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Ni Pepe Mel, ni Juan Carlos Garrido, ni aunque viniera José Mourinho. Este Betis no funciona. Y no funciona no por el entrenador que tenga en el banquillo, ya sea X o Y, no funciona por una falta de compromiso y de calidad realmente preocupante. Llegaba al Villamarín el Rijeka croata, equipo de la parte baja de la Segunda española si lo lleváramos a la LFP, que bien pudo ponerse 0-2 en el descanso, si su pareja de delanteros, Krstanovic y Benko, tuvieran un mínimo de pólvora y de técnica en sus botas a la hora de encarar a un, por dos veces, batido Sara.
Y precisamente esa falta de gol que tienen los arietes croatas es el lastre que arrastra al Betis en este deambular depresivo en el que se encuentra inmerso desde que comenzó la temporada. Chuli volvió a estar fallón, perdido, sin realizar una sola jugada individual o rematar un centro desde las bandas. El Betis dominó toda la primera parte, al completo, y tanto Juanfran como Juan Carlos, más acertado el primero, sirvieron balones desde todos los ángulos, sin encontrar rematador.
La segunda parte comenzó con los mismos derroteros, con Juanfran y Juan Carlos cabalgando hasta línea de fondo y cuyos centros se perdían en el entresijo de piernas azules del Rijeka. A los 10 minutos, Xavi Torres tuvo que salir en camilla con visibles gestos de dolor (parece ser el tobillo lo que tiene afectado el mediocentro) y Garrido, consciente de la pobre imagen de su equipo, retrasó la posición de Salva Sevilla para sacar al hombre gol de este Betis, Rubén Castro.
La desesperación de la grada bética llegaría en el 20 de la segunda, cuando Knezevic dejó a Chuli completamente solo delante de Vargic, y el delantero ex Recreativo definió de forma horrorosa, enviando el balón lejos de la portería croata. Tres minutos más tarde, Kvrzic a punto estaba de batir a Sara en un disparo desde fuera del área que se marchó por muy poco.
La salida de Nono y Verdú dio algo de intensidad al equipo, que a su vez se vieron traducidas en más errores en la zaga. Steinhöfer tuvo en sus botas el gol pero su disparo seco lo despejó bien Vargic. Al final, la vida sigue igual en Heliopolis. Se busca gol, mucho gol en un equipo que no tiene mimbres de cambio y que ni mucho menos ha cambiado su versión en el primer encuentro post Mel. Fuente goal.com
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Y precisamente esa falta de gol que tienen los arietes croatas es el lastre que arrastra al Betis en este deambular depresivo en el que se encuentra inmerso desde que comenzó la temporada. Chuli volvió a estar fallón, perdido, sin realizar una sola jugada individual o rematar un centro desde las bandas. El Betis dominó toda la primera parte, al completo, y tanto Juanfran como Juan Carlos, más acertado el primero, sirvieron balones desde todos los ángulos, sin encontrar rematador.
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La salida de Nono y Verdú dio algo de intensidad al equipo, que a su vez se vieron traducidas en más errores en la zaga. Steinhöfer tuvo en sus botas el gol pero su disparo seco lo despejó bien Vargic. Al final, la vida sigue igual en Heliopolis. Se busca gol, mucho gol en un equipo que no tiene mimbres de cambio y que ni mucho menos ha cambiado su versión en el primer encuentro post Mel. Fuente goal.com
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