Cerca de diecinueve años y contando es lo que lleva el Torino sin vencer en el Derby della Molle a su histórico enemigo, la Juventus. Probablemente, nunca en todos esos años ha tenido el club granata mejor equipo que el actual, sin que por ello haya cambiado su negativa historia reciente. Un único gol de Carlos Tévez a la media hora de partido decidió un partido muy igualado en el que la Juventus llevó siempre el peso del encuentro aunque sin aplastar en absoluto a su rival, que buscó hacer daño con las contras de Immobile y Cerci, aunque sin suerte ni malicia.
Al final parece que la idea de Antonio Conte de reservar varias veces a Pirlo en el mes de enro va a salirle bien, porque el regista d’Italia fue el mejor de su equipo durante todo el encuentro. Cualquier pase que realiza parece sencillo, casi básico, pero la dificultad de encontrar siempre un compañero disponible, un hueco donde meter la pelota es altísima. En ese juego, los aliados fundamentales para Pirlo han sido sus delanteros, Tévez y Llorente, que bregaron con los tres centrales que dispuso Ventura como pivotes con los que combinar como con una pared. Toque para ellos y dejada para los que llegan de segunda línea.
Sin embargo, la productividad ofensiva de la Juventus no estaba siendo muy alta con esa táctica. De hecho, las ocasiones de gol bianconeri sobre la portería granata fueron bien escasas, sobre todo en el segundo tiempo, donde se jugaron y mucho su ventaja de un gol. El tanto juventino fue, precisamente, desde la segunda línea, aunque realizado por un atacante. Una jugada en la banda izquierda acabó con un pase a la frontal de Asamoah para el Apache, que controló, con las mismas se giró y aprovechó el mínimo espacio dejado por los zagueros para empalar la pelota y sorprender por bajo a Padelli.
Hubo varias acciones polémicas, todas que habrían perjudicado al Torino. La primera fue una falta de Arturo Vidal que le podía haber costado la segunda amarilla y, por lo tanto, la expulsión. Seguidamente, El Kaddouri cayó dentro del área por una zancadilla de Pirlo. El árbitro Rizzoli no lo señaló, probablemente, por que el marroquí exageró demasiado su caída, provocando que no pareciese natural su forma de irse al suelo.
En torno al minuto 70 de partido, cuando ocurrieron las dos jugadas anteriores, el Torino empezó a encerrar a la Juventus en su propio campo, buscando empatar el partido y romper otra negativa racha de no haber marcado ningún gol a su enemigo desde 2002. Las ocasiones que tuvieron no las llegaron ni siquiera a acabar, al contrario que en el primer tiempo, donde siempre las acabaron, sin mucho peligro. La mejor acción fue una internada de Masiello por la izquierda, puso el pase de la muerte pero la pelota se paseó dentro del área bianconera sin que nadie consiguiera ni despejar ni rematar. Al final, otra victoria más del líder en su camino por repetir de nuevo el título de la Serie A. El Torino pierde otra ocasión de acercarse definitivamente a los puestos europeos, al no aprovechar el pinchazo del Inter.Fuente goal.com
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