El entorno del Barcelona tiene dudas sobre la composición de la plantilla pero el máximo responsable técnico no tiene ninguna.
La derrota en Sevilla ha abierto un foco de inquietud sobre la composición de la plantilla del Barcelona para la presente temporada. Las dudas planean en el ambiente y de momento nadie las ha respondido de forma clara y directa. ¿Es suficiente afrontar la temporada con diecinueve jugadores, dos menos que el pasado curso?, ¿Hay que fichar?, ¿Es demasiado atrevido apostar por los jugadores del filial?, ¿Están preparados para dar este salto o todavía les queda foguearse más en la Segunda División? Son dudas que planean en el ambiente y que la derrota en el partido de la ida de la Supercopa de España no han hecho más que acentuar. Estas preguntas ya han sido formuladas anteriormente en el seno del staff técnico, con Pep Guardiola y Andoni Zubizarreta a la cabeza. Y ya tienen una definitiva solución, un plan de futuro que ahora contamos.
Pep Guardiola contempló la posibilidad de fichar a algún jugador y su apuesta no albergaba dudas: Cesc Fàbregas. El centrocampista reunía todos los condicionantes para unirse al grupo azulgrana (tiene ADN Barça, formado en el club del que incluso es socio, juventud, proyección, gol, fácil adaptación…). El fracaso en las negociaciones con el Arsenal ha supuesto un duro golpe para la planificación deportiva pero la reacción ha sido inmediata. Guardiola no está dispuesto a poner otro nombre en su puesto porque está convencido de que Cesc acabará la próxima temporada en el Barcelona y fichar ahora a un sustituto sería poner en peligro tanto la futura incorporación del de Arenys como la posterior continuidad del que ahora fuese elegido y fichado. La ventaja de Cesc, además, es que su llegada no hubiera roto el equilibrio del vestuario, algo primordial para Pep y clave en los éxitos logrados durante las dos últimas temporadas, tal y como en evidencia cada vez que hay una celebración. Si algo preocupa al técnico es la gestión de los egos y Cesc se hubiera adaptado bien al grupo como está convencido de que esto ocurrirá con Villa y Adriano, las dos únicas incorporaciones efectuadas hasta el momento.
Guardiola cuenta con menos efectivos que la pasada campaña pero no es un tema que le preocupe en exceso. Está convencido de que los jugadores del filial serán el complemento ideal y que acabarán jugando los minutos que antes disfrutaban Chygrynskyi, Márquez, Touré o Henry.
En la delantera no hay falta de efectivos pues se ha reforzado con la llegada del segundo máximo goleador de la pasada Liga y pichichi del último Mundial y la última Eurocopa (Villa). En la defensa se han ido dos jugadores (Márquez y Chygrynskiy) pero Adriano y Fontás pueden cumplir con este papel. Es en el centro del campo donde hay mayor falta de efectivos y cualquiera lesión podría afectar. Es un riesgo que Guardiola está dispuesto a asumir. Hay cuatro jugadores para tres puestos (Busquets, Xavi, Keita e Iniesta). Cesc hubiera sido el quinto pero ahora este hueco será cubierto por Jonathan Dos Santos, Tiago Alcantara y Oriol Romeu. La voluntad de Guardiola con estos jugadores es la de irles dando minutos de forma paulatina, siempre rodeados por jugadores del primer equipo, nunca como ocurrió en Sevilla donde no había otra opción.
Guardiola pone como ejemplo la ascensión de jugadores como Messi, Puyol, Iniesta o Xavi, que empezaron en el banquillo, fueron entrando de forma progresiva hasta alcanzar la madurez que les ha permitido asentarse en el equipo. ¿Están verdes para este rol? Guardiola cree que no, que deben ir creciendo y para el técnico el partido contra el Sevilla es la confirmación de que este es el camino adecuado.
El técnico valora que el Barça cargado de niños tuviera contra las cuerdas a todo un Sevilla, más rodado y con más titulares, durante una hora y cree que si luego el equipo se deshinchó fue porque todavía le falta pretemporada. Guardiola no alberga dudas y, a tenor de los resultados cosechados desde que es entrenador, habrá que darle un amplio margen de confianza porque se lo ha ganado a pulso. Así pues, en el entorno pueden haber surgido dudas pero Pep no tiene ni una. Como siempre, él es quien marca el camino, quien ha llevado el Barça a la cima y quien más sentido común ha demostrado hasta ahora.
Fichajes
Y puesto a poner sentido común donde ha puesto especial énfasis en el tema de los fichajes. Sin Cesc, Guardiola ha tenido la opción de pedir a otros jugadores, siendo Ozil y Mascherano los que han sonado con más fuerza. Sí, estos nombres están encima de la mesa pero Pep sólo aceptará algúno de estas contrataciones en el caso de que sus respectivos clubs bajen sensiblemente sus pretensiones. A Pep no le interesa hacer un gasto tan grande (20 por Mascherano y 20 por Ozil) cuando se trata de jugadores que no serían titulares pues la base del equipo azulgrana es inamovible y el once titular estará formado por la base de la pasada temporada más Villa. Asumir un gasto de esta magnitud no entra en los planes del Barcelona por lo que estas opciones sólo pueden ser una realidad si el Liverpool y el Werder Bremen rebajan a más de la mitad el precio. Guardiola tiene en cuenta de que la gestión del vestuario con alguno de estos jugadores se le complicaría pues tanto uno como el otro son titularisimos en sus respectivos equipos y selecciones por lo que solo dará el OK al fichaje si es una opción muy ventajosa para la entidad azulgrana. Si no es el caso, Guardiola está tranquilo porque está convencido de que el Barça 2010-11 anda por el buen camino, independientemente de que se gane o no la Supercopa.