El fútbol es a veces caprichoso. Si en el partido de ida, de los dieciséisavos de Copa, era Santi Mina quien marcaba en su cumpleaños, hoy ha sido Iker Muniain el que ha celebrado su honomástica con dos tantos. Una victoria que permite al Athletic acceder a octavos de final -remontando el 1-0 que traía el Celta de Vigo- donde se encontrará con el Real Betis.
El horario y la jornada laboral, porque la lluvia no es una excusa en Bilbao, propiciaron menos público de lo habitual en la Catedral para un encuentro que se afrontaba con buen ritmo y dos premisas distintas. Los rojiblancos buscaban el toque y las bandas mientras que los celestes optaban por el juego directo ante la adelantada defensa rival. Un libre directo de Ibai Gómez, aprovechando la humedad del cesped, silbaba junto al palo defendido por Rubén -último responsable de la permanencia en Primera para los olívicos- en la mejor ocasión del encuentro.
El juego perdía algo de fuelle superado el cuarto de hora, fortaleciendo el plan céltico. Una hoja de ruta que cambiaba de rumbo cuando Krohn-Dehli perdía el cuero, debido a la presión de Ibai, para que Aduriz dejara magistralmente a Muniain quien la ponía en la escuadra. La eliminatoria se igualaba a los 20 minutos, con visos de girar el fiel de la balanza en cualquier momento.
Antes de que terminara el primer acto, una llegada por el costado izquierdo de Ibai concluía con un medido centro hacia el área donde Susaeta se adelantaba a su par, y al resto de la zaga, para dar ventaja a los vizcaínos en el resultado global. El Celta ya no podía especular, necesitaba un gol para seguir vivo en la competición.
El segundo acto arrancaba algo accidentado y con Ibai igual de enchufado, suyo fue el acercamiento que abría la estadística ofensiva de los leones con un toque de interior que rebotaba en la madera. El porvenir celeste se oscurecía, no sólo por el marcador sino por la segunda amarilla que veía Hugo Mallo, dejando a su equipo en inferioridad y facilitando la circulación de balón de los bilbaínos.
El Celta jugaba a ser dominado y esperar en una apuesta arriegada que no daba frutos. La conexión con la delantera era absoluta e irrecuperable. Sensaciones que no tranquilizaban al aficionado hasta que Iker Munian cazaba un servicio de Iturraspe para anotar y dar la buscada tranquilidad que se convertía en fiesta con la diana de Aduriz. Punto final al duelo que conserva intacto el espíritu de San Mamés. b]Fuente goal.com[/b]
COMENTARIO REGISTRATE en Mundo-deportes, pide nick y contraseña y correo por ello no recibirás publicidad y es gratis, no olvidar dejar un mensaje en el foro para que se active el registro.
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
El horario y la jornada laboral, porque la lluvia no es una excusa en Bilbao, propiciaron menos público de lo habitual en la Catedral para un encuentro que se afrontaba con buen ritmo y dos premisas distintas. Los rojiblancos buscaban el toque y las bandas mientras que los celestes optaban por el juego directo ante la adelantada defensa rival. Un libre directo de Ibai Gómez, aprovechando la humedad del cesped, silbaba junto al palo defendido por Rubén -último responsable de la permanencia en Primera para los olívicos- en la mejor ocasión del encuentro.
El juego perdía algo de fuelle superado el cuarto de hora, fortaleciendo el plan céltico. Una hoja de ruta que cambiaba de rumbo cuando Krohn-Dehli perdía el cuero, debido a la presión de Ibai, para que Aduriz dejara magistralmente a Muniain quien la ponía en la escuadra. La eliminatoria se igualaba a los 20 minutos, con visos de girar el fiel de la balanza en cualquier momento.
Antes de que terminara el primer acto, una llegada por el costado izquierdo de Ibai concluía con un medido centro hacia el área donde Susaeta se adelantaba a su par, y al resto de la zaga, para dar ventaja a los vizcaínos en el resultado global. El Celta ya no podía especular, necesitaba un gol para seguir vivo en la competición.
El segundo acto arrancaba algo accidentado y con Ibai igual de enchufado, suyo fue el acercamiento que abría la estadística ofensiva de los leones con un toque de interior que rebotaba en la madera. El porvenir celeste se oscurecía, no sólo por el marcador sino por la segunda amarilla que veía Hugo Mallo, dejando a su equipo en inferioridad y facilitando la circulación de balón de los bilbaínos.
El Celta jugaba a ser dominado y esperar en una apuesta arriegada que no daba frutos. La conexión con la delantera era absoluta e irrecuperable. Sensaciones que no tranquilizaban al aficionado hasta que Iker Munian cazaba un servicio de Iturraspe para anotar y dar la buscada tranquilidad que se convertía en fiesta con la diana de Aduriz. Punto final al duelo que conserva intacto el espíritu de San Mamés. b]Fuente goal.com[/b]
COMENTARIO REGISTRATE en Mundo-deportes, pide nick y contraseña y correo por ello no recibirás publicidad y es gratis, no olvidar dejar un mensaje en el foro para que se active el registro.
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]