Era un momento fundamental para la Juventus. El Nápoles se había puesto a la altura, en el primer puesto de la Serie A y ganar al Chievo se hacía extremadamente importante para volver a los tres puntos de ventaja que había antes de comenzar la jornada. Y en estos momentos de necesidad, volvía el hombre más importante en el juego bianconero, Andrea Pirlo. Su comparecencia se notó desde el primer momento. Mueve al equipo a su antojo, aporta con su sola presencia una superioridad más en la práctica que numérica y se inventa pases que dejan en ventaja a sus compañeros. Esto mejoró sin duda a una Juve que fue netamente superior al Chievo Verona en el primer tiempo del encuentro.
La superioridad de Pirlo provoca que el resto de los suyos estén menos marcados que él, liberándolos. Así se encontró Arturo Vidal cuando levantó la cabeza cerca del área para encontrar con un pase bombeado preciso a Matri, que empaló el esférico con la zurda, su pierna mala, y aun así la clavó en la portería de Puggioni, al estilo Van Basten. Este gol de Matri dejó claro un aspecto de la Juventus: es un equipo que marca mucho, pero que reparte mucho sus goles. De los 48 goles anotados, siete son de Fabio Quagliarella, el máximo realizador del equipo.
Este encuentro también sirvió para recuperar para la causa un hombre fundamental para Antonio Conte, que vio el partido desde la grada. Stephan Lichtsteiner fue probablemente el mejor de su equipo, muy activo ofensivamente, apareciendo por casi cualquier frente del ataque, y marcando un gran gol y fallando otra clarísima ocasión.
Ambos tantos llegaron antes del descanso en un primer tiempo muy cómodo para los hoy dirigidos por Angelo Alessio. El poderío en la medular que formaban Pirlo, Vidal y Pogba superó constantemente al de los veroneses, que apenas se acercaban al marco de Buffon. Tan solo las incorporaciones de Paloschi por el costado diestro permitieron a los gialloblu desahogarse del dominio bianconero.
De esto se dio cuenta Eugenio Corini, que no tardó en reforzar a su equipo con la introducción tras el descanso de Acerbi y Seymour. Eliminó la defensa a cinco que había confeccionado al inicio del encuentro y reforzó su centro del campo. De esta manera consiguió quitarle el balón a la Juve y hacerle daño con mucha mayor frecuencia que en los primeros 45 minutos. El gol de Thereau al principio de la reanudación aportaba picante al resto del encuentro. La Juventus no estaba tan cómoda, perdió presencia y se desgastó físicamente. Pero resistió lo suficiente para no llegar a sufrir en exceso en los últimos minutos, cuando el Chievo se volcó. Al final, la Juve se llevó tres puntos de oro que le permitirán seguir al menos una semana más como capolista en solitario de la Serie A.
REGISTRATE en Mundo-deportes, pide nick y contraseña y correo por ello no recibirás publicidad y es gratis.