Nuestro compañero Ivan San Antonio ha estado en las últimas semanas dos veces con Ibrahim Afellay. Buen conocedor, además, del fútbol holandés, Ivan explica a los usuarios de SPORT.es quién es el nuevo fichaje del FC Barcelona
Si preguntas a cualquier aficionado holandés quienes son los mejores futbolistas de la Eredivisie, sea cual sea su equipo, siempre aparecen dos nombres: Luis Suárez e Ibrahim Afellay. El primero juega en el Ajax y sonó para el Barça; el segundo juega en el PSV, sonó poco y fichó rápido.
El holandés, de origen marroquí, es de aquellos futbolistas condenados desde hace tiempo a jugar en un gran club europeo. Con él se repiten casos como el de Nasri, que dejó el Olympique de Marsella para caer en manos de Wenger en el Arsenal, donde no deja de crecer. O el de Gourcuff, que ya probó fortuna en el Milan y ahora juega en el Olympique de Lyon tras triunfar en el Girondins de Laurent Blanc. Eden Hazard, un talento belga sin límites que juega en el Lille, es otro de ellos.
Desde que Hiddink le bendijo en el PSV, Afellay sabía que acabaría en un grande. La cuestión era saber cuál de ellos, pese a que para el holandés nunca ha existido ninguna duda. Fue el Barça el último en aparecer (antes se habían posicionado Manchester United, Arsenal, Inter y Atlético, entre otros) y el resto se quedó sin opciones. Afellay juega el fútbol que practica el Barça de forma natural. No ha pasado por la Masia ni se ha entrenado nunca con los técnicos del fútbol base blaugrana, pero lo lleva en la sangre. Sólo el Arsenal también le podía dar lo que le falta a su fútbol, un entorno en el que explotar todas sus cualidades. Junto a Xavi, Iniesta, Puyol, Bojan, Messi o Busquets, y bajo la batuta de Pep Guardiola, aprenderá a explotar su potencial.
Ibrahim es potente en carrera con y sin balón, tiene la portería fijada en la mente, no entiende otro fútbol que no sea el vertical y posee una técnica que le permitirá adaptarse sin problemas al sistema blaugrana. La única duda que existe sobre su rendimiento en el Barça es saber cuanto tiempo necesitará para hacer vibrar al Camp Nou.
Si futbolísticamente no existen incógnitas, las únicas que pueden presentarse son a nivel humano. Afellay deberá adaptarse a un entorno diferente del que está acostumbrado. Ibrahim es hijo de inmigrantes marroquíes y aún vive junto a su madre en el humilde barrio de Overvecht, en Utrecht. Desde allí viaja cada día a Eindhoven para entrenar y sólo se queda en la ciudad de la Philips después de los partidos, en un apartamento que el club le ha ofrecido para ello. Es una persona muy familiar, muy unida a su gente y que cada año viaja a Alhucemas (Marruecos) de vacaciones. Aquí deberá aprender a vivir sin el aliento de su entorno más cercano mientras aprende un nuevo idioma y a entender otra cultura de club.
Pero ha tenido un maestro de categoría, Pihilip Cocu, que le ha explicado todo lo que debe saber del Barça. Además, Afellay tiene un carácter poco estridente fuera del campo que le ayudará. Sabe a lo que viene y tendrá media temporada de margen. Guardiola se ha informado muy bien de lo que ofrecer Ibi a nivel personal y se ha convencido de que será, en poco tiempo, uno más en un vestuario cuyo equilibrio emocional es sagrado. Afellay llega para ayudar en todo, no sólo dentro del campo, y tiene la personalidad para ello.
En lo que al precio se refiere, es poco probable que exista un producto más barato en el mercado europeo. Pagar hasta 4 millones por Afellay es pagar caviar a precio de lentejas. Por un lado, te aseguras que el futbolista no sienta la presión de haber llegado tras una cifra desorbitada. Es imposible que se vuelva a producir un caso como el de Chygrynskiy. Y, por otro lado, en el caso poco probable de que el futbolista no acabe de adaptarse al Barça, su venta se convertiría en algo sencillo que incluso podría aportar beneficios al club. No todos los jugadores, por muy buenos que sean, pueden vestir la camiseta del Barça, pero el cartel que tiene alguien del talento de Afellay le hace apetecible para cualquier gran club. Laudrup no triunfó en la Juventus, pero sí lo hizo en el Barça.
Afellay es un fichaje bueno, bonito y barato. Todo lo que ha rodeado su llegada al Camp Nou ha ido en la misma dirección. Hay jugadores que sin haber pisado la Masia parece que hayan crecido en ella. Ibi es de ese tipo. A veces las circunstancias obligan a ir a buscar a un ‘canterano’ a muchos kilómetros de distancia.