El Villarreal ha bombardeado e
incendiado hoy el Sánchez Pizjuán de un Sevilla que parece haber perdido
la cabeza. Mientras el Submarino parece haber retomado el buen rumbo
con la llegada de Molina, el Sevilla no encuentra su sitio en el campo
con Marcelino en el banco, un Marcelino que podría tener las horas
contadas al frente de este equipo con este nuevo mal resultado en casa y
una imagen mostrada que no ha gustado nada el exigente público
sevillano.
Los locales comenzaron el partido con fuerza, intentando dominar y buscando la portería local, aunque el Villarreal se mantuvo firme en el campo y fue ganando terreno minuto a minuto hasta que, finalmente, lograron hacerse con el control del juego y gozando de las primeras ocasiones de gol del partido.
Borja Valero fue el encargado de hacer subir al marcador el primer tanto del
partido tras rematar de forma magistral un buen centro de Ángel desde
la banda. Este gol confirmaba el dominio vistante, mientras que supuso
un jarro de agua fría para los locales, que escuchaban los primeros
pitos en contra de su propia afición en este partido.
A pesar de esto, el Sevilla tendría una pizca de fortuna con un gol en contra del Villarreal que volvió a meterlos en el partido,
aunque no por méritos propios, y con el empate llegó el partido al
descanso. Bruno fue el desafortunado que hizo el gol en contra.
Ya
en el segundo tiempo, el Sevilla se decidió a ir a por el partido pero,
precisamente cuando mejor estaban los locales y más estaban atacando, Diego López se mantuvo firme y realizó grandes paradas hasta que su equipo confeccionó un contragolpe perfecto para volver a poner a su equipo, y en esta ocasión de forma definitiva, por delante en el marcador.
Camuñas fue el encargado de finalizar la buena contra de Cani
y poner así el 1-2 definitivo en el luminoso, que así se quedaría hasta
el final de un encuentro que tuvo como banda sonora los pitos del
Pizjuán contra el equipo, el entrenador y la situación general.
El
Villarreal, por su parte, ha ganado en confianza, juego y resultados
con la llegada de un Molina que parece haber sabido encarrilar a un
equipo que estaba perdido en la zona baja de la tabla.
El Villarreal levanta la cabeza y unde al Sevilla que a esta hora busca entrenador nuevo.
incendiado hoy el Sánchez Pizjuán de un Sevilla que parece haber perdido
la cabeza. Mientras el Submarino parece haber retomado el buen rumbo
con la llegada de Molina, el Sevilla no encuentra su sitio en el campo
con Marcelino en el banco, un Marcelino que podría tener las horas
contadas al frente de este equipo con este nuevo mal resultado en casa y
una imagen mostrada que no ha gustado nada el exigente público
sevillano.
Los locales comenzaron el partido con fuerza, intentando dominar y buscando la portería local, aunque el Villarreal se mantuvo firme en el campo y fue ganando terreno minuto a minuto hasta que, finalmente, lograron hacerse con el control del juego y gozando de las primeras ocasiones de gol del partido.
Borja Valero fue el encargado de hacer subir al marcador el primer tanto del
partido tras rematar de forma magistral un buen centro de Ángel desde
la banda. Este gol confirmaba el dominio vistante, mientras que supuso
un jarro de agua fría para los locales, que escuchaban los primeros
pitos en contra de su propia afición en este partido.
A pesar de esto, el Sevilla tendría una pizca de fortuna con un gol en contra del Villarreal que volvió a meterlos en el partido,
aunque no por méritos propios, y con el empate llegó el partido al
descanso. Bruno fue el desafortunado que hizo el gol en contra.
Ya
en el segundo tiempo, el Sevilla se decidió a ir a por el partido pero,
precisamente cuando mejor estaban los locales y más estaban atacando, Diego López se mantuvo firme y realizó grandes paradas hasta que su equipo confeccionó un contragolpe perfecto para volver a poner a su equipo, y en esta ocasión de forma definitiva, por delante en el marcador.
Camuñas fue el encargado de finalizar la buena contra de Cani
y poner así el 1-2 definitivo en el luminoso, que así se quedaría hasta
el final de un encuentro que tuvo como banda sonora los pitos del
Pizjuán contra el equipo, el entrenador y la situación general.
El
Villarreal, por su parte, ha ganado en confianza, juego y resultados
con la llegada de un Molina que parece haber sabido encarrilar a un
equipo que estaba perdido en la zona baja de la tabla.
El Villarreal levanta la cabeza y unde al Sevilla que a esta hora busca entrenador nuevo.