Nueve días después de vencer al Real Madrid en su propio feudo y alzar la Copa del Rey, de demostrar que las estadísticas se rompen tarde o temprano y de anteponer la unión y el sacrificio a la calidad y el fondo de banquillo, el Atlético de Madrid será recibido en el Vicente Calderón entre vítores y alabanzas.
Con el objetivo de la temporada ya conseguido (el Atleti será tercero pase lo que pase y accederá directamente a la Champions) y el reciente premio de la Copa todavía muy presente, los de Diego Pablo Simeone afrontan el duelo liguero ante el Mallorca tras una semana en la que dicho encuentro ha pasado totalmente desapercibido. Horas después de recibir el trofeo de campeones de manos del Rey en Concha Espina, el reciente campeón celebró hasta bien entrada la madrugada su conquista. Aún convalecientes, los rojiblancos siguieron festejando el sábado entre una multitud de fans por las calles de Madrid. No parece que amanecieran con Mike Tyson y un tigre en una habitación de hotel (a excepción de Falcao, claro está), al igual que tampoco apareció ningún jugador con medio rostro tatuado, como sí ocurría en los films ‘Resacón en las Vegas’ y ‘Resacón en Tailandia’, pero bien se podría decir que la plantilla colchonera protagonizó su propia adaptación de la de las dos entregas de la saga, pudiendo titularse ésta ‘Resacón en Singapur’.
Rara vez una resaca fue tan dulce: sin madres levantando la persiana antes de tiempo, con el deber ya cumplido y con la prensa recordando todo lo que pasó la noche anterior; ni una laguna. Un lujo, vaya. Después de tanta y tan merecida celebración, tocó vivir una semana inmersos en turismo y compromisos publicitarios. También ha habido tiempo para algo de fútbol: poco que destacar más allá de Óliver, quien, pese a que el ‘Profe Cholo’ parece a veces tenerle manía, sigue empeñado en demostrar que puede pasar de párvulos a la universidad directamente.
Y, después de la fiesta y el ‘Resacón en Singapur’, al Atleti aún le han de quedar fuerzas para pasarse por un after. Éste no será otro que el Calderón, que espera a los suyos con ganas de prolongar las celebraciones. Todos los jugadores estarán disponibles para Simeone.
Se espera que el Real Mallorca homenajee al nuevo ‘Rey de España’ antes del pitido inicial con el protocolario pasillo. Pero, como es de suponer, ahí acabará el baño de agua, jabón y espuma al anfitrión, puesto que los jugadores de Gregorio Manzano, que no podrá contar con el sancionado Arizmendi (acumulación de amarillas) y el lesionado João Víctor (lesionado, tampoco llegará a la última jornada) viven una realidad muy diferente: victoria y esperanza, o infierno. Cara o cruz. No hay más, salvo un débil hilo de esperanza en forma de empate al que podrán aferrarse los más optimistas siempre y cuando el Deportivo pierda. Los gallegos, que ocupan la última plaza de permanencia, aventajan a los mallorquines en tres puntos y el golaveraje.
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Con el objetivo de la temporada ya conseguido (el Atleti será tercero pase lo que pase y accederá directamente a la Champions) y el reciente premio de la Copa todavía muy presente, los de Diego Pablo Simeone afrontan el duelo liguero ante el Mallorca tras una semana en la que dicho encuentro ha pasado totalmente desapercibido. Horas después de recibir el trofeo de campeones de manos del Rey en Concha Espina, el reciente campeón celebró hasta bien entrada la madrugada su conquista. Aún convalecientes, los rojiblancos siguieron festejando el sábado entre una multitud de fans por las calles de Madrid. No parece que amanecieran con Mike Tyson y un tigre en una habitación de hotel (a excepción de Falcao, claro está), al igual que tampoco apareció ningún jugador con medio rostro tatuado, como sí ocurría en los films ‘Resacón en las Vegas’ y ‘Resacón en Tailandia’, pero bien se podría decir que la plantilla colchonera protagonizó su propia adaptación de la de las dos entregas de la saga, pudiendo titularse ésta ‘Resacón en Singapur’.
Rara vez una resaca fue tan dulce: sin madres levantando la persiana antes de tiempo, con el deber ya cumplido y con la prensa recordando todo lo que pasó la noche anterior; ni una laguna. Un lujo, vaya. Después de tanta y tan merecida celebración, tocó vivir una semana inmersos en turismo y compromisos publicitarios. También ha habido tiempo para algo de fútbol: poco que destacar más allá de Óliver, quien, pese a que el ‘Profe Cholo’ parece a veces tenerle manía, sigue empeñado en demostrar que puede pasar de párvulos a la universidad directamente.
Y, después de la fiesta y el ‘Resacón en Singapur’, al Atleti aún le han de quedar fuerzas para pasarse por un after. Éste no será otro que el Calderón, que espera a los suyos con ganas de prolongar las celebraciones. Todos los jugadores estarán disponibles para Simeone.
Se espera que el Real Mallorca homenajee al nuevo ‘Rey de España’ antes del pitido inicial con el protocolario pasillo. Pero, como es de suponer, ahí acabará el baño de agua, jabón y espuma al anfitrión, puesto que los jugadores de Gregorio Manzano, que no podrá contar con el sancionado Arizmendi (acumulación de amarillas) y el lesionado João Víctor (lesionado, tampoco llegará a la última jornada) viven una realidad muy diferente: victoria y esperanza, o infierno. Cara o cruz. No hay más, salvo un débil hilo de esperanza en forma de empate al que podrán aferrarse los más optimistas siempre y cuando el Deportivo pierda. Los gallegos, que ocupan la última plaza de permanencia, aventajan a los mallorquines en tres puntos y el golaveraje.
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