La verdad es que lo
de la tarde del sábado en Vallecas estaba siendo bastante extraño. El
Racing, en apenas dos acciones se ponía por delante ante un Rayo muy
superior en todos los aspectos del juego, que dio sensación de
remontaren todo momento y que se terminó llevando tres puntos de oro que
suman de cara a una salvación que se aleja para un Racing apático y
poco luchador a pesar de que tuvo el encuentro muy de cara hasta el
descanso.
El partido no pudo empezar con ritmo más frenético y
tan de cara para los visitantes. En los diez primeros minutos, los de
González pasaron del desánimo de perder al portero nada más comenzar, a
la alegría de adelantarse en el marcador con inferioridad numérica. Marc
Torrejón introdujo en la portería de Joel una falta botada por Domingo
Cisma desde el flanco derecho del ataque cántabro, contrarrestando la
clara expulsión de Toño cuando apenas se llevaban dos minutos de juego.
El portero se llevaba por delante a Diego Costa en el primer
acercamiento franjirrojo y dejaba a su equipo con uno menos durante todo
el choque.
Quien ocupó la meta sin apenas calentar, Mario
Fernández, la verdad es que estuvo bastante acertado. Consiguió mantener
su portería a cero hasta el borde del descanso y evitó ocasiones de
Michu, Diego Costa y Movilla con intervenciones de mérito, aunque no
tendría la fórmula para frenar la sangría del segundo tiempo, ya que
hasta ese momento, el Rayo se volcó: la posesión, el dominio y el fútbol
eran suyos pero los goles no se materializaban.
No sólo no pudo
el Rayo empatar, a pesar del dominio, sino que volvió a ver como la
pasividad defensiva en una jugada aislada - segunda aproximación del
Racing al área de Joel - se convertía en gol gracias a las buenas
labores de Stuani, que daba su segunda asistencia del partido, y de
Gonzalo Colsa, autor del tanto. Nadie podía creer en Vallecas que el
Rayo estuviese perdiendo por dos tantos a cero, con superioridad
numérica y deportiva.
Sandoval reaccionó incluso antes del
descanso, introduciendo a Raúl Tamudo y a Piti y dando al equipo la
máxima vocación ofensiva. En la grada se agradecían los cambios, que
había que hacerlos aunque fuesen arriesgados, mientras el andaluz Pérez
Montero desesperaba a la afición con un par de decisiones más que
comprometidas.
Esta vez sí funcionaron las sustituciones. Los
cambios completaron hicieron efectivas las buenas sensaciones. A Piti
apenas le duró la suplencia medio tiempo y su participación fue de
sobresaliente. No sólo lo intentó, sino que asistió y terminó marcando.
Fue clave en la reacción del equipo. Mismo caso que Tamudo, que
aprovechó la que tuvo. Hizo su golito y estorbó en ataque a una defensa
montañesa que demostró que quizá sea la más floja de la categoría.
Antes
de esto, como casi siempre, apareció Michu, esta vez en dos ocasiones y
él fue quien dirigió la nave a buen puerto. El ovetense hacía de cabeza
un gol psicológico para los suyos antes de los minutos de asueto y,
mediado el segundo tiempo, empataba un partido que tenía claro color
franjirrojo, aprovechando el rechace de Mario Fernández tras un fuerte
disparo de Javi Fuego.
Después, lo apuntado: Vallecas volvió a
vibrar con la remontada y celebró tres nuevos puntos que dejan el
descenso a más de once y que ponen a los suyos con la permanencia en la
mano. La “vida pirata” volvió a ser la mejor, mientras la afición
santanderina se volvió a casa decepcionada con un equipo que deberá
mejorar casi inmediatamente si no quiere verse el próximo año en
categoría inferior.
Remontada epica del Rayo y que le aleja de la zona de abajo.
de la tarde del sábado en Vallecas estaba siendo bastante extraño. El
Racing, en apenas dos acciones se ponía por delante ante un Rayo muy
superior en todos los aspectos del juego, que dio sensación de
remontaren todo momento y que se terminó llevando tres puntos de oro que
suman de cara a una salvación que se aleja para un Racing apático y
poco luchador a pesar de que tuvo el encuentro muy de cara hasta el
descanso.
El partido no pudo empezar con ritmo más frenético y
tan de cara para los visitantes. En los diez primeros minutos, los de
González pasaron del desánimo de perder al portero nada más comenzar, a
la alegría de adelantarse en el marcador con inferioridad numérica. Marc
Torrejón introdujo en la portería de Joel una falta botada por Domingo
Cisma desde el flanco derecho del ataque cántabro, contrarrestando la
clara expulsión de Toño cuando apenas se llevaban dos minutos de juego.
El portero se llevaba por delante a Diego Costa en el primer
acercamiento franjirrojo y dejaba a su equipo con uno menos durante todo
el choque.
Quien ocupó la meta sin apenas calentar, Mario
Fernández, la verdad es que estuvo bastante acertado. Consiguió mantener
su portería a cero hasta el borde del descanso y evitó ocasiones de
Michu, Diego Costa y Movilla con intervenciones de mérito, aunque no
tendría la fórmula para frenar la sangría del segundo tiempo, ya que
hasta ese momento, el Rayo se volcó: la posesión, el dominio y el fútbol
eran suyos pero los goles no se materializaban.
No sólo no pudo
el Rayo empatar, a pesar del dominio, sino que volvió a ver como la
pasividad defensiva en una jugada aislada - segunda aproximación del
Racing al área de Joel - se convertía en gol gracias a las buenas
labores de Stuani, que daba su segunda asistencia del partido, y de
Gonzalo Colsa, autor del tanto. Nadie podía creer en Vallecas que el
Rayo estuviese perdiendo por dos tantos a cero, con superioridad
numérica y deportiva.
Sandoval reaccionó incluso antes del
descanso, introduciendo a Raúl Tamudo y a Piti y dando al equipo la
máxima vocación ofensiva. En la grada se agradecían los cambios, que
había que hacerlos aunque fuesen arriesgados, mientras el andaluz Pérez
Montero desesperaba a la afición con un par de decisiones más que
comprometidas.
Esta vez sí funcionaron las sustituciones. Los
cambios completaron hicieron efectivas las buenas sensaciones. A Piti
apenas le duró la suplencia medio tiempo y su participación fue de
sobresaliente. No sólo lo intentó, sino que asistió y terminó marcando.
Fue clave en la reacción del equipo. Mismo caso que Tamudo, que
aprovechó la que tuvo. Hizo su golito y estorbó en ataque a una defensa
montañesa que demostró que quizá sea la más floja de la categoría.
Antes
de esto, como casi siempre, apareció Michu, esta vez en dos ocasiones y
él fue quien dirigió la nave a buen puerto. El ovetense hacía de cabeza
un gol psicológico para los suyos antes de los minutos de asueto y,
mediado el segundo tiempo, empataba un partido que tenía claro color
franjirrojo, aprovechando el rechace de Mario Fernández tras un fuerte
disparo de Javi Fuego.
Después, lo apuntado: Vallecas volvió a
vibrar con la remontada y celebró tres nuevos puntos que dejan el
descenso a más de once y que ponen a los suyos con la permanencia en la
mano. La “vida pirata” volvió a ser la mejor, mientras la afición
santanderina se volvió a casa decepcionada con un equipo que deberá
mejorar casi inmediatamente si no quiere verse el próximo año en
categoría inferior.
Remontada epica del Rayo y que le aleja de la zona de abajo.