Los dos últimos equipos italianos en caer en competiciones europeas se enfrentaron en el Olímpico de Roma. La Juventus evidenció los motivos de por qué estaba jugando la Champions, en vez de la Europa League, como su rival, y arrasó a la Lazio desde los primeros instantes del partido. Un penalti en el minuto 8 sobre Mirko Vucinic lo convirtió Arturo Vidal en el primer tanto de su equipo y mediado el primer tiempo el mismo chileno dobló la distancia. Tras el 0-2, finalmente definitivo, la Lazio nunca dio muestras de poder hacer daño a la capolista de la Serie A, que amplía su ventaja sobre el Nápoles a once puntos a falta de seis jornadas.
Los biancocelesti salieron con un ánimo que distaba mucho del que mostraron cuando acabó el partido. La Lazio quería dominar el balón y para ello Petkovic desplegó a cinco centrocampistas capaces todos ellos de tener el esférico y pelearle la posesión a su dueño natural en Italia, la Juve. Sin embargo muy pronto se llevaron una bofetada, que realmente fue autopropinada. Entró Vucinic disparado en el área laziale y Lorik Cana apareció por detrás para derribarlo sin buscar la pelota. El árbitro señaló el punto de penalti, pero fue benévolo con el defensa albanés y tan sólo le mostró la tarjeta amarilla. Arturo Vidal no falló y adelantó a la Vecchia Signora.
El principal problema de la Lazio desde el primer gol de Vidal fue la incapacidad para crear juego. La squadra de Petkovic depende y mucho, quizás excesivamente, de la imaginación de Hernanes, pero el centrocampista no parecía ni siquiera estar sobre el césped romano. Apenas participó en unas pocas jugadas aisladas, sin trascendencia en el desarrollo futbolístico de la Lazio, que pasó a centrar su juego en la banda derecha de Antonio Candreva. Voluntarioso como ninguno, el extremo fue el único capaz de conectar con Miroslav Klose durante el primer tiempo. Después, tras el segundo tanto de Vidal, no existió Lazio. Petkovic reaccionó tras el descanso eliminando a Hernanes y a Mauri, que tampoco apareció. Metió a Ederson y Kozak, dos hombres ofensivos, pero perdió cualquier enlace con la medular y ni siquiera inquietó a Buffon.
El centrocampista juventino completó su doblete aprovechando una asistencia de Vucinic a Marchisio (pareja de ataque hoy, poco habitual), que rebotó en Cana. El rechace le llegó a los pies de Vidal, que sutilmente superó por alto a Marchetti, la bestia negra de la Juve esta temporada y principal culpable de la clasificación para la final de Coppa de la Lazio, eliminando en semis a los bianconeri.
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