Tras la liga, el objetivo del próximo año será la Champions. Ganador en
Portugal, Inglaterra, Italia y España. Todo empieza en su dominio del
idioma, el liderazgo está en el mensaje. Sus ciclos son cortos, una vez cumplidos los objetivos dice adiós. La
gestión es cosa suya, tiene contrato y abre una incógnita sobre su
futuro, filtra que renueva unas horas antes generando el asombro más
absoluto en el club. Así funciona Mourinho, un entrenador que le pide
más al Madrid pero que ya ha dicho que estará el próximo año en su
banquillo.
Florentino Pérez es un incondicional del portugués. Le gusta su calidad
diferencial, su metodología y su manera de apretar a los cracks.
Perfecto en la gestión de los egos, siempre optimiza el rendimiento de
los suyos. No hay otro como él. Cansado de entrenadores de bajo ritmo y
tonos suaves, Mourinho es su entrenador. Continuará hasta que el quiera
pero una vez dicho esto llegan los inconvenientes. Mourinho quiere más, mucho más del club. Le
exige a Florentino, le pide más allá del control total y no gustan sus
formas en determinados momentos. El dirigente blanco no va a dar más
pasos hacia Mourinho sino que espera que el portugués camine hacia el
origen del madridismo.
Queda una reunión. Peligro, alta tensión. Se da por segura su continuidad y ninguna de las partes creen en ella al cien por cien.
Ayer pitos al entrenador en el Bernabéu. Florentino no entiende a que
viene negociar con el City y preparar su plan de huida, anunciar la
“falsa” renovación de sus ayudantes y hablar y hablar de conspiraciones
un día tras otro. Si se va hay plan B como también “The Special One”
tiene plan de escape.
Barça y Madrid, competencia máxima pero muchos puntos en común.
Paralelismo absoluto en el tema Mourinho y una decisión por tomar.
Vayamos al pasado. Diciembre de 2007, derrota del Barça contra el Madrid
y punto y final a la era Rijkaard. Se busca entrenador. Guardiola era
la opción de casa, Mourinho la de fuera, el hombre duro para poner orden
en un vestuario complejo. Ingla y Txiki se fueron a ver a Mourinho y a
Mendes, reunión y todo perfecto salvo un tema, para ser entrenador del
Barça le pedían al portugués cambiar su política de comunicación y su
carácter incendiario. Mourinho les dijo, “Imposible”, y eso que había
llegado con una planificación que había maravillado en la entidad cule.
El Barça le descartó al momento.
Esa decisión, eso mismo que plantearon Ingla y Txiki, se vuelve a plantear con Florentino. Mourinho irá a pedir más madera y el presidente blanco le pedirá rebajar el tono y analizar sus pocos errores.
Un contrapunto en el que pueden saltar chispas, puede que Florentino
haga la del Barça, puede que Mourinho diga que hasta aquí, o puede que
caminen juntos como sucedió con Abramovich y Mourinho para terminar
saltando por los aires todo al poco tiempo
Esto ya es sacar punta donde no la hay o si.
Portugal, Inglaterra, Italia y España. Todo empieza en su dominio del
idioma, el liderazgo está en el mensaje. Sus ciclos son cortos, una vez cumplidos los objetivos dice adiós. La
gestión es cosa suya, tiene contrato y abre una incógnita sobre su
futuro, filtra que renueva unas horas antes generando el asombro más
absoluto en el club. Así funciona Mourinho, un entrenador que le pide
más al Madrid pero que ya ha dicho que estará el próximo año en su
banquillo.
Florentino Pérez es un incondicional del portugués. Le gusta su calidad
diferencial, su metodología y su manera de apretar a los cracks.
Perfecto en la gestión de los egos, siempre optimiza el rendimiento de
los suyos. No hay otro como él. Cansado de entrenadores de bajo ritmo y
tonos suaves, Mourinho es su entrenador. Continuará hasta que el quiera
pero una vez dicho esto llegan los inconvenientes. Mourinho quiere más, mucho más del club. Le
exige a Florentino, le pide más allá del control total y no gustan sus
formas en determinados momentos. El dirigente blanco no va a dar más
pasos hacia Mourinho sino que espera que el portugués camine hacia el
origen del madridismo.
Queda una reunión. Peligro, alta tensión. Se da por segura su continuidad y ninguna de las partes creen en ella al cien por cien.
Ayer pitos al entrenador en el Bernabéu. Florentino no entiende a que
viene negociar con el City y preparar su plan de huida, anunciar la
“falsa” renovación de sus ayudantes y hablar y hablar de conspiraciones
un día tras otro. Si se va hay plan B como también “The Special One”
tiene plan de escape.
Barça y Madrid, competencia máxima pero muchos puntos en común.
Paralelismo absoluto en el tema Mourinho y una decisión por tomar.
Vayamos al pasado. Diciembre de 2007, derrota del Barça contra el Madrid
y punto y final a la era Rijkaard. Se busca entrenador. Guardiola era
la opción de casa, Mourinho la de fuera, el hombre duro para poner orden
en un vestuario complejo. Ingla y Txiki se fueron a ver a Mourinho y a
Mendes, reunión y todo perfecto salvo un tema, para ser entrenador del
Barça le pedían al portugués cambiar su política de comunicación y su
carácter incendiario. Mourinho les dijo, “Imposible”, y eso que había
llegado con una planificación que había maravillado en la entidad cule.
El Barça le descartó al momento.
Esa decisión, eso mismo que plantearon Ingla y Txiki, se vuelve a plantear con Florentino. Mourinho irá a pedir más madera y el presidente blanco le pedirá rebajar el tono y analizar sus pocos errores.
Un contrapunto en el que pueden saltar chispas, puede que Florentino
haga la del Barça, puede que Mourinho diga que hasta aquí, o puede que
caminen juntos como sucedió con Abramovich y Mourinho para terminar
saltando por los aires todo al poco tiempo
Esto ya es sacar punta donde no la hay o si.