AFP
El fiel malaguismo ya tiene otra fecha histórica parea anotar. Una
noche de miércoles y bajo el diluvio recibieron goleadas en la Liga
Barcelona y Atlético de Madrid. Hoy ha tocado nada menos que el
histórico Milán, aunque venido a menos, y en Champions League.
Memorable
victoria por 1-0 que deja al equipo costasoleño líder de su grupo con 9
puntos y sin encajar un gol en tres jornadas. Es decir, a un paso de
los octavos de final de la competición de clubes más importante del
mundo. Casi nada.
Increíble
y emocionante ver a gente con lágrimas en los ojos tras ver algo que
era un sueño tiempo atrás. Este Málaga promete grandes alegrías de
seguir así. Y del Milán poco que decir. Dubitativo atrás, sin engarzar
en la media y sin punch en ataque. Una sombra de lo que fue.
El partido se las prometía y el ambiente enorme con La Rosaleda casi
llena (25.000 espectadores) y más de un millar de seguidores italianos.
El invitado inesperado fue la lluvia, que cayó intensamente en la
segunda parte. Pero ni eso amilanó a un Málaga que no salió acomplejado y
continuó con su estilo de juego. Control, toque de balón y abrir huecos
para la entrada en el área de Amelia.
Allegri no quería
sorpresas y salió a parar las acciones de Isco y Joaquín buscando que no
encararan bien su zona. Lo fueron consiguiendo en la primera media de
hora, donde no había peligro ante ambos metas. Pero en los últimos diez
minutos los de Pellegrini fueron dueños del campo y pudo llegar el 1-0
con dos disparos de Isco desde el borde del área.
El primero a
los 34´salió rozando el palo y el segundo a los 36 lo envió Amelia a
córner. Se acrecentó la presión local hasta que en el minuto 43 es
derribado Jesús Gámez en el área por Constant. El penalti señalado por
Proença y protestado por los milanistas lo lanzó Joaquin. Y como ante el
Valladolid en Liga lo falló. Lo ajustó tanto que escupió el larguero y
salió fuera. Un palo para el equipo y la afición que había merecido
llegar al descanso con ventaja en el marcador.
En la segunda
mitad no cambiaron las cosas. Bajo el diluvio las características en el
juego fueron similares. Minutos de tanteo y poco a poco el Málaga
controló el balón y el tiempo del partido ante un Milán que se limitaba a
buscar las contras. En una excelente combinación entre Iturra (tremendo
recuperador de balones) y Joaquín el portuense se redimió como el
pasado sábado. Pase del mediocentro chileno el ex bético, a los 64´,
bate al meta del Milán por bajo dando el esférico en el poste.
La
Rosaleda explotó y comenzó la fiesta. Un minuto después un obús de
Eliseu no entró de milagro. Allegri se veía con el agua al cuello y optó
por sacar primero a Pato y después a Bojan, buscando crear peligro ante
Willy Caballero, pero no lo notaron.
El Málaga fue enfriando el
choque y solo en los últimos cinco minutos acosaron la meta local. El
Sharawy tuvo el empate en el 85 en el único despiste de la zaga
blanquiazul, pero lo salvó Willy Caballero con un paradón. No hubiera
sido justo por lo visto en el mojado terreno de juego. El pitado final
llevó el júbilo a las gradas, que coreó los nombres de Joaquín y
Pellegrini. 9 de 9 y a un paso de los octavos de final de la Champions.
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