Tottenham y Arsenal se veían las caras en el White Hart Lane en uno de los grandes partidos de la Premier League. A pesar de que en las dos veces que se enfrentaron estos dos equipos en 2012 los ‘gunners’ marcaron cinco goles a los Spurs, el equipo entrenado por Villas-Boas partía como favorito por la racha positiva de resultados que habían cosechado en el último mes y por el estado de gracia en el que llegaba su estrella Gareth Bale. Durante las últimas 17 temporadas, el Arsenal ha acabado la liga por delante de sus vecinos londinenses, pero esta vez el Tottenham se encuentra por encima en la tabla y con grandes posibilidades de terminar entre los cuatro mejores de Inglaterra.
El conjunto local salió con su once de gala, con la ausencia de Defoe, que a pesar de haberse recuperado ya de su lesión Villas-Boas prefirió no arriesgar y alinear a Adebayor en su lugar. Como viene siendo habitual en los últimos encuentros, Bale jugó detrás del punta de ataque y Sigurdsson cayó a la banda izquierda. Por su parte, Arsene Wenger decidió sentar a Podolski para reforzar el centro del campo con el tridente Ramsey-Arteta-Wilshere, con Cazorla y Walcott en las bandas para surtir de balones a Giroud. El partido no podía tener más alicientes.
El Arsenal empezó dominando el partido y pisando con peligro el área de Lloris en los primeros minutos. Vertonghen tuvo que dar su máximo para cortar un uno contra uno de Giroud ante el guardameta, y el propio delantero contó con una oportunidad minutos antes con un cabezazo que su compatriota pero rival consiguió atajar. La primera mitad estuvo muy equilibrada hasta que a la media hora la defensa ‘gunner’ se desconectó y volvió a cometer los errores que tanto les están penalizando esta temporada. En el minuto 36, Sigursson puso un balón a la espalda de los centrales para dejar solo a Bale, que definió a la perfección ante Szczesny para marcar su vigésimo gol de la temporada y el 1-0 del encuentro. Y sólo tardó dos minutos el Tottenham en ampliar su ventaja en otra empanada de la zaga visitante, que volvió a cometer el error del primer tanto dejando campar a sus anchas a Parker para que filtrara un buen que dejaba solo a Lennon que marcó el segundo a placer. Los de Wenger habían salido bien, dominando el encuentro, pero dos errores en defensa provocaron que los Spurs casi sentenciaran el duelo en la primera mitad.
Los ‘gunners’ necesitaban marcar un gol pronto en la segunda mitad para engancharse de nuevo al partido, y consiguió hacerlo en tan sólo cinco minutos. Walcott sacó un libre directo que cabeceó Mertesacker en el punto de penalti, el balón rebotó en la cabeza de Bale y se coló en la portería de Lloris. El Arsenal tenía 40 minutos para buscar el gol del empate e incluso intentar remontar el encuentro. Después de reducir distancias, los de Wenger dominaron en la segunda mitad, pero el Tottenham creaba peligro con unas peligrosas contras que a punto estuvieron de significar el tercer gol en un par de ocasiones. Los visitantes no supieron aprovechar el tanto tempranero que consiguieron y apenas inquietaron al guardameta francés de los Spurs durante el resto de la segunda mitad, lo que provocó que los locales no pasaran demasiados apuros en los minutos finales.
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