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En un club de fútbol es más fácil responsabilizar al entrenador y echarlo del proyecto que cambiar la cúpula directiva o renovar al equipo titular. Esta situación la han vivido en esta temporada ambos equipos. El Granada cesó a Anquela para traer a un hombre criado en la casa, Lucas Alcaraz, mientras que el Celta ha incorporado a Abel Resino en lugar de Paco Herrera, una contratación que ha supuesto muchas líneas de texto por el asunto de Salva Ballesta.
Abel llega a un Celta al que le asaltan las dudas, juega bien, tiene un plantel con individualidades brillantes pero su situación es de vértigo, inmerso en el pozo de la clasificación y con una dinámica descendente. El ex guardameta del Atlético de Madrid ha venido a apagar ese fuego y a poner algo de consistencia, una labor en la que Abel es especialista en su carrera como técnico, incluyendo una etapa en el Granada C.F.
Los nazaríes todavía no pueden sacar pecho, han logrado algo de distancia con el descenso pero son conscientes de que la temporada pasada su permanencia pendió de un hilo y se produjo a 400 km de distancia cuando un cabezazo de Falcao tumbaba al Villarreal y los salvaba. Una carambola que sirvió a los andaluces para sumar otro año entre los grandes.
Para este choque, los celestes seguirán contando con la baja de Hugo Mallo, lesión de larga duración, sin el concurso de Samuel Llorca y con la duda del central Túñez. Por parte rojiblanca, dos piezas claves tampoco saldrán de partida: Fran Rico y Dani Benítez son parte de la enfermería del Granada.
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Abel llega a un Celta al que le asaltan las dudas, juega bien, tiene un plantel con individualidades brillantes pero su situación es de vértigo, inmerso en el pozo de la clasificación y con una dinámica descendente. El ex guardameta del Atlético de Madrid ha venido a apagar ese fuego y a poner algo de consistencia, una labor en la que Abel es especialista en su carrera como técnico, incluyendo una etapa en el Granada C.F.
Los nazaríes todavía no pueden sacar pecho, han logrado algo de distancia con el descenso pero son conscientes de que la temporada pasada su permanencia pendió de un hilo y se produjo a 400 km de distancia cuando un cabezazo de Falcao tumbaba al Villarreal y los salvaba. Una carambola que sirvió a los andaluces para sumar otro año entre los grandes.
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