Pocas o nulas esperanzas tenía el Celtic de llegar a los cuartos de final de esta edición de la Champions League. El 0-3 recibido en Glasgow hacía que sus probabilidades de remontar fueran muy escasas, sobre todo teniendo en cuenta el potencial de su adversario, la Juventus, que no ha tenido problemas en solventar el trámite en el que se convirtió el partido de vuelta. El Celtic se va de Europa un año más, pero puede que esta vez lo hagan con la cabeza más alta de lo habitual. Fueron a Turín con todas las de perder, pero aun así jugaron de tú a tú a los campeones de Italia, y sólo la mala suerte y un gran Buffon han evitado un gol escocés en esta ronda.
Como ocurrió en el Celtic Park hace tres semanas, fueron los católicos los que tuvieron la posesión del balón durante la mayor parte del encuentro. Neil Lennon pretendió tener incluso más el balón y plantó en el centro de la zaga a Victor Wanyama, habitual en la medular verdiblanca. De esta manera, el keniata encontraba fácil la salida del balón hacia un Kayal muy activo y por el que pasaban todos los balones de ataque del Celtic. Arriba, Hooper y Samaras eran la referencia ofensiva, mientras que Commons actuaba de enlace con ellos. La idea era exquisita y el desarrollo, bastante positivo, pero la Juventus estaba muy cómodo en esa situación y apenas dejó huecos para que los escoceses probaran desde lejos. Un disparo de Ledley salió lamiendo el palo izquierdo de Buffon, mientras que el capitano bianconero se lució al evitar el tanto de Hooper, en el que rebotó el tiro de Commons.
La contra juventina era un peligro constante. Arriba, Conte puso a dos hombres con mucha hambre de gol, como Matri y Quagliarella. Ambos saben que Vucinic y Giovinco están un escalón por delante en las preferencias del técnico, y tenían que reivindicarse con juego y goles. Y bien que lo consiguieron. Especialmente bien estuvo Quagliarella. Sus rupturas al espacio descosieron en más de una ocasión a la línea defensiva del Celtic. Tras una de ellas llegó el primer gol, precedido de un gran robo en campo contrario de Barzagli. El central habilitó al napolitano, que disparó, y el rechace de Forster lo empujó a la red Matri, en el sitio justo.
El gol mediada la primera parte sentó mal al Celtic, algo desmoralizado al tener entonces que marcar cuatro goles. La Juve aprovechó para contemporizar, hacer pasar los minutos con el balón en los pies cuando lo tenía, y contragolpear con furia tras recuperación de balón. En esos derroteros se llegó al descanso, con la sensación de que al poco de comenzar el segundo tiempo, se verían varios cambios en la Juventus para reservar a los más habituales. Sin embargo, fue Lennon el que reservó a Wanyama y dio entrada a un central natural como Efe Ambrose. Fue tras el 2-0 cuando se produjo el carrusel de cambios en la Vecchia Signora.
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