillas, ni tampoco algún compañero como Benzema o Arbeloa, todos ellos protagonistas ayer en el pospartido ante el Athletic. “No hablo de Marca” o “Pregúntenle a Marca” era la manida y preparada respuesta que todos dieron cuando se les cuestionaba por dicha discusión entre el entrenador y sus jugadores, pero ni un “Eso es mentira”.
Así pues, el Clásico de este miércoles –en la vuelta de los cuartos de final de Copa- no llega ni mucho menos en el mejor momento para el Real Madrid. Ni deportivo ni institucional. El domingo el equipo blanco supo sobreponerse a todas estas circunstancias, remontando ante el Athletic. Pero el miércoles la historia es un poco distinta.
"En vez de preguntarnos a nosotros, tenéis que preguntar a Marca por esa noticia. No estamos aquí para desmentir o confirmarlo todo. Si lo hiciéramos todos los días, mal iríamos"
Iker Casillas, portero del Real Madrid
Pues el rival no es el Athletic, no juegan en el Bernabéu, el marcador y el cronómetro están en contra de los blancos, y además hay que añadir esos traumáticos pitos del Bernabéu hacia su entrenador, la información de que el técnico querría dejar el club en junio, así como la caza de brujas que ha iniciado Mourinho para encontrar al que filtró la discusión a los medios. La enésima medida del técnico luso para convertir el vestuario en un búnker aislado del mundo exterior.
Algo que de momento sólo le ha funcionado para ganar una vez al Barcelona en nueve partidos, y sumar un solo título de los cuatro que lleva disputados hasta el momento. Circunstancias todas ellas que parece que empiezan a pesar en las cabezas de los propios jugadores. De momento, no se han visto reflejadas sobre el campo, a excepción de en los Clásicos, pero quién sabe si no empezarán a hacerlo a partir de ahora si no acompañan los resultados. Empezando por el Camp Nou. Y es que uno de los momentos clave de la presente temporada es ya uno de los más críticos de la carrera de Mourinho desde que llegara a Concha Espina.
Vamos a ver que pasa ya que parece que no hay buen ambiente entre el entrenador y algunos jugadores y el resultado del clasico puede poner en la picota a Mou que parece que se quiere ir aunque estos rumores ya estaban la temporada pasada.