Ante los finalistas de la Copa del Rey y de la Liga Europa, el Real
Zaragoza no dio ninguna sensación de ansiedad y logró su triunfo más
cómodo de la temporada junto al que consiguió en el ya lejano mes de
octubre ante la Real Sociedad.
Desde el comienzo, el equipo aragonés se mostró sobre el césped
mucho más tranquilo de lo que hacía presagiar su tremenda necesidad de
victoria y le planteó a los bilbaínos un cara a cara que durante toda la
primera mitad estuvo equilibrado en el juego y en ocasiones y que
únicamente el brillante gol de Edu Oriol provocó que fuesen los maños
los que se fuesen al descanso con ventaja.
El equipo de Manolo Jiménez no dejó entrever miedos y con la
pareja de centrales bilbaínos, Ekiza y San José, demasiado
contemplativos en sus acciones probaron con un par de disparos lejanos
sin peligro.
Fuera del partido
A los bilbaínos les costó
unos cuantos minutos poner a funcionar a un rendimiento aceptable su
maquinaria, probablemente producto de la todavía cercana alegría de su
clasificación para la final de la Liga Europa. Cuando lo hicieron sus
acciones destilaban peligro, pero no conseguían llevarlas hasta los
últimos metros.
Al cuarto de hora, los bilbaínos pusieron a prueba los reflejos
de Roberto con dos lanzamientos de falta directos de Ibai Gómez e Íñigo
Pérez, sobre todo de este último que sacó la mano cuando el balón se
colaba.
Los zaragocistas no se acobardaban y a los 26 minutos Postiga,
tras un pase de Edu Oriol, estrellaba su remate en la base del poste de
la portería de Iraizoz. Esa acción espoleó a los maños y en un balón que
no aparentaba demasiada trascendencia lo controló a más de cuarenta
metros Oriol que empezó a progresar ante la indolencia de los defensores
rojiblancos que le permitieron plantarse solo ante su portero y
batirlo.
El equipo de Marcelo Bielsa siguió buscando las llegadas por la
banda y superada la media hora De Marcos dispuso de dos claras
oportunidades, en menos de dos minutos, que remató a puerta vacía y se
encontraron primero a Paredes y después, en la más clara, a Álvarez que
recibió un tremendo balonazo en la cabeza sobre la misma raya de gol.
Muy poco cambiaron las cosas tras el descanso, hasta que una
falta a veinticinco metros de la portería de Iraizoz la tocaron entre
Paredes y Abraham para que Apoño de un zapatazo sorprendiese al portero
rojiblanco. El partido se ponía como querían los maños.
Aunque Bielsa trató de dar más mordiente a su equipo con la
entrada de Llorente y Muniain, pero no lo consiguió en un choque que
empezó a ser de ida y vuelta, con los locales dando por bueno el
resultado y los rojiblancos dando la sensación de que no habían podido
recargar sus fuerzas tras vaciarse el jueves ante el Sporting de
Portugal.
A falta de un cuarto de hora se vivieron los minutos más
vibrantes para los locales que dispusieron de hasta tres claras
ocasiones para cerrar definitivamente el encuentro, con un mal remate de
Micael, un disparo de Postiga desde su campo que le faltó muy poco para
superar a Iraizoz y un lanzamiento al larguero de Zuculini.
El temido juego aéreo bilbaíno, ni con Llorente sobre el terreno
de juego, hizo acto de presencia, en una segunda parte en la que apenas
hicieron entrar en acción a Roberto.
Con el minuto noventa ya superado, el húngaro Adám Pintér tuvo
en sus botas el tercer tanto pero el portero bilbaíno metió la mano para
impedirlo, mientras que la mejor ocasión bilbaína llegó en un mal
despeje de Lanzaro dentro del área pequeña.
El Real Zaragoza ganó ante un Athletic, domesticado por alcanzar la
final de la Liga Europa, la primera de las cuatro finales que le quedan
para saber si será capaz de alcanzar por tercera temporada consecutiva
el milagro de lograr la permanencia en Primera división.
Zaragoza no dio ninguna sensación de ansiedad y logró su triunfo más
cómodo de la temporada junto al que consiguió en el ya lejano mes de
octubre ante la Real Sociedad.
Desde el comienzo, el equipo aragonés se mostró sobre el césped
mucho más tranquilo de lo que hacía presagiar su tremenda necesidad de
victoria y le planteó a los bilbaínos un cara a cara que durante toda la
primera mitad estuvo equilibrado en el juego y en ocasiones y que
únicamente el brillante gol de Edu Oriol provocó que fuesen los maños
los que se fuesen al descanso con ventaja.
El equipo de Manolo Jiménez no dejó entrever miedos y con la
pareja de centrales bilbaínos, Ekiza y San José, demasiado
contemplativos en sus acciones probaron con un par de disparos lejanos
sin peligro.
Fuera del partido
A los bilbaínos les costó
unos cuantos minutos poner a funcionar a un rendimiento aceptable su
maquinaria, probablemente producto de la todavía cercana alegría de su
clasificación para la final de la Liga Europa. Cuando lo hicieron sus
acciones destilaban peligro, pero no conseguían llevarlas hasta los
últimos metros.
Al cuarto de hora, los bilbaínos pusieron a prueba los reflejos
de Roberto con dos lanzamientos de falta directos de Ibai Gómez e Íñigo
Pérez, sobre todo de este último que sacó la mano cuando el balón se
colaba.
Los zaragocistas no se acobardaban y a los 26 minutos Postiga,
tras un pase de Edu Oriol, estrellaba su remate en la base del poste de
la portería de Iraizoz. Esa acción espoleó a los maños y en un balón que
no aparentaba demasiada trascendencia lo controló a más de cuarenta
metros Oriol que empezó a progresar ante la indolencia de los defensores
rojiblancos que le permitieron plantarse solo ante su portero y
batirlo.
El equipo de Marcelo Bielsa siguió buscando las llegadas por la
banda y superada la media hora De Marcos dispuso de dos claras
oportunidades, en menos de dos minutos, que remató a puerta vacía y se
encontraron primero a Paredes y después, en la más clara, a Álvarez que
recibió un tremendo balonazo en la cabeza sobre la misma raya de gol.
Muy poco cambiaron las cosas tras el descanso, hasta que una
falta a veinticinco metros de la portería de Iraizoz la tocaron entre
Paredes y Abraham para que Apoño de un zapatazo sorprendiese al portero
rojiblanco. El partido se ponía como querían los maños.
Aunque Bielsa trató de dar más mordiente a su equipo con la
entrada de Llorente y Muniain, pero no lo consiguió en un choque que
empezó a ser de ida y vuelta, con los locales dando por bueno el
resultado y los rojiblancos dando la sensación de que no habían podido
recargar sus fuerzas tras vaciarse el jueves ante el Sporting de
Portugal.
A falta de un cuarto de hora se vivieron los minutos más
vibrantes para los locales que dispusieron de hasta tres claras
ocasiones para cerrar definitivamente el encuentro, con un mal remate de
Micael, un disparo de Postiga desde su campo que le faltó muy poco para
superar a Iraizoz y un lanzamiento al larguero de Zuculini.
El temido juego aéreo bilbaíno, ni con Llorente sobre el terreno
de juego, hizo acto de presencia, en una segunda parte en la que apenas
hicieron entrar en acción a Roberto.
Con el minuto noventa ya superado, el húngaro Adám Pintér tuvo
en sus botas el tercer tanto pero el portero bilbaíno metió la mano para
impedirlo, mientras que la mejor ocasión bilbaína llegó en un mal
despeje de Lanzaro dentro del área pequeña.
El Real Zaragoza ganó ante un Athletic, domesticado por alcanzar la
final de la Liga Europa, la primera de las cuatro finales que le quedan
para saber si será capaz de alcanzar por tercera temporada consecutiva
el milagro de lograr la permanencia en Primera división.