El Real Madrid inauguró el nuevo año con un triunfo ante el Celta de Vigo. En plena tarde de Reyes y sin los Ultra Sur en el Bernabéu por primera vez gracias a la creación de la ‘Grada Joven’, el equipo dirigido se llevó los tres puntos con bastante sufrimiento ante un rival que plantó cara hasta el final.
La primera parte sobre el césped recordó, ahora que estamos llegando al fin de las fechas navideñas, a la fisionomía de un dromedario: ritmo lento y altibajos fueron los grandes protagonistas durante los primeros 45 minutos, con un Real Madrid que no se encontraba a sí mismo.
Y es que, salvo por algún latigazo aislado de Modric o Cristiano, los merengues se olvidaron de su fútbol y se dedicaron a entrar en una guerra de guerrillas en la que los merengues tenían todas las de perder.
El Celta, con oficio, fue capaz de llevar el partido a su terreno sin hacer grandes alardes y sin que Yoel tuviera que protagonizar ninguna intervención de mérito, mientras Charles y Rafinha, muy activos, pusieron suspense a la portería de Diego López en los compases iniciales.
No tuvo más remedio que empezar a quemar cartuchos Ancelotti tras el descanso: primero fue Illarramendi, luego Jesé y por último Bale. Sin margen para el error, el Madrid buscaba la mordiente de la que había adolecido hasta ese momento. Y como por arte de magia, el regalo llegó en forma de gol…
Benzema, que instantes antes había tenido una oportunidad clarísima, se encontró un centro teledirigido del propio Jesé, uno de los revulsivos, para poner el primer tanto en el luminoso. Así llegó la recompensa a un cambio de actitud que debió haber irrumpido sobre el verde mucho antes.
Luis Enrique se quedó mirando desde la banda cómo su proyecto de sorpresa en el Bernabéu se iba deshilachando. Las ocasiones falladas y el cansancio empezaron a pesar demasiado en el debe del conjunto celeste, que sin embargo no renunció a seguir mostrándose valiente ante el tercer clasificado de la tabla.
No obstante, faltaba algo. Faltaba él. Faltaba Cristiano. El delantero portugués, que hasta el momento no había tenido demasiada suerte, se encontró un centro medido de Carvajal para poner el segundo tanto a falta de diez minutos del final...
Pero no estaba contento. La bestia quería más. Y fue Gareth Bale, que rompió por la banda derecha, el encargado de servirle un pase de oro para poner el tercero en el tanteador y el segundo en su cuenta particular, seguramente dedicado a Eusebio. Un broche perfecto para un partido que fue más difícil de lo que reflejó el marcador.
Con este triunfo, el Real Madrid alcanza los 44 puntos y se queda a cinco de Barcelona y Atlético de Madrid, que también resolvieron sus compromisos esta jornada con victoria y tendrán que enfrentarse el próximo fin de semana.Fuente goal.com
COMENTARIO REGISTRATE en Mundo-deportes, pide nick y contraseña y correo por ello no recibirás publicidad y es gratis, no olvidar dejar un mensaje en el foro para que se active el registro.
http://www.mundo-deportes.com/
La primera parte sobre el césped recordó, ahora que estamos llegando al fin de las fechas navideñas, a la fisionomía de un dromedario: ritmo lento y altibajos fueron los grandes protagonistas durante los primeros 45 minutos, con un Real Madrid que no se encontraba a sí mismo.
Y es que, salvo por algún latigazo aislado de Modric o Cristiano, los merengues se olvidaron de su fútbol y se dedicaron a entrar en una guerra de guerrillas en la que los merengues tenían todas las de perder.
El Celta, con oficio, fue capaz de llevar el partido a su terreno sin hacer grandes alardes y sin que Yoel tuviera que protagonizar ninguna intervención de mérito, mientras Charles y Rafinha, muy activos, pusieron suspense a la portería de Diego López en los compases iniciales.
No tuvo más remedio que empezar a quemar cartuchos Ancelotti tras el descanso: primero fue Illarramendi, luego Jesé y por último Bale. Sin margen para el error, el Madrid buscaba la mordiente de la que había adolecido hasta ese momento. Y como por arte de magia, el regalo llegó en forma de gol…
Benzema, que instantes antes había tenido una oportunidad clarísima, se encontró un centro teledirigido del propio Jesé, uno de los revulsivos, para poner el primer tanto en el luminoso. Así llegó la recompensa a un cambio de actitud que debió haber irrumpido sobre el verde mucho antes.
Luis Enrique se quedó mirando desde la banda cómo su proyecto de sorpresa en el Bernabéu se iba deshilachando. Las ocasiones falladas y el cansancio empezaron a pesar demasiado en el debe del conjunto celeste, que sin embargo no renunció a seguir mostrándose valiente ante el tercer clasificado de la tabla.
No obstante, faltaba algo. Faltaba él. Faltaba Cristiano. El delantero portugués, que hasta el momento no había tenido demasiada suerte, se encontró un centro medido de Carvajal para poner el segundo tanto a falta de diez minutos del final...
Pero no estaba contento. La bestia quería más. Y fue Gareth Bale, que rompió por la banda derecha, el encargado de servirle un pase de oro para poner el tercero en el tanteador y el segundo en su cuenta particular, seguramente dedicado a Eusebio. Un broche perfecto para un partido que fue más difícil de lo que reflejó el marcador.
Con este triunfo, el Real Madrid alcanza los 44 puntos y se queda a cinco de Barcelona y Atlético de Madrid, que también resolvieron sus compromisos esta jornada con victoria y tendrán que enfrentarse el próximo fin de semana.Fuente goal.com
COMENTARIO REGISTRATE en Mundo-deportes, pide nick y contraseña y correo por ello no recibirás publicidad y es gratis, no olvidar dejar un mensaje en el foro para que se active el registro.
http://www.mundo-deportes.com/