ANÁLISIS de Juan Lirman
Le va a costar. No será sencillo. Pero el Sevilla
sabe cuál es el camino para volver a ser un club de referencia en la
Liga BBVA. Lo ha podido hacer cuando nadie daba un duro por ellos. Y lo
hará ahora, cuando todos creen que los mejores días del escudo
nervionense han pasado a mejor vida. El sendero está trazado -lo
marcaron ellos mismos-, y hay que volver a montarse sobre él, a pura
ilusión.
El Sevilla no está de moda. O mejor dicho, dejó de estar de
moda en la Liga BBVA. Hasta el propio Monchi, mecenas del sevillismo,
admitió haberse equivocado en lo que hasta ahora parecía infalible
-fichar bien, y vender aún mejor-, y el presidente José María Del Nido
tuvo que acudir, en las últimas dos temporadas, a esa nefasta palabra de
la que tanto rehúye. "Sí, ha sido un fracaso", dijo, una
temporada sí, y la otra también, el hombre al que sólo relacionaban con
el éxito. Ahí estaba su sombrero copero, su amuleto de la suerte, para
confirmarlo.
El caso es que el Sevilla le ha visto las
orejas al lobo. Tras haber estado en lo más alto de su historia como
club de fútbol -bicampeón de Copa UEFA y de Copa del Rey, y animador
español en Champions-, el curso pasado ocurrió lo que nunca antes en las
últimas seis temporadas: que otro equipo andaluz acabe por encima de
ellos en la clasificación de la Liga. En este caso lo logró el Málaga,
como lo había hecho el Betis en aquella última vez que el Sevilla no
había sido el Top de la comunidad andaluza. Es decir, en el curso 2004/2005.
Tras el último cambio de míster -la llegada de Míchel
en febrero de 2012, en lugar de Marcelino-, el Sevilla no acabó firme
la pasada temporada. De hecho, ganó sólo uno de sus últimos seis
encuentros en la competición. Pero todos sabían que se trataba de un
momento de transición. El club se juramentó volver a acertar en los
fichajes, y la llegada de gente consolidada en la Liga, como Hedwiges
Maduro y Diego López, más otros con ganas de crecer en un equipo más
ambicioso (Alberto Botía, Bernardo,
Cicinho, Geoffrey Kondogbia o el chileno Bryan Rabello), confirman que
por Nervión han vuelto a hacerse las cosas como se debe. Al menos en el
apartado de la planificación.
Luego, nadie puede hacer futurología, y el propio Míchel sabe que los nuevos refuerzos no se acomodarán de inmediato. Pero allí estarán los pesos pesados
de la plantilla (Jesús Navas y Álvaro Negredo, incluso Andrés Palop)
para sostener el barco rojiblanco si llega a haber tormenta
circunstancial. Durante la pretemporada, las sensaciones fueron muy
buenas, y los internacionales llegarán con más experiencia para aportar,
y las pilas bien cargadas para el comienzo de la Liga.
Mientras
Betis sigue siendo un equipo en formación -incluso pendiente a las
salidas de última hora-, el Granada tiene sólo como objetivo la
permanencia, y el Málaga se debate entre el temor y la incertidumbre, y
ya sin sus grandes estrellas, és es el momento del Sevilla. En realidad,
vuelve a serlo. Llegó la hora de recuperar lo que era patrimonio de todos los Nervionenses.
Puede tener razon pero creo que de puertas pa dentro no hay tanta tranquilidad
Le va a costar. No será sencillo. Pero el Sevilla
sabe cuál es el camino para volver a ser un club de referencia en la
Liga BBVA. Lo ha podido hacer cuando nadie daba un duro por ellos. Y lo
hará ahora, cuando todos creen que los mejores días del escudo
nervionense han pasado a mejor vida. El sendero está trazado -lo
marcaron ellos mismos-, y hay que volver a montarse sobre él, a pura
ilusión.
EL SEVILLA VUELVE REFORZARSE COMO ANTES: CON CRITERIO Y SIN PERDER LA CABEZA | |
LOS REFUERZOS NERVIONENSES 2012/13 | |
Jugador Diego López Alberto Botía Geoffrey Kondogbia Cicinho Javi Hervás * B.Rabello y H.Maduro (agentes libres) | Monto 4M € 3.5M € 4.5M € 2.3M € 1.8M € |
moda en la Liga BBVA. Hasta el propio Monchi, mecenas del sevillismo,
admitió haberse equivocado en lo que hasta ahora parecía infalible
-fichar bien, y vender aún mejor-, y el presidente José María Del Nido
tuvo que acudir, en las últimas dos temporadas, a esa nefasta palabra de
la que tanto rehúye. "Sí, ha sido un fracaso", dijo, una
temporada sí, y la otra también, el hombre al que sólo relacionaban con
el éxito. Ahí estaba su sombrero copero, su amuleto de la suerte, para
confirmarlo.
El caso es que el Sevilla le ha visto las
orejas al lobo. Tras haber estado en lo más alto de su historia como
club de fútbol -bicampeón de Copa UEFA y de Copa del Rey, y animador
español en Champions-, el curso pasado ocurrió lo que nunca antes en las
últimas seis temporadas: que otro equipo andaluz acabe por encima de
ellos en la clasificación de la Liga. En este caso lo logró el Málaga,
como lo había hecho el Betis en aquella última vez que el Sevilla no
había sido el Top de la comunidad andaluza. Es decir, en el curso 2004/2005.
Tras el último cambio de míster -la llegada de Míchel
en febrero de 2012, en lugar de Marcelino-, el Sevilla no acabó firme
la pasada temporada. De hecho, ganó sólo uno de sus últimos seis
encuentros en la competición. Pero todos sabían que se trataba de un
momento de transición. El club se juramentó volver a acertar en los
fichajes, y la llegada de gente consolidada en la Liga, como Hedwiges
Maduro y Diego López, más otros con ganas de crecer en un equipo más
ambicioso (Alberto Botía, Bernardo,
Cicinho, Geoffrey Kondogbia o el chileno Bryan Rabello), confirman que
por Nervión han vuelto a hacerse las cosas como se debe. Al menos en el
apartado de la planificación.
Luego, nadie puede hacer futurología, y el propio Míchel sabe que los nuevos refuerzos no se acomodarán de inmediato. Pero allí estarán los pesos pesados
de la plantilla (Jesús Navas y Álvaro Negredo, incluso Andrés Palop)
para sostener el barco rojiblanco si llega a haber tormenta
circunstancial. Durante la pretemporada, las sensaciones fueron muy
buenas, y los internacionales llegarán con más experiencia para aportar,
y las pilas bien cargadas para el comienzo de la Liga.
Mientras
Betis sigue siendo un equipo en formación -incluso pendiente a las
salidas de última hora-, el Granada tiene sólo como objetivo la
permanencia, y el Málaga se debate entre el temor y la incertidumbre, y
ya sin sus grandes estrellas, és es el momento del Sevilla. En realidad,
vuelve a serlo. Llegó la hora de recuperar lo que era patrimonio de todos los Nervionenses.
Puede tener razon pero creo que de puertas pa dentro no hay tanta tranquilidad