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Había dudas con Brasil. Luego de la final perdida con México en los
Juegos Olímpicos de Londres, los comandados por Mano Menezes llegaban
con varias puntos déviles en su estructura aunque luego de su partido
contra Suecia, quedaron de lado y se confirmó que en el ataque, el
conjunto verdeamarelho es de temer.
Y es de temer porque ganó 3-0, goleó, gustó y quedó en evidencia que
el mundial a organizarse en su país lo tendrá como serio candidato,
pese a todo y a las constantes dudas que caen sobre todo a las
capacidades de su entrenador.
Los goles fueron convertidos por
Leandro Damiao y un doblete del ingresado Alexandre Pato sobre el final
del juego aunque en el transcurso de la primera etapa Neymar anotó pero
fue invalidado por posición adelantada.
Un gran triunfo de Brasil
amplio dominador del juego y haciendo notar la ausencia en el local del
jugador del paris Saint Germain Zlatan Ibrahimovic, el máximo referente
del conjunto europeo de la última década.
Un comodo 0-3 para Brasil que me recuerda a España gana amistosos incluso golea y en las competiciones oficiales cae.