Llegaban los jugadores del Valencia
con la lección bien aprendida, no podían dejar escapar más puntos, había
que ganar ya. Sin embargo, necesitaron 45 minutos para poner la teoría
en práctica y la presión de ganar maniató al equipo durante la primera
parte. El Celta puso el juego y las ocasiones, pero su fragilidad
defensiva fue un lastre demasiado pesado. La Liga BBVA no entiende de
justicia y dos fallos en defensa hicieron que el conjunto de Paco
Herrera se fuera con los mismos puntos con los que llegó a Mestalla.
A los 4 minutos Feghouli puso a su equipo
por delante, pero fue todo un espejismo con lo que vino a continuación.
El fútbol lo ponía el Celta, su centro del campo movía el balón con
criterio mientras los chés corrían detrás de la pelota. Y cuando la
posesión era valenciana tanto Tino Costa como Parejo se quedaban sin
ideas, no sabían o no podían imponer su juego. Resultado, juego lento,
balones perdidos, el Celta se sobrepone al gol inicial y consigue
empatar el partido.
Al cuarto de hora de partido llegó el
empate. Saque de esquina para el cuadro vigués, juegan en corto y centro
pasado buscando la espalda de la defensa valencianista. Cissokho no
corta, Diego Alves sale mal y Gustavo Cabral caza el balón para poner el
empate a 1 en el marcador. Todo con la ayuda de Kronh-Delhi, que por si
había alguna duda empujó el balón hacia el fondo de las redes cuando
éste superaba la línea de gol.
Lo que quedaba de primera parte siguió la
misma tónica, dominio de un Celta que tocaba y llegaba bien por bandas,
mientras que el Valencia era un quiero y no puedo. Un equipo plano y
sin ideas que a pesar de ello pudo cazar otro gol en un córner aislado.
Víctor Ruiz de volea se encontró con un Javi Varas espectacular que
salvó a su equipo de un castigo inmerecido, como habría sido irse al
descanso por detrás en el marcador. Sin embargo, el Celta dominó pero no
supo convertir esa superioridad en goles y a la postre, les costaría el
partido.
La pitada que dedicó Mestalla a sus
jugadores al final de los primeros 45 minutos pareció activarles de cara
a la segunda mitad. El Valencia salió con un punto más de actitud, que
no de fútbol, y con ello consiguió hacerse con el control del partido.
Más si cabe después de empezar el segundo acto igual que el primero.
Así, a los 4 minutos de la reanudación Cissokho, de cabeza, adelantaba
de nuevo a su equipo en una falta muy mal defendida por la defensa
gallega.
A medida que pasaban los minutos el Celta
perdía frescura en su juego pero siguió metido en el partido. Ningún
equipo dominaba con claridad y hubo ocasiones para ambos. Soldado
perdonó la sentencia en un mano a mano que mandó fuera y el mismo
resultado tuvieron dos buenas oportunidades de Iago Aspas, el jugador
más peligroso del ataque vigués.
Los cambios terminaron de matar el
choque, que se decantaba hacia el lado local. Valdez entraba por Jonás
por parte che mientras que el Celta buscaba el gol del empate con la
entrada de De Lucas. Ninguno de ellos tuvo mucha incidencia en el
desarrollo del juego y a 15 minutos del final Paco Herrera sorprendió
quitando del terreno de juego a su mejor hombre. Iago Aspas dejaba el
partido en un doble cambio con el que el Celta quemaba sus últimos
cartuchos.
Ni Bermejo ni Park inquietaron la meta de
Diego Alves y el Valencia tiró de oficio para amarrar su primera
victoria en esta liga. Tres puntos sufridos que deben servir para
asentar las bases de un equipo que todavía deja muchas dudas y en el que
Mauricio Pellegrino tiene mucho trabajo por delante. Por su parte, el
Celta sigue adaptándose a la categoría y necesita ganar en madurez para
sumar puntos en su objetivo de mantener la categoría, mejorar la
concentración defensiva y el acierto de cara a puerta marcarán su
futuro.
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con la lección bien aprendida, no podían dejar escapar más puntos, había
que ganar ya. Sin embargo, necesitaron 45 minutos para poner la teoría
en práctica y la presión de ganar maniató al equipo durante la primera
parte. El Celta puso el juego y las ocasiones, pero su fragilidad
defensiva fue un lastre demasiado pesado. La Liga BBVA no entiende de
justicia y dos fallos en defensa hicieron que el conjunto de Paco
Herrera se fuera con los mismos puntos con los que llegó a Mestalla.
A los 4 minutos Feghouli puso a su equipo
por delante, pero fue todo un espejismo con lo que vino a continuación.
El fútbol lo ponía el Celta, su centro del campo movía el balón con
criterio mientras los chés corrían detrás de la pelota. Y cuando la
posesión era valenciana tanto Tino Costa como Parejo se quedaban sin
ideas, no sabían o no podían imponer su juego. Resultado, juego lento,
balones perdidos, el Celta se sobrepone al gol inicial y consigue
empatar el partido.
Al cuarto de hora de partido llegó el
empate. Saque de esquina para el cuadro vigués, juegan en corto y centro
pasado buscando la espalda de la defensa valencianista. Cissokho no
corta, Diego Alves sale mal y Gustavo Cabral caza el balón para poner el
empate a 1 en el marcador. Todo con la ayuda de Kronh-Delhi, que por si
había alguna duda empujó el balón hacia el fondo de las redes cuando
éste superaba la línea de gol.
Lo que quedaba de primera parte siguió la
misma tónica, dominio de un Celta que tocaba y llegaba bien por bandas,
mientras que el Valencia era un quiero y no puedo. Un equipo plano y
sin ideas que a pesar de ello pudo cazar otro gol en un córner aislado.
Víctor Ruiz de volea se encontró con un Javi Varas espectacular que
salvó a su equipo de un castigo inmerecido, como habría sido irse al
descanso por detrás en el marcador. Sin embargo, el Celta dominó pero no
supo convertir esa superioridad en goles y a la postre, les costaría el
partido.
La pitada que dedicó Mestalla a sus
jugadores al final de los primeros 45 minutos pareció activarles de cara
a la segunda mitad. El Valencia salió con un punto más de actitud, que
no de fútbol, y con ello consiguió hacerse con el control del partido.
Más si cabe después de empezar el segundo acto igual que el primero.
Así, a los 4 minutos de la reanudación Cissokho, de cabeza, adelantaba
de nuevo a su equipo en una falta muy mal defendida por la defensa
gallega.
A medida que pasaban los minutos el Celta
perdía frescura en su juego pero siguió metido en el partido. Ningún
equipo dominaba con claridad y hubo ocasiones para ambos. Soldado
perdonó la sentencia en un mano a mano que mandó fuera y el mismo
resultado tuvieron dos buenas oportunidades de Iago Aspas, el jugador
más peligroso del ataque vigués.
Los cambios terminaron de matar el
choque, que se decantaba hacia el lado local. Valdez entraba por Jonás
por parte che mientras que el Celta buscaba el gol del empate con la
entrada de De Lucas. Ninguno de ellos tuvo mucha incidencia en el
desarrollo del juego y a 15 minutos del final Paco Herrera sorprendió
quitando del terreno de juego a su mejor hombre. Iago Aspas dejaba el
partido en un doble cambio con el que el Celta quemaba sus últimos
cartuchos.
Ni Bermejo ni Park inquietaron la meta de
Diego Alves y el Valencia tiró de oficio para amarrar su primera
victoria en esta liga. Tres puntos sufridos que deben servir para
asentar las bases de un equipo que todavía deja muchas dudas y en el que
Mauricio Pellegrino tiene mucho trabajo por delante. Por su parte, el
Celta sigue adaptándose a la categoría y necesita ganar en madurez para
sumar puntos en su objetivo de mantener la categoría, mejorar la
concentración defensiva y el acierto de cara a puerta marcarán su
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