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El fútbol regresó a Anfield de la manera más bonita posible, con un
partidazo. Uno de los mejores estadios del planeta, junto con una de las
mejores aficiones, forman una unión dificilmente igualable. Todo estaba
listo para que el mejor fútbol del mundo regresara a Liverpool.
No
se hizo esperar, nada más saltar los dos equipos al terreno de juego
Anfield volvió a ser Anfield, se escuchaban gritos en honor al capitán,
héroe inconfundible, Steven Gerrard. Enfrente, el campeón de la Premier
League, el Manchester City del siempre afortunado Roberto Mancini.
Comenzó el partido de la peor manera posible para los locales, y es
que Lucas Leiva volvería a lesionarse. Nunca acaban los problemas para
el brasileño de cristal. En su lugar entró Jonjo Shelvey. A partir de
aquí, el partido se normalizó, grandes ataques por parte de los dos
equipos rondando las porterías rivales.
Un partido que ganaría en
emoción tras un corner lanzado por Steven Gerrard, que con su mágica
diestra, colgó un balón al hueco perfecto para que Skrtel apareciera
cual tren en marcha para marcar un golazo de cabeza que enloquecería a
Anfield.
A medida que pasaban los minutos se sucedían las
ocasiones, pero el City no estaba cómodo en el campo, sorprendía a todos
la suplencia de David Silva y un arriesgado y raro 3-5-2 de Roberto
Mancini. Como todos conocemos, la flor de Mancini no tiene límites, da
igual lo que él haga, siempre saldrá bien.
Comenzaba la segunda
parte con dos cambios por parte del City, Rodwell entraría al igual que
Dzeko, por Nasri y Balotelli. Llegó por tanto, un minuto después de
estos cambios, el primer error grave del partido. Un balón al área del
Liverpool al cual Pepe Reina decide salir como si de Ibaka se tratara a
realizar un "tapón". Cual fue la "sorpresa", cuando Pepe no llegó a ese
balón (nada extraño ultimamente en él) y la pelota pegó en Kelly, que
fue incapaz de despejarla. De este error bien supo aprovecharse Yaya
Toure para igualar el partido.
Muy injusto este resultado, hasta
que apareció el uruguayo Luis Suarez. Sin realizar un gran partido hasta
ese momento, no necesito nada más que una falta cercana al área rival y
una barrera mal situada. Lanzó con su pierna buena y encajó, por la
derecha de la barrera, un zarpazo a la portería de Hart que se
convertiría en el 2-1.
Aparentemente, este parecería el
resultado definitivo, pero claro está, parece que la defensa del
Liverpool cobre más por cada error garrafal que cometa (de ser así,
nuestro protagonista podrá comprar una mansión en la milla de oro de
Marbella). Skrtel decidió devolver un balón a Pepe Reina, ¿Cuál volvió a
ser la sorpresa? Exacto, Skrtel envía un mal balón que intercepta muy
fácilmente Carlos Tevez, a este le salió Reina, pero el portero, mal
colocado, no fue capaz de predecir el movimiento de Tevez. Este sería el
2-2 que cerraría el partido.
En estas que Rodgers decidió dar
entrada a un Andy Carroll siempre cuestionado. Con su salida al campo,
el Liverpool apretó los dientes y encerró a su rival. A punto estuvo
Andy con un gran remate de cabeza de marcar el 3-2, pero la defensa
visitante consiguió sacar el balón.
Llegó por tanto, el final
del partido en el que quedaría patente que una vez más, Mancini no
necesita enseñar a su equipo a jugar bien o acertar con los cambios, le
basta con que su flor siga creciendo más y más. En cuanto al apartado de
jugadores, Joe Allen se llevó el premio al MVP por un partido
fantástico, con un dominio completo del balón y un gran trabajo tanto en
ataque como en defensa. Gran debut del joven Sterling, que con tan sólo
17 años, estuvo a la altura de uno de los mejores partidos que podemos
ver en la Premier League.
El Liverpool jugó mejor, se mereció ganar, pero dos errores
tremendos por parte de Pepe Reina, Kelly y Skrtel sentenciaron este
grandísimo partido al empate.