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A las puertas del mini-Clásico, el filial blanco al igual que el
blaugrana, se estrena esta campaña en Segunda División con una derrota
por la mínima. Derrota que, por otra parte, podría no haber sido tal. Y
es que el Castilla aguantó muy bien el tipo durante todo el partido,
teniendo fases en las que controló muy bien el encuentro, e incluso
algunas en las que fue superior a todo un Villarreal que hace no mucho
estaba jugando en Europa. Sin embargo, los fallos se pagan en esta
categoría, máxime ante un club de esta entidad, y el delantero amarillo
Cavenaghi castigó cruelmente al filial blanco en dos errores puntuales
en defensa.
Salió muy enchufado el Castilla, sin pudor ninguno, mirando al
cuadro castellonense no sólo a los ojos, sino por encima del hombro
incluso. Y que se adelantara en el marcador en el minuto 18 no fue
ninguna casualidad. Aunque llegara, eso sí, con un penalti más que
dudoso de Mellberg sobre Oscar Plano. El talentoso Jesé Rodríguez no
falló desde los once metros, con la misma serenidad que podría exhibir
el propio Marcos Senna.
El tanto despertó a un Villarreal que,
espoleado por la propia rabia para contra el árbitro, impuso su empuje y
serenidad con el balón en los pies ante el joven Castilla. De ahí que
Uche a punto estuviera de marcar en un mano a mano con Mejías tras un
buen pase de Cani. Uche, que reclamó poco después un posible penalti del
mismo cancerbero del Castilla. Fue sin embargo Cavenaghi el que pondría
las tablas en el marcador al borde del descanso, aprovechando una
indecisión colectiva en defensa al saque de un córner. Mellberg saltó
apoyándose en Álex Fernández y, ante el estupor visitante, el ariete
argentino rebañó el balón y lo enchufó con la fortuna de que el despeje
de Mejías tocó en el palo antes de introducirse en la portería.
Con
los ánimos de ese gol, el Villarreal supo imponerse también al comienzo
de la segunda parte, donde El Madrigal también reclamó un penalti de
Jorge Casado sobre Uche. El árbitro nuevamente lo obvió. Según pasaban
los minutos, el Castilla se iba quitando la presión, alargando el campo,
lanzando contraataques aprovechando la velocidad de Denis y Jesé.
Fabinho y Alex a punto estuvieron de aprovecharlos incluso, poniendo el
1-2 en el marcador.
Pero fue nuevamente la veteranía y la
picardía la que se hizo valer en el electrónico. Cuando ya el empate
parecía el resultado más justo por el desempeño defensivo del serio
Castilla, un mal pase atrás del filial blanco fue aprovechado nuevamente
por Cavenaghi, que ante los dos centrales blancos colocó el balón en la
escuadra desde fuera del área. Un disparo inapelable. Un golpe ante el
que el filial no tuvo tiempo de reaccionar. Dicen que en el fútbol se
aprende más de las derrotas que de las victorias, y desde luego que el
Castilla ha comprobado de primera mano cómo este año seguramente no será
un paseo como lo fue el pasado.
El Villarreal me temo que sera muy superior a todos.