Sevilla rezuma aires frescos y coloridos. Y más ahora con la cercanía de la Feria de Abril, festejo estrella de la capital andaluza. Pero mañana, los verdaderos protagonistas, no serán otros que los equipos de la ciudad. El Betis y el Sevilla se baten en duelo en el Benito Villamarín. Pero este derbi huele diferente: El Betis llega al encuentro por encima en la clasificación de la Liga BBVA.
Pepe Mel quiere restar el grado de euforia entre sus jugadores. Sabe que el encuentro contra sus vecinos no se libra del tópico: ganarlo no son sólo tres puntos. Por eso ha decidido llevarse a sus jugadores a las tierras jerezanas en busca de paz y tranquilidad antes de un choque de alto voltaje.
En esa piel bética, indiscutiblemente llevada a la máxima expresión por el citado entrenador, todavía perduran las cinco heridas recibidas en forma de gol en el partido de ida en el Sánchez Pizjuán. El Sevilla superó desde el primer minuto al Betis endosándole un más que sonado 5-1. Sin embargo, desde ese momento, los caminos de ambos clubes se han separado en estilo, juego y aspiraciones. El Betis lucha por entrar en Champions con la Real Sociedad, el Valencia y el Málaga. Por su parte, el Sevilla lucha por no perder el tren de Europa y por salvar cualquier tipo de problema que tenga que ver con la zona baja y caliente de la clasificación.
Por eso los hombres de Unai Emery afrontan el partido lejos del bullicio que inunda las calles sevillanas estos días. Saben que la estadística está con ellos: de las quince ocasiones en que los béticos han llegado por delante en la clasificación a lo largo de la historia de la Liga, sólo en cuatro ocasiones el Sevilla hinco la rodilla en el terreno de juego concediendo la victoria. Por eso y porque un derbi, independientemente de la posición en la clasificación, puede ganarlo cualquier equipo.
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