El Aston Villa fue víctima de una broma en Anfield Road. Los villanos fueron un equipo de chiste y el Liverpool fue el que acabó a carcajadas, después de aprovecharse de los de Houllier, que volvió a Anfield y se llevó un disgusto viendo cómo está su equipo. El Liverpool no necesitó ni a Torres para divertirse. El Niño fue baja de última hora al ser padre de un chaval llamado Leo.
Los villanos fueron despachados en dos minutos. No necesitó más el Pool, que presentó un once de circunstancias y no le importó. Fue facilísimo para los de Hodgson, que no recuerdan encontrarse con tantas facilidades. Ngog (14') y Babel (16'), que entró por Torres en la alineación, pusieron tierra de por medio casi sin darse cuenta.
El primero nació desde la esquina. Skrtel prolongó un córner al corazón del área y por allí estaba Ngog, más solo que la una. El francés, en plancha, no desaprovechó el regalo. Dos minutos después, dejó su sello Babel, que retrató por velocidad a la defensa villana y cruzó ante Friedel, portero que cumplirá 40 el año que viene. El problema fueron otros, no las primaveras del estadounidense.
Sin apuros
El Liverpool controló la situación sin ningún tipo de problemas. El Aston Villa ni articuló respuesta, ni se le pasó por la cabeza. Los de Houllier fueron un drama y acabaron resignados, convencidos de que la Premier les va a exigir un esfuerzo inesperado por no descender.
Entró Delfouneso en el Villa justo tras el descanso y el equipo quiso creer que todo era posible a pesar del 2-0 y de las sensaciones. El Liverpool se encargó de borrar cualquier tipo de reacción. Los 'reds' contragolpearon de manual y Maxi (56') finalizó una embestida y firmó el tercero con el interior de su pierna derecha. No hubo más historia en Anfield. Las noticias llegaron desde un hospital de Liverpool. Leo Torres había nacido con una sonrisa.
Los villanos fueron despachados en dos minutos. No necesitó más el Pool, que presentó un once de circunstancias y no le importó. Fue facilísimo para los de Hodgson, que no recuerdan encontrarse con tantas facilidades. Ngog (14') y Babel (16'), que entró por Torres en la alineación, pusieron tierra de por medio casi sin darse cuenta.
El primero nació desde la esquina. Skrtel prolongó un córner al corazón del área y por allí estaba Ngog, más solo que la una. El francés, en plancha, no desaprovechó el regalo. Dos minutos después, dejó su sello Babel, que retrató por velocidad a la defensa villana y cruzó ante Friedel, portero que cumplirá 40 el año que viene. El problema fueron otros, no las primaveras del estadounidense.
Sin apuros
El Liverpool controló la situación sin ningún tipo de problemas. El Aston Villa ni articuló respuesta, ni se le pasó por la cabeza. Los de Houllier fueron un drama y acabaron resignados, convencidos de que la Premier les va a exigir un esfuerzo inesperado por no descender.
Entró Delfouneso en el Villa justo tras el descanso y el equipo quiso creer que todo era posible a pesar del 2-0 y de las sensaciones. El Liverpool se encargó de borrar cualquier tipo de reacción. Los 'reds' contragolpearon de manual y Maxi (56') finalizó una embestida y firmó el tercero con el interior de su pierna derecha. No hubo más historia en Anfield. Las noticias llegaron desde un hospital de Liverpool. Leo Torres había nacido con una sonrisa.