En el Olímpico de Roma, los tifosi que poblaban las gradas se podían encontrar con dos tipos de partido. El primero de ellos, el que más cabía esperar, era uno en que la Juventus dominase el encuentro como suele hacer, encerrase a la Lazio y ésta tratase de aguantar lo mejor que pudiese hasta probablemente perder. La segunda opción, la que se ha producido finalmente, es que la Lazio le propusiese a la Juve un partido de un ritmo muy bajo, sin casi ocasiones ni prácticamente nada. Los bianconeri eligieron esa forma de jugar y se complicaron todo el choque hasta el final.
A la Lazio le ha salido el partido casi a pedir de boca. No quiso hacer mucho y sacó lo máximo que podía esperar. Un par de jugadas aisladas y un penalti y expulsión a favor en una primera parte redonda para ellos. La acción de la pena máxima surgió de un pase más propio de Pirlo pero ejecutado por Konko entre la defensa juventina, la pelota la cazó Klose, que se iba de Buffon cuando el arquero lo derribó. Candreva marcó el lanzamiento desde los once metros. El bajo ritmo incluso les permitió no gastar demasiadas energías.
La Juventus no reaccionó antes del gol y su inferioridad numérica y hacerlo después era tremendamente complicado. Conte dio de nuevo descanso a Andrea Pirlo, que últimamente está pasando más tiempo en el banquillo que en toda su carrera para llegar al máximo de sus prestaciones al final de la temporada. El sacrificado para dejar el puesto a Storari, el guardameta suplente, fue Asamoah y la Juventus pasó a jugar con defensa de cuatro en la que Angelo Ogbonna fue el lateral zurdo. El resto del esquema, ni siquiera los nombres, no varió en ningún momento.
El poco peligro que generó una Juve mermada fue gracias al español Fernando Llorente. No sólo por el gol, un genial remate de cabeza cruzado sobre la puerta de Berisha, sino porque cada pelota que recibía, ya fuera un pase medido o un melón, era un peligro para los centrales. No logró introducir en la puerta biancoceleste ninguna más, pero sí que fue el líder ofensivo juventino. Eso ocurrió cuando la Lazio parecía conformarse con el empate pese a jugar con uno más. No arriesgaba nada y esperó muchos minutos para intentar algo. Eso sí, cuando lo hizo, gozó de dos ocasiones clarísimas, como un remate de Klose que despejó Storari al larguero, y otro lanzamiento de Keita Baldé al palo. Como en el caso de la Juve, fue el delantero alemán el mejor de su equipo, con un desgaste físico en la presión a los centrales encomiable.
Las energías juventinas se agotaron hacia el final y no volvieron a inquietar el marco laziale hasta el último minuto, cuando en una jugada todavía el juego, el árbitro señaló el final. Con este punto, la Roma podría ponerse a seis puntos si gana en Verona al Hellas.Fuente goal.com
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