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El Real Madrid retoma el pulso con la Liga española después de diez
días donde las selecciones nacionales tomaron el protagonismo.
Desafortunadamente para el madridismo. Y es que el pasado 7 de octubre
sólo se respiraba optimismo en la Casa Blanca después de un empate en el
Camp Nou que, si bien no reducía las distancias en la clasificación, sí
que dejó muy buenas sensaciones al haber tenido contra las cuerdas al
Barcelona durante un tercio del partido. Sin embargo, dos semanas
después, el Real Madrid regresa a la competición doméstica con la
zozobra del Virus FIFA.
Y es que para recibir al Celta de Vigo en el Santiago Bernabéu, José
Mourinho no podrá contar con ninguno de sus laterales habituales: ni
Alvaro Arbeloa, ni Marcelo, ni Fabio Coentrao. Lo que obliga al técnico
de Setúbal a reinventarse forzosamente en defensa. Una opción pasaría
por desplazar a Sergio Ramos al lateral derecho, abogar por Raphael
Varane o Raúl Albiol junto a Pepe, y apostar por los canteranos Nacho
Fernández o Jorge Casado en el lateral izquierdo. Es la que parece la
solución más natural. Pero por las mentes de los analistas pasan otras
opciones como la de hacer jugar de laterales a Michael Essien, Ángel Di
María, o José Callejón.
La solución definitiva sólo la sabe José
Mourinho, y sea la que sea, seguro que nunca hubiera sido la ideal para
el técnico merengue a principio de temporada. Lo que sin duda pone en
guardia al madridismo. Máxime cuando parece que Sami Khedira tampoco
podrá jugar por una sobrecarga y cuando otros jugadores de ataque como
Cristiano Ronaldo, Gonzalo Higuaín, o Karim Benzema también arrastran
alguna que otra molestia.
Asípues, lo que hace dos semanas parecía un camino de rosas hacia la
remontada en Liga y hacia la clasificación en Champions se ha convertido
súbitamente en un sendero lleno de espinas. Y es que, sensaciones
aparte, la tabla de clasificación dice que el Real Madrid está a ocho
puntos del liderato, y que no puede permitirse más errores en Liga. Y
ahí no caben discusiones.
Y en esta tesitura aparece el Celta de
Vigo, pescador en un río revuelto. “Vamos al Bernabéu como si fuéramos a
El Bulli, a lo grande” espetaba un atrevido Quique De Lucas, referente
de una joven plantilla celeste. Asentado en la zona media de la tabla
con sólo dos puntos menos que el Real Madrid, el Celta llega sin
presión, sabedor de que cualquier punto que arranque en el coliseo
merengue será motivo de celebración. Lo que hace todavía más peligroso a
un equipo con mucho más fútbol que puntos en el presente campeonato. Y
ya es decir.
Javi Varas, el que fuera héroe sevillista la
campaña pasada en el Camp Nou, no podrá jugar por una inoportuna
gastroenteritis, y será Sergio Álvarez el encargado de frenar el rodillo
merengue. Quien sí estará del lado celeste será el talentoso
mediocampista Iago Aspas, una de las sensaciones del presente campeonato
y del que se espera que ponga el brillo a un partido que llega con un
tono grisáceo por el Virus FIFA.
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