El alsaciano, míster del Arsenal, considera que ante el Partizán, donde merecían y necesitaban la victoria para seguir vivos en Champions, atravesó un momento de dudas aunque siempre confió en el pase.
Era extraño que, con un Emirates volcado y una plantilla crecida por la potencia que ejerce sobre la misma el hecho de ser líderes de la Premier, las cosas no arrancaran ante el más débil rival de su grupo de Champions. Y es que el Arsenal pasó por momentos de dudas ante el Partizán cuando los serbios lograron igualar el marcador momentáneamente (1-1) y los Gunners dependían de resultados de terceros.
En esos momentos de indecisión, el propio Arsene Wenger ha admitido que sintió cierta preocupación antes de que su equipo anotara los dos goles en los últimos que certificaron su pase a octavos de final y el fin de los sufrimientos. Pese a ello, habló para la prensa admitiendo que, aunque hubo instantes delicados nunca se vio eliminado.
“Nunca estuve realmente nervioso. Preocupado, quizás sí, porque no se puede decir que no te preocupas cuando el encuentro está 1-1. Pero sentía que teníamos los recursos para anotar y que en los últimos 20 minutos ellos se caerían físicamente. Siempre estuve seguro de que íbamos a clasificarnos, pero nunca se sabe”, comentó el alsaciano.
Además, habló sobre el posible cruce de octavos de final y los rivales que le pueden tocar: “El año pasado nos medimos al Barcelona. Siento que había cierto margen para hacerlo mejor. Depende de si tienes a tus mejores jugadores disponibles y de si tienes un buen nivel de confianza en ese momento. Es muy difícil predecir dónde podemos llegar. Ahora, en los octavos de final se convierte en una competencia diferente. Se convierte en una competición de copa”, cerró.