Getty Images
El Real Madrid se clasifica para los cuartos de final de la Copa del
Rey con más apuros de los previstos en un inicio. Ronaldo había marcado
un doblete a los veinte minutos ante un cuadro gallego con más
suplentes de los habituales, y se veían muchas y muy buenas ocasiones
merengues. Sin embargo, la lesión de Xabi Alonso al descanso despistó a
los locales, que a punto estuvieron de irse definitivamente del torneo
en unos minutos finales con un jugador menos por la expulsión de Sergio
Ramos. Casillas, que fue titular, salvó a un Madrid que fue de más a
menos y que estuvo cerca de lamentarlo. Sólo el tercer gol de un
incombustible Ronaldo trajo la tranquilidad al Bernabéu, que hacía una
década que no veía una remontada de su equipo en una eliminatoria de
Copa o Champions. Un gol que, junto con el último de Khedira, son un
inmejorable balón de oxígeno para el Real Madrid.
No
pudo empezar mejor el partido en el Santiago Bernabéu. Antes del mismo,
el respetable le había dedicado una grandísima ovación a Casillas,
acompañado de una nueva pitada a José Mourinho a la hora de cantar las
alineaciones. Esta vez menor que el domingo y con muchos aplausos
también, pero pitada al fin y al cabo. Sin embargo, en este partido no
hubo tiempo de que esa tensión se aposentara en los nervios de público y
jugadores. Cristiano Ronaldo no lo quiso así. Corría el minuto dos
cuando ya había marcado de un tremendo zapatazo desde más allá de la
esquina izquierda del área celeste. Un tomahawk de los suyos, cuyo
efecto despistó a Sergio y clasificaba virtualmente a los blancos con
todo el partido por delante y con un Celta plagado de suplentes por obra
y gracia de la inexplicable maniobra de Paco Herrera.
No le
perdió la cara al partido aun así el Celta de Vigo, teniendo cuarto de
hora de estilosa posesión en el coliseo blanco. Sin embargo, era el
momento del Real Madrid, que se había quitado el corsé que tanto le ha
oprimido en esta primera mitad de temporada. Desde el medio del campo
Ozil, Khedira, y sobre todo, Ronaldo y Modric manejaron fluidamente al
equipo blanco, que además gozó de su tradicional pegada en ataque. Así, a
los veinte minutos, la conexión luso-croata surtió efecto con un remate
al primer toque del ‘7’ desde dentro del área a un precioso pase largo
que acabó en las mallas visitantes. Como hicieran ya Xabi Alonso y
Ronaldo en Balaídos. El portugués firmó así su doblete particular para
superar a Pirri como séptimo máximo goleador de toda la Historia del
club blanco: 173 dianas en 172 partidos, que terminarían siendo 174,
nada más y nada menos.
El 2-0 decantó la balanza del lado blanco
definitivamente ante un Celta al que sólo se le vio en una última
tangana antes del descanso entre De Lucas y Ramos. Y mientras tanto, el
equipo blanco pudo haber finiquitado la eliminatoria merced a una falta
de Ronaldo que se marchó lamiendo el larguero, otra falta del propio
Sergio Ramos también alta, y sobre todo, un gol anulado al ‘7’ merengue
por fuera de juego. Jugada que, unida a una tarjeta amarilla a Túñez que
en el bando blanco se entendió que debía estar teñida de roja, provocó
la ira de un Mourinho permanentemente rezagado en su propio banquillo.
El
descanso no le sentó bien al Real Madrid, eso sí. Llevaba toda la
iniciativa antes del mismo, y poco a poco se dejó comer terreno tras la
reanudación, fruto quizás de los cambios tácticos. Xabi Alonso dejó su
sitio en el campo por unas molestias en el cuello, tomando Essien su
puesto, con Ramos de lateral derecho y Varane de central, en un 4-3-3.
Aunque defensa español y francés se intercambiaron los puestos apenas
quince minutos después. Y mientras tanto, aunque Hugo Mallo tuvo que
marcharse lesionado, Paco Herrera dio entrada a Iago Aspas y Demidov, y
poco a poco fue ganando confianza con el balón en los pies.
Hasta
el punto de que el madridismo llegó a temer por la derrota cuando, sin
haber encarado a Sergio prácticamente en toda la segunda parte, el
colegiado Ayza Gámez expulsó a Sergio Ramos a falta de quince minutos
para el final por una segunda amarilla más que rigurosa. La primera
tarjeta fue por la entrada que originó la tangana con De Lucas, y la
segunda por una falta al borde del área, pocos minutos después de que a
Jonathan Vila le perdonaran una amonestación. Así, Iker Casillas tuvo
incluso que salvar a su equipo con tres paradas casi consecutivas,
especialmente una a Krohn-Dehli desde dentro del área cuando ya jugaban
con un futbolista menos.
Sin embargo, cuando peor pintaban las
cosas y el público andaba conteniendo la respiración, fue cuando volvió a
aparecer Cristiano Ronaldo, el mejor de este Madrid sin ninguna duda.
En un contraataque, Higuaín le cedió el balón, y éste resolvió con un
zurdazo raso al palo corto que trajo la tranquilidad al respetable del
Bernabéu a falta de tres minutos para el final. Khedira redondearía la
goleada. El trabajo ya estaba hecho para entonces. El Real Madrid
respira un poco. Funcionó el boca a boca de Ronaldo cuando se rozaba ya
la machada.
Mundo-deportes es un foro si quieres opinar sobre esta noticia, respectando la opinión de los demás, regístrate, pide nick y contraseña y correo por ello no recibirás publicidad y es gratis.