El Real Madrid se
marcha de vacaciones en Navidad desde lo más alto de la tabla después de
machacar al Sevilla en la última jornada de 2011. Esta vez sí, y pese
al varapalo en el Clásico, todo el resto de los equipos quedan
reflejados ya en el retrovisor después de la enésima demostración de la
enorme distancia que hay entre el resto de equipos españoles y el Real
Madrid, más allá de la diferencia entre Real Madrid y Barcelona. Y fue
gracias no a una clase magistral de fútbol precisamente, pero sí a una
exhibición de algunos de los más importantes recursos balompédicos:
paradas, goles, y raza. Ronaldo por partida doble y Callejón pusieron un
0-3 al descanso imposible de conseguir sin un Casillas que sacó
milagrosamente un disparo a Manu del Moral con el Sevilla volcado sobre
su portería. Y tras el descanso, y con un hombre menos tras la expulsión
de Pepe, los pupilos de Mourinho supieron defenderse con uñas y dientes
ante los locales, que sufrieron del mal de la impotencia. Di María puso
un gol más de por medio, para que después de la expulsión de Manu del
Moral terminara incluso bailando a los pupilos de Marcelino con dos
postrimeros tantos más.
Aún se hablaba del Clásico el viernes
cuando quedaban menos de veinticuatro horas para este Sevilla-Real
Madrid, pero apenas hicieron falta diez minutos para recordar al
respetable lo que viene significando un choque entre hispalenses y
madridistas en los últimos años, y lo que venía por delante. Que fue lo
que tardó Ronaldo en marcar el primer gol del partido. El Real Madrid
salió con el balón controlado desde atrás, y el cuero pasó por todo el
campo hasta las mallas locales como entra el cuchillo en la mantequilla.
Directo, recto, fácil, sin ninguna oposición. Xabi Alonso encontró
entre líneas a Di María, que sin marca se dio la vuelta y a su vez
encontró en profundidad a Ronaldo, que a la primera sorteó a Javi Varas
en el mano a mano. Era el segundo partido tras el Clásico, y el segundo
en el que marcaba el ‘7’ merengue. Sin duda no tienen el mismo valor
unos y otros partidos, pero es de recibo reconocer la capacidad de
regeneración del portugués después de semejante puñetazo directo al
mentón.
El gol no fue sin embargo definitivo. Al contrario, fue
tan sólo el petardo inicial de la traca posterior. Una fiesta
pirotécnica en la que el Sevilla puso los cohetes en la primera parte,
pero fue el Real Madrid el que los hizo explotar. Y es que la primera
mitad fue como aquellas de hace casi una década, en las que con Ronaldo
(Nazario) y Casillas le valía a los blancos para todo. Los pupilos de
Marcelino pusieron el fútbol, las ganas, y unas ocasiones siempre
desbaratadas por el portero merengue, mientras que el Real Madrid puso
los goles.
Especialmente importante fueron las actuaciones de
Casillas. Y es que nada más subir el 0-1 al marcador, el cancerbero
merengue sacó dos manos prodigiosas, más la primera que la segunda a
Trochowsky. Una jugada muy parecida a la parada que le hizo a Perotti
hace unos años: el balón se pasea por la línea de gol sin que nadie lo
toque, hasta que le llega a un jugador local desmarcado en el segundo
palo, Casillas aparentemente batido se lanza a la desesperada, y
milagrosamente consigue despejar el disparo con la ayuda del palo.
Entonces fue Perotti el autor, esta vez fue Manu del Moral. Y en los dos
casos ambos víctimas, igual de ‘ojipláticos’ ante una visión que parece
no estar sucediendo.
Quién sabe si con ese inmediato empate
hubiera cambiado el sino del partido, pero fue el Madrid el que acertó
con la portería rival y no el Sevilla, siguiendo con el guión que habían
empezado a escribir Cristiano y Casillas. Pues después de ese primer
gol, y poco antes de que llegara al descanso, entre Di María, Callejón y
Ronaldo pusieron el partido ya muy a su favor. El canterano merengue
fue el que marcó el segundo tanto a pase del hoy mediapunta Di María a
diez minutos del descanso. Javi Varas salió de debajo del larguero
esperando el control del granadino y el posterior mano a mano, pero
Callejón simplemente rozó el cuero con la punta sin apenas desviar la
trayectoria, confundiendo al guardameta hispalense. Cuatro minutos
después fue Ronaldo el que batió a Varas. Eso sí, con mucha menos
historia y tensión de por medio, aunque el mismo drama para el Sánchez
Pizjuán. El luso recogió el balón a 25 metros de la portería, armó su
pierna derecha y fusiló al portero con uno de sus ya tradicionales
tomahawk para poner el 0-3 en el electrónico.
El colegiado puso algo de pimienta al partido al expulsar a Pepe en el
minuto 45. Una entrada a Manu, y un manotazo a Negredo algo discutible
tuvieron la culpa, más allá de que toda la defensa visitante estuvo
jugando al límite en su afán por anticiparse constantemente a los
atacantes rivales. Sin embargo, pese a jugar con diez toda la segunda
parte, el Real Madrid no dejó escapar ya el partido haciendo valer su
solidez, madurez, hambre y saber hacer. Se aplicó en defensa, dejando a
Ronaldo, Benzema y Di María encargados del ataque, y con todo el resto
de los jugadores más que mentalizados en sacrificarse para el bien
común, consiguiendo así mitigar lo que alguien hubiera pensado que sería
un asedio.
Por si acaso el muro sufría alguna grieta, Di María
se encargó de poner más tierra de por medio en otra jugada que de simple
pareció sencilla pese a toda la complejidad que encerraba. Xabi sacó el
balón desde atrás, Ronaldo lo cedió con el pecho a Benzema y éste
asistió en profundidad a Di María al primer toque para que el argentino
pusiera la guinda a su partidazo resolviendo el mano a mano con Varas
con la suficiencia del mejor de los arietes. Navas respondió al minuto
marcando con un tiro cruzado que se coló entre las piernas de Ramos,
pero para entonces el partido estaba ya más que moribundo.
Manu
del Moral, con una entrada por detrás que le valió la expulsión, puso la
puntilla al igualarse las piezas sobre el campo. Pues de ahí hasta el
pitido final el cuadro blanco pasó incluso por encima de un ya
totalmente abatido Sevilla. Ronaldo firmó su hat-trick desde los once
metros tras un contraataque y un penalti forzado por Benzema. Altintop
al resolver un pase de Xabi Alonso marcó el sexto, y Negredo marcó otro
gol para los locales para poner el abultado 2-6 final que devuelve al
Real Madrid a lo más alto de la clasificación en Liga.
El Sevilla a pagado los platos rotos de la perdida del Madrid el derby, y con un resultado abultado.
marcha de vacaciones en Navidad desde lo más alto de la tabla después de
machacar al Sevilla en la última jornada de 2011. Esta vez sí, y pese
al varapalo en el Clásico, todo el resto de los equipos quedan
reflejados ya en el retrovisor después de la enésima demostración de la
enorme distancia que hay entre el resto de equipos españoles y el Real
Madrid, más allá de la diferencia entre Real Madrid y Barcelona. Y fue
gracias no a una clase magistral de fútbol precisamente, pero sí a una
exhibición de algunos de los más importantes recursos balompédicos:
paradas, goles, y raza. Ronaldo por partida doble y Callejón pusieron un
0-3 al descanso imposible de conseguir sin un Casillas que sacó
milagrosamente un disparo a Manu del Moral con el Sevilla volcado sobre
su portería. Y tras el descanso, y con un hombre menos tras la expulsión
de Pepe, los pupilos de Mourinho supieron defenderse con uñas y dientes
ante los locales, que sufrieron del mal de la impotencia. Di María puso
un gol más de por medio, para que después de la expulsión de Manu del
Moral terminara incluso bailando a los pupilos de Marcelino con dos
postrimeros tantos más.
Aún se hablaba del Clásico el viernes
cuando quedaban menos de veinticuatro horas para este Sevilla-Real
Madrid, pero apenas hicieron falta diez minutos para recordar al
respetable lo que viene significando un choque entre hispalenses y
madridistas en los últimos años, y lo que venía por delante. Que fue lo
que tardó Ronaldo en marcar el primer gol del partido. El Real Madrid
salió con el balón controlado desde atrás, y el cuero pasó por todo el
campo hasta las mallas locales como entra el cuchillo en la mantequilla.
Directo, recto, fácil, sin ninguna oposición. Xabi Alonso encontró
entre líneas a Di María, que sin marca se dio la vuelta y a su vez
encontró en profundidad a Ronaldo, que a la primera sorteó a Javi Varas
en el mano a mano. Era el segundo partido tras el Clásico, y el segundo
en el que marcaba el ‘7’ merengue. Sin duda no tienen el mismo valor
unos y otros partidos, pero es de recibo reconocer la capacidad de
regeneración del portugués después de semejante puñetazo directo al
mentón.
El gol no fue sin embargo definitivo. Al contrario, fue
tan sólo el petardo inicial de la traca posterior. Una fiesta
pirotécnica en la que el Sevilla puso los cohetes en la primera parte,
pero fue el Real Madrid el que los hizo explotar. Y es que la primera
mitad fue como aquellas de hace casi una década, en las que con Ronaldo
(Nazario) y Casillas le valía a los blancos para todo. Los pupilos de
Marcelino pusieron el fútbol, las ganas, y unas ocasiones siempre
desbaratadas por el portero merengue, mientras que el Real Madrid puso
los goles.
Especialmente importante fueron las actuaciones de
Casillas. Y es que nada más subir el 0-1 al marcador, el cancerbero
merengue sacó dos manos prodigiosas, más la primera que la segunda a
Trochowsky. Una jugada muy parecida a la parada que le hizo a Perotti
hace unos años: el balón se pasea por la línea de gol sin que nadie lo
toque, hasta que le llega a un jugador local desmarcado en el segundo
palo, Casillas aparentemente batido se lanza a la desesperada, y
milagrosamente consigue despejar el disparo con la ayuda del palo.
Entonces fue Perotti el autor, esta vez fue Manu del Moral. Y en los dos
casos ambos víctimas, igual de ‘ojipláticos’ ante una visión que parece
no estar sucediendo.
Quién sabe si con ese inmediato empate
hubiera cambiado el sino del partido, pero fue el Madrid el que acertó
con la portería rival y no el Sevilla, siguiendo con el guión que habían
empezado a escribir Cristiano y Casillas. Pues después de ese primer
gol, y poco antes de que llegara al descanso, entre Di María, Callejón y
Ronaldo pusieron el partido ya muy a su favor. El canterano merengue
fue el que marcó el segundo tanto a pase del hoy mediapunta Di María a
diez minutos del descanso. Javi Varas salió de debajo del larguero
esperando el control del granadino y el posterior mano a mano, pero
Callejón simplemente rozó el cuero con la punta sin apenas desviar la
trayectoria, confundiendo al guardameta hispalense. Cuatro minutos
después fue Ronaldo el que batió a Varas. Eso sí, con mucha menos
historia y tensión de por medio, aunque el mismo drama para el Sánchez
Pizjuán. El luso recogió el balón a 25 metros de la portería, armó su
pierna derecha y fusiló al portero con uno de sus ya tradicionales
tomahawk para poner el 0-3 en el electrónico.
El colegiado puso algo de pimienta al partido al expulsar a Pepe en el
minuto 45. Una entrada a Manu, y un manotazo a Negredo algo discutible
tuvieron la culpa, más allá de que toda la defensa visitante estuvo
jugando al límite en su afán por anticiparse constantemente a los
atacantes rivales. Sin embargo, pese a jugar con diez toda la segunda
parte, el Real Madrid no dejó escapar ya el partido haciendo valer su
solidez, madurez, hambre y saber hacer. Se aplicó en defensa, dejando a
Ronaldo, Benzema y Di María encargados del ataque, y con todo el resto
de los jugadores más que mentalizados en sacrificarse para el bien
común, consiguiendo así mitigar lo que alguien hubiera pensado que sería
un asedio.
Por si acaso el muro sufría alguna grieta, Di María
se encargó de poner más tierra de por medio en otra jugada que de simple
pareció sencilla pese a toda la complejidad que encerraba. Xabi sacó el
balón desde atrás, Ronaldo lo cedió con el pecho a Benzema y éste
asistió en profundidad a Di María al primer toque para que el argentino
pusiera la guinda a su partidazo resolviendo el mano a mano con Varas
con la suficiencia del mejor de los arietes. Navas respondió al minuto
marcando con un tiro cruzado que se coló entre las piernas de Ramos,
pero para entonces el partido estaba ya más que moribundo.
Manu
del Moral, con una entrada por detrás que le valió la expulsión, puso la
puntilla al igualarse las piezas sobre el campo. Pues de ahí hasta el
pitido final el cuadro blanco pasó incluso por encima de un ya
totalmente abatido Sevilla. Ronaldo firmó su hat-trick desde los once
metros tras un contraataque y un penalti forzado por Benzema. Altintop
al resolver un pase de Xabi Alonso marcó el sexto, y Negredo marcó otro
gol para los locales para poner el abultado 2-6 final que devuelve al
Real Madrid a lo más alto de la clasificación en Liga.
El Sevilla a pagado los platos rotos de la perdida del Madrid el derby, y con un resultado abultado.