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La jornada decimoséptima de la Premier League nos dejaba un interesante partido en el Emirates Stadium. Un Arsenal que venía de ser goleado por el Bayern de Múnich en la Champions League y que ya había sido eliminado de las dos Copas, necesitaba brindarles una victoria a sus aficionados para que estos no se decepcionaran más de lo que ya están. Los ‘gunners’ recibían a un Aston Villa que están realizando una muy mala temporada y que su principal objetivo es la permanencia, por la que tendrán que sudar.
El partido no pudo empezar mejor para los locales, ya que tardaron sólo cinco minutos en abrir el marcador. Santi Cazorla cazó un rechace dentro del área ‘villana’ y batió a Guzan con un derechazo al segundo palo. Décimo gol del asturiano en su temporada de debut, algo que no pasaba en el Arsenal desde el legendario Thierry Henry.
Pero a pesar de adelantarse pronto en el luminoso, el Arsenal no fue tan superior en la primera mitad como se hubiera podido imaginar. Los ‘gunners’ tenían la posesión, pero los visitantes llegaban con peligro a la portería de Szczesny, que tuvo que hacer un par de paradas meritorias. Los de Paul Lambert buscaron la banda que cubría Monreal, que estuvo otra vez muy flojo. Los locales también tuvieron sus ocasiones, pero la falta de puntería es un problema que les ha acompañado toda la temporada. Y así se llegó al descanso, con 1-0 en el marcador y con Wilshere y Cazorla como los salvavidas de Wenger.
El Arsenal salió mucho mejor en la segunda mitad. Buscaron el gol de todas las maneras posibles mientras que el Aston Villa se defendía y apenas cruzaba la raya del centro del campo. Pero los ‘gunners’ perdonaban todas las ocasiones de las que disponían, y eso provocaba que los visitantes se sintieran con vida en el partido según pasaban los minutos. Y en un contraataque inesperado, llegó la sorpresa que se veía venir. El que perdona lo acaba pagando. En el 68 de la segunda, Weimann arrancó desde el centro del campo sin que ningún defensor le cerrara el paso, disparo el centrocampista desde la frontal y el balón se coló en la portería de Szczesny, que quizás pudo hacer algo más. Los londinenses se encontraban en una situación que ya conocían: cuando más ocasiones estaban teniendo, el rival aprovecha un error defensivo y empata el partido.
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