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Definitivamente el Sevilla está de vuelta en Europa. El conjunto de Unai Emery ha sellado por fin su billete a la fase de grupos de la Europa League tras vencer por 0-5 al Slask Wroclaw en la ida del playoff. Los sevillistas se plantaban en Polonia ante un ambiente que se preveía infernal pero no se amilanaron y, a pesar de su defensa de circunstancias y las rotaciones, apenas sufrieron para acabar convirtiendo el encuentro en un solo un trámite tras el contundente 4-1 de la vuelta.
Emery se permitió hacer rotaciones en ataque y recompuso la defensa como pudo. El Slask se aprovechó de ese déficit en la retaguardia para dar los primeros sustos del encuentro en las botas de Plaku. Cala y Navarro estaban nerviosos, y esto unido a la inseguridad de Iborra en la salida de balón daban alas a los polacos para creer en la remontada. Sin embargo, todo lo malo que tiene el sistema defensivo hispalense lo suple con la pólvora que tiene su remozado ataque y la magia que suele emanar de las botas del capitán Rakitic. El Sevilla sabe que con esta frágil defensa va a sufrir pero en un intercambio de golpes difícilmente va a perder este año y más frente a un equipo inferior como el conjunto de Wroclaw, que echó de menos a su goleador Paixao.
Así que ante la desesperación local, Rakitic se sacó un disparo desde su casa para con la colaboración del portero Gikiewicz hacer el 0-1 y resolver la eliminatoria con 70 minutos por delante. Desde el tanto todo fue sobre ruedas para el conjunto que hoy vistió de amarillo, los errores atrás fueron a menos, aunque Cala sacó un cabezazo bajo palos, y Rabello y Jairo se movían como peces en el agua saliendo con rapidez a la contra. Precisamente fue el extremo cántabro el que entró por la derecha, se deshizo de Spahic y le puso el pase de la muerta a Bacca para que hiciera el 0-2 a placer.
Levy, entrenador de la escuadra polaca, se fue a la desesperada y en el inicio de la segunda parte sacó a un defensa como Spahic para meter a otro delantero y acabar con el orden táctico de su equipo y dar carta blanca en ataque a los andaluces, que fueron una máquina de desperdiciar ocasiones, casi todas protagonizadas por el canario Vitolo. El preparador sevillista refrescó su equipo, sacó a Rakitic y Navarro, y dio minutos a los jóvenes Puerto y Cotán, que no desentonaron en un partido que su equipo dominaba a placer. Jairo redondeó su primera gran noche europea haciendo el 0-3, con velocidad y descaro se zafó de la defensa y batió a placer a Gikiewicz.
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Emery se permitió hacer rotaciones en ataque y recompuso la defensa como pudo. El Slask se aprovechó de ese déficit en la retaguardia para dar los primeros sustos del encuentro en las botas de Plaku. Cala y Navarro estaban nerviosos, y esto unido a la inseguridad de Iborra en la salida de balón daban alas a los polacos para creer en la remontada. Sin embargo, todo lo malo que tiene el sistema defensivo hispalense lo suple con la pólvora que tiene su remozado ataque y la magia que suele emanar de las botas del capitán Rakitic. El Sevilla sabe que con esta frágil defensa va a sufrir pero en un intercambio de golpes difícilmente va a perder este año y más frente a un equipo inferior como el conjunto de Wroclaw, que echó de menos a su goleador Paixao.
Así que ante la desesperación local, Rakitic se sacó un disparo desde su casa para con la colaboración del portero Gikiewicz hacer el 0-1 y resolver la eliminatoria con 70 minutos por delante. Desde el tanto todo fue sobre ruedas para el conjunto que hoy vistió de amarillo, los errores atrás fueron a menos, aunque Cala sacó un cabezazo bajo palos, y Rabello y Jairo se movían como peces en el agua saliendo con rapidez a la contra. Precisamente fue el extremo cántabro el que entró por la derecha, se deshizo de Spahic y le puso el pase de la muerta a Bacca para que hiciera el 0-2 a placer.
Levy, entrenador de la escuadra polaca, se fue a la desesperada y en el inicio de la segunda parte sacó a un defensa como Spahic para meter a otro delantero y acabar con el orden táctico de su equipo y dar carta blanca en ataque a los andaluces, que fueron una máquina de desperdiciar ocasiones, casi todas protagonizadas por el canario Vitolo. El preparador sevillista refrescó su equipo, sacó a Rakitic y Navarro, y dio minutos a los jóvenes Puerto y Cotán, que no desentonaron en un partido que su equipo dominaba a placer. Jairo redondeó su primera gran noche europea haciendo el 0-3, con velocidad y descaro se zafó de la defensa y batió a placer a Gikiewicz.
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