La tenista holandesa acumula 401 victorias consecutivas · Es la número 1 del mundo desde abril de 1999 · Tiene 271 títulos y seis medallas paralímpicas en su haber · Llegó a ganar 250 sets seguidos · Tiene dos premios Laureus a la mejor deportista discapacitada.
Tirando de tópico podemos decir que la historia de Esther Vergeer es un relato de superación digno de elogio. A los ocho años el destino la puso en una silla de ruedas y encontró en el deporte un guión sobre el que escribir su vida. Hoy es considerada como una de las mejores deportistas del mundo y, raqueta en mano, está forjando su propia leyenda.
Apenas era una niña cuando salvó el primer 'match point' de su vida. Una imprudencia médica en una operación donde se le tenía que corregir un defecto en la columna vertebral, la obligó a reinventarse. "Tenían que quitarme unas venas malignas cerca de la médula espinal y también me tocaron algunos nervios. Cuando desperté tenía medio cuerpo paralizado", relata Esther este triste pasaje. Tras unos meses en el hospital, donde tuvo que adaptarse a ver el mundo desde la óptica de una silla de ruedas, pasó a un centro de rehabilitación en el que comenzó una nueva vida. Afrontó la recuperación con optimismo y se volcó en el deporte para sentirse realizada. "Hasta ese momento no solía hacer mucho ejercicio, pero para mí ha sido un bastón en el que apoyarme", confiesa la holandesa, que probó suerte con el voleibol, el baloncesto y el tenis en silla de ruedas.
Fue en el mundo de la canasta donde dio sus primeros pasos como deportista profesional, jugando varios años al más alto nivel y siendo miembro de la selección holandesa que ganó el Europeo en 1997. Después de un tiempo en el que compaginó baloncesto y tenis, finalmente se decantó por la raqueta. Lo que a los 12 años comenzó como un 'hobby' en un club de tenis de su ciudad, pronto se convirtió en algo más. "Tenía 16 años cuando me llamó el seleccionador nacional de tenis en silla de ruedas, Marc Kalkman, para decirme que tenía talento y podía convertirme en número 1 del mundo si entrenaba más. Le hice caso y creo que no me equivoqué", cuenta la tenista holandesa sobre sus inicios.
Con su talento, no tardó en despuntar. Su carta de presentación fue la conquista del US Open de 1998 tanto a nivel individual como en dobles. Fue el primero de una larga ristra de éxitos que la han convertido probablemente en la atleta más dominadora en cualquier deporte profesional. No obstante, en el mundo de la raqueta el dominio de Vergeer es incontestable. Entre sus récords destacan los de conseguir ganar 250 sets seguidos entre agosto de 2004 y octubre de 2006 —y sólo uno de ellos se decidió en el tie-break—, acumular en su haber 271 títulos —103 de manera consecutiva— y ser número 1 del mundo en individuales desde abril de 1999. Su última hazaña ha sido superar las 400 victorias individuales consecutivas. 401 para ser más exacto, pues la holandesa sigue alargando una racha que empezó a escribirse el 30 de enero de 2003, cuando la australiana Daniela di Toro tuvo el privilegio de ser la última jugadora en conseguir doblegarla. Sólo un jugador de squash, el pakistaní Jahangir Khan, supera hasta el momento el registro de Vergeer. "Él consiguió 555 victorias consecutivas —entre 1981 y 1986—, así que yo lucharé por llegar a las 556", señala entre risas Esther, que tiene claro cuál es el próximo reto a cumplir: "Quiero ganar la medalla de oro en los Juegos Paralímpicos de Londres 2012".
Palmarés exquisito
A sus 29 años y tras 12 como profesional, el palmarés de la holandesa es incomparable. A nivel individual ha ganado 19 Grand Slam y 13 Masters, más otros 21 'grandes' en la disciplina de dobles. Además, colecciona las medallas de oro en individuales de los tres últimos Juegos Paralímpicos (Sydney 2000, Atenas 2004, Pekín 2008) y en dobles en dos de los últimos tres, pues en la capital china sólo pudo conseguir la plata. En total, 271 títulos (146+125), 1.013 victorias (610+403) y 56 derrotas (25+31). De todo su currículo, a Vergeer le gusta destacar tres momentos especiales: la medalla de oro de Sydney, "por ser la primera"; la medalla de oro de Pekín, "porque levanté un 'match point' en contra en la final"; y un partido en el Florida Open de 2006 donde "remonté un set y un parcial de 5-0 adverso".
Esther cree que no hay más secretos que el trabajo diario para entender un bagaje como el suyo: "Cada día quiero ser un poco mejor que el anterior y la gente que tengo a mi alrededor me motiva a ello", indica la holandesa, metódica y disciplinada en el entrenamiento, donde además del tenis y el físico destaca el yoga y la meditación. A pesar de ser una figura comparable a Federer o Clijsters, para ella los mejores tenistas del momento, Vergeer confiesa que lo que gana en el circuito no le da más que para vivir al día: "Si no fuera por la ayuda de los patrocinadores sería imposible aspirar a más en estos días de crisis". Su imagen tiene tal repercusión que hace pocas fechas fue elegida para posar desnuda en la revista anual 'ESPN Body Issue', siendo la primera deportista discapacitada que tiene dicho honor. "¡Estaba nerviosísima! Lo hice porque pensé que era una oportunidad única para predicar con el ejemplo para otros discapacitados. Habrá gente a la que le guste y otros a los que no, pero yo estoy feliz de haberlo hecho".
A Esther le gusta dedicar su tiempo libre a pescar, esquiar o navegar en barco junto a su novio. Es embajadora del Comité Paralímpico Internacional y de la Fundación Laureus y participa en clínics y conferencias en las que cuenta su experiencia. Además tiene una Fundación que lleva su nombre en la que ayuda a niños que no tienen oportunidad de practicar deportes. Su futuro, cuando decida colgar la raqueta —"me lo plantearé tras Londres", confiesa—, seguirá ligado a su gran pasión, el tenis, medio por el cual está dando toda una lección de vida. De récord.