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Gracias a Álvaro Morata el Madrid
pudo sacar los tres puntos en el Ciutat de Valencia. Llegó el equipo de
Mourinho a un campo maldito, en el que el técnico portugués no había
ganado nunca y en el que Cristiano Ronaldo no había marcado. Pues con el
1-2 mató dos pájaros de un tiro y lo hizo en los minutos finales
gracias a un valor salido de la cantera madridista, Morata aprovechó su
oportunidad y salvó los muebles de un Madrid que veía la liga escaparse.
Se presentaron los dos equipos en un
Ciutat de Valencia impracticable. La lluvia caída a lo largo del día en
Valencia proponía un partido para valientes, de dejarse todo sobre el
terreno de juego. Y así lo entendieron los protagonistas, que desde el
minuto uno comenzaron a disputar una batalla sobre la piscina en la que
se había convertido el césped.
Por si las condiciones meteorológicas no
eran suficientes, el Levante subió el nivel de la batalla con la
agresividad de sus jugadores. Desde el centro de la zaga los granotas
quisieron marcar su territorio y los delanteros blancos probaron en sus
carnes esa dureza. Cristiano Ronaldo tuvo que ser atendido por un codazo
de David Navarro que le abrió la ceja y después fue Ballesteros el que
dejó su sello en la cabeza de Callejón. Con estos recursos, el Levante
comenzó a rondar la portería de Casillas pero no consiguió inquietar
demasiado y a los veinte minutos se vio por detrás en el marcador.
Fue Cristiano Ronaldo el encargado de
abrir la lata aprovechándose de un error en la principal fortaleza
levantinista, su defensa. En una falta perpendicular al área la zaga
granota dejó libre al portugués, que cazó un rechace y fusiló a placer a
Munúa. Tras esta acción el Real Madrid se hizo dueño y señor del
partido, sin sufrir en defensa y con oportunidades en ataque, sobre todo
en los minutos iniciales del segundo tiempo.
A la vuelta de vestuarios, con Cristiano
Ronaldo en el banquillo por la brecha de su ceja, el equipo de Mourinho
tuvo todo de cara para matar el encuentro. Pepe mandó un cabezazo al
larguero, igual suerte corrió Ramos y otro que falló fue Di María. Sin
embargo, en fútbol el que mucho perdona lo acaba pagando y el Levante,
sin apenas llegar a la portería de Casillas, consiguió empatar gracias a
Ángel. Las cosas se ponían feas para los blancos, más aún cuando Xabi
Alonso falló un dudoso penalti provocado por Callejón. Y peor podría
haber sido si Juanlu no hubiera fallado un mano a mano con Casilla a 15
minutos del final.
Pero el final es conocido por todos y
después de mucho perdonar, el Madrid encontró un premio merecido gracias
a la cabeza de Morata. El chaval se convirtió en el hombre más feliz
del mundo después de mandar a la red una falta lateral colgada por Xabi
Alonso. Curioso que el Madrid ganara donde más sufre, en los balones
aéreos, y más curioso que ganara gracias a la cantera. Porque si das
oportunidades a los niños de La Fábrica, éstos responden y demuestran
que realmente son válidos.
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