Casta, brillo y un juego descomunal. Un partido para resarcirse del estreno liguero y para advertir a los aficionados que el EuroBetis ha llegado. Es una realidad. El equipo de Pepe Mel ha pasado como un rodillo por encima del FK Jablonec. El conjunto checo fue un juguete roto en manos de un Betis que hizo y deshizo a su antojo.
La primera parte del choque sirvió para dar que el hombre del partido diese buena cuenta de su valía. Salva Sevilla se convirtió en la pluma y el pulmón del conjunto verdiblanco. Su incursión por la banda izquierda, sus inteligentes movimientos hacia el clásico carril del 10 y una perspectiva de juego que enamoró a la grada bético. Se movió a la perfección por el terreno y puso la magia. De sus botas nació el pase medido para que Rubén Castro pusiese el primer gol de la noche.
A partir de ese momento fue coser y cantar. El Jablonec era un auténtico descontrol táctico, y únicamente Novak y Pitak ponían algunas notas de buen fútbol ante un Betis que arrolló en todo momento al conjunto checo. El segundo gol surgió de un centro puesto a la perfección por Salva Sevilla que Benes introdujo en su propia portería. Él, evidentemente, no quería.
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